La curva de Beveridge es un concepto utilizado en el análisis económico y laboral para visualizar la relación entre la tasa de desempleo y la tasa de vacantes de trabajo en una economía.
Dicha curva toma su nombre del economista británico William Henry Beveridge, quien desarrolló la idea en su informe de 1944, “El bienestar del futuro”
El estudio de la curva de Beveridge supone que la tasa de entrada al desempleo, la cual depende del número de despidos y el empleo, y la tasa de salida del desempleo, que depende de los desempleados y las vacantes, es igual.
Es decir, el paso de un empleado al desempleo da lugar al aumento de puestos de trabajo y, por ende, a una mayor salida del desempleo; o lo que es lo mismo, el nivel de desempleo disminuirá.
La curva de Beveridge refleja la existencia simultánea de trabajadores en paro (U= desempleo) y puestos sin cubrir (tasa de vacantes= V) en una determinada economía.
Cuando U=V, la economía presenta una tasa de desempleo que se explica completamente por razones friccionales o estructurales, y no por un equilibrio entre la oferta y la demanda, por lo que es muy útil para reconocer el desempleo friccional y estructural.
Representación gráfica de la curva de Beveridge
En el siguiente gráfico podemos observar la curva de Beveridge.
En el eje horizontal se encuentra la tasa de desempleo (U), mientras que en el eje vertical, la tasa de vacantes disponibles (V). 
Esta curva refleja una relación inversa entre la tasa de desempleo y la tasa de vacantes de trabajo en una economía.
Por lo tanto, cuando la tasa de desempleo es alta, la tasa de vacantes tiende a ser baja, y viceversa. Esta relación puede indicar cómo se ajusta el mercado laboral y puede ser un indicador útil para evaluar la eficiencia del mercado laboral en una economía
Cuando la curva se desplaza hacia la derecha (hacia mayores tasas de desempleo y menores tasas de vacantes), puede ser indicativo de desajustes en el mercado laboral, como desempleo estructural.
Por otra parte, cuando la curva se desplaza hacia la izquierda (hacia menores tasas de desempleo y mayores tasas de vacantes), puede sugerir un mercado laboral más ajustado.
Es importante tener en cuenta que la forma y la posición de la curva de Beveridge pueden estar influenciadas por diversos factores, como cambios de oferta y demanda laboral, políticas económicas, tecnología y condiciones del mercado.
Por ende, esta curva puede ser utilizada como una herramienta para analizar la dinámica del mercado laboral y las tendencias en una economía determinada.
Con los estudios realizados, Beveridge ayudó a desechar la creencia de que existe un equilibrio económico al que se llega de forma natural.
Para alcanzar el funcionamiento del mercado laboral aceptable socialmente, es imprescindible la actuación del sector público, que tiene el reto de establecer un marco regulatorio que permita combinar unas condiciones laborales dignas con la maximización de las oportunidades de empleo.
La historia económica evidencia que sin un mercado de trabajo eficiente y eficaz, difícilmente puede disfrutarse de un estado del bienestar sostenible.
