El IDU grava los dividendos, utilidades y rendimientos distribuidos por empresas a sus propietarios o accionistas, con una tasa del 8% para residentes y 15% para no residentes. Este impuesto se retiene en la fuente y se paga mensualmente. Los contribuyentes deben emitir comprobantes de retención y presentar declaraciones juradas. El IDU es esencial para asegurar que los beneficios empresariales contribuyan a la financiación del Estado.