Liz Cramer, presidenta ejecutiva de Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban), destacó que el sistema financiero paraguayo muestra sólidos indicadores de solvencia y liquidez, superando las exigencias regulatorias.
Por otro lado, enfatizó que la competitividad en el sector se mantiene alta, con tasas de interés en descenso y una creciente digitalización que facilita el acceso a servicios financieros.
Consideró además que las instituciones financieras deberán prepararse para acompañar a sus clientes en operaciones de mayor complejidad teniendo en cuenta el nuevo contexto de grado de inversión.
En entrevista exclusiva con MarketData para su edición especial Open Quarter, resaltó los resultados obtenidos por el sistema en lo que va del año con crecimientos robustos en las carteras de depósitos y créditos. En el caso de los ahorros se vió un aumento del 14,17% interanual y los préstamos se expandieron un 18,7%, con una morosidad en descenso que se ubicó en 2,78%.
- En términos de solidez y estabilidad ¿Cómo evalúa el desempeño del sistema financiero en el segundo trimestre?
Según el último informe de estabilidad financiera del Banco Central del Paraguay (BCP), el capital principal (nivel 1) sobre activos y contingentes se ubicó en 13,2% al cierre de marzo, cuando la exigencia regulatoria es solo del 8%. Por su parte, el capital total (nivel 1+2) sobre activos y contingencia se ubicó en 18% cuando la regulación solo existe el 12%.
Estos indicadores hablan de la preparación que tiene actualmente el sistema financiero paraguayo para hacer frente con recursos propios a eventuales shocks que puedan llegar a ocurrir.
Adicionalmente, los índices de profundización tanto en créditos como en depósitos, se ubican en buenos niveles. Actualmente, los depósitos representan el 51% del PIB, mientras que los créditos representan el 48%, lo que habla claramente de la confianza que logró instalar el sistema financiero para con las personas y empresas del mercado local.
Otro indicador de estabilidad es el vigoroso crecimiento que siguen sosteniendo tanto los créditos como los depósitos, en consonancia con las proyecciones que se manejan para los distintos sectores.
Los depósitos aumentaron a un ritmo de 14,17% interanual a junio del 2024 y siguen siendo superiores a los créditos, al sumar G. 157,3 billones (USD 20.979 millones). Por su parte, la cartera total de créditos se expandió en 18,7% también al cierre del primer semestre del año, respecto a junio del 2023, un nivel superior al 10,1% en que crecía un año atrás. De esta manera, los desembolsos suman G. 151,7 billones (USD 20.237 millones).
La cartera de tarjetas de crédito aumentó en 15,4% interanual a junio del 2024, al sumar G. 4 billones. La cantidad de plásticos emitidos también sigue creciendo, a un ritmo de 33,5%; y llegó a 1,3 millones de unidades en circulación en el mercado, lo que demuestra el interés de las entidades por brindar cada vez más facilidades en instrumentos financieros al alcance de los usuarios.
Todo esto, manteniendo una morosidad controlada, incluso en descenso, ya que en junio del 2024 la tasa promedio en el sistema bancario se ubicó en 2,78%; el nivel más bajo desde abril del 2022, cuando estuvo en 2,76%, según registros del Banco Central.
- Teniendo en cuenta el entorno económico y financiero actual ¿Cómo deben abordar los bancos los diferentes escenarios para destacarse competitivamente?
En el negocio bancario se ve un gran nivel de competitividad y prueba de ello son las tasas de interés activas que vienen en descenso como consecuencia de la competencia que hay, no solamente entre los propios bancos, sino también entre los distintos productos que van surgiendo.
Hoy en día, los bancos atienden a diferentes segmentos económicos, incluyendo a empresas y personas, y también financiando tanto oferta como consumo en el sector comercial.
El sistema también viene generando productos para sectores como el ganadero y más recientemente el forestal, que plantea ser uno de los grandes motores de la economía a futuro. Los bancos están encarando con mucho compromiso los desafíos de la modernidad y deben seguir en esta línea.
Hay un gran esfuerzo del sector bancario por alcanzar a sectores no bancarizados y hoy, la digitalización está facilitando la llegada a más paraguayos y también contribuyendo a un proceso de formalización.
Los bancos buscan diferenciarse en la experiencia que brindan a los usuarios y desarrollan estrategias para llegar a cada vez más personas, con servicios de corresponsalía no bancaria, invirtiendo en terminales de autoservicio para extender los horarios de atención, así como con las aplicaciones de home banking, que ofrecen cada vez más opciones.
- ¿Qué papel juega la digitalización en el sector financiero y cómo influye en esta tendencia las políticas y regulaciones del BCP?
La digitalización es clave en el avance actual del sistema financiero. El Sistema de Pagos del Paraguay es una de las herramientas más utilizadas por personas y empresas en la actualidad y de hecho, las transferencias bancarias ya representan más del 90% del total de operaciones que se realizan vía Sipap, muestra de lo útil que resulta esta herramienta a la sociedad.
Además, la implementación de tecnología para realizar pagos, con nuevas tecnologías como los códigos QR, hacen más fácil la experiencia tanto de usuarios consumidores como de oferentes de productos y servicios.
Incluso, hay bancos locales que plantean la posibilidad de implementar la inteligencia artificial para ofrecer una mejor experiencia a sus clientes. Los cambios y transformaciones con uso de tecnología moderna permiten una organización más ágil en los nuevos negocios, aunque se debe hacer de manera ordenada y cuidando cada detalle en el proceso de avance.
- Mirando el panorama local y la llegada al grado de inversión, ¿Cuáles serán los principales desafíos que enfrentarán las instituciones financieras en este segundo tramo del año?
Las instituciones financieras deberán prepararse para acompañar a sus clientes en operaciones de mayor complejidad. Las empresas locales comenzarán a trabajar cada vez más con inversiones internacionales e inversionistas institucionales.
El sector financiero local jugará un rol clave en el asesoramiento a sus clientes, en términos de una mayor organización corporativa que deberán tener en adelante, la cual será mucho más exigente para los mismos.
Otro de los desafíos que se plantean en este panorama es que los bancos locales deberán consolidar la confianza de los corresponsales internacionales, para obtener alianzas útiles que permitan capitalizar las oportunidades que se vienen con el grado de inversión y el gran movimiento de dinero que se espera con la nueva nota de Moody’s.
En este mismo contexto, se plantea el desafío de adaptación normativa a las exigencias del mercado moderno en cuanto a los indicadores ESG, o sea, lo relacionado al medioambiente, las cuestiones sociales y de gobernanza.