Por: Laura Cardozo.
El concepto de nearshoring viene ganando fuerza en los últimos años como una estrategia en la que las empresas trasladan parte de su producción o servicios a países cercanos geográficamente. Esta tendencia se aceleró por las disrupciones en las cadenas globales de suministro y el deseo de reducir costos logísticos y tiempos de entrega.
Para América Latina, se presenta como una oportunidad para la atracción de inversiones extranjeras, aprovechando su cercanía con mercados como Estados Unidos, así como su mano de obra competitiva y el creciente desarrollo tecnológico en la región.
El Banco Mundial, en su informe “Panorama general: Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento”, refiere que, a pesar de los desafíos actuales y la disminución de emergencias coyunturales (inflación y recesión), el escenario permite que la región pueda enfocarse en las nuevas oportunidades que requieren de estrategias oportunas para poder aprovecharlas.
Tal es el caso del realineamiento comercial entre EEUU y China en los últimos cinco años, lo cual representa una oportunidad de captar inversiones por el nearshoring y de aprovechar nuevos nichos de exportación, un panorama que hasta el momento América Latina no supo explotar en su totalidad.
“Si bien algunos países, como Costa Rica, lograron captar algunos eslabones de las cadenas de valor incipientes, la inversión extranjera directa (IED) en la región sigue por debajo de los niveles de 2010, mientras que los anuncios de inversiones en proyectos totalmente nuevos (greenfield) crecen más en otras regiones, apuntando a la necesidad de reformas para mejorar el atractivo de América Latina y el Caribe”, refiere el informe.
El organismo internacional asegura que la inversión en la región, tanto a nivel público como privado, sigue siendo baja, mientras que los datos sugieren que Latam podría estar perdiendo el tren del nearshoring y el friendshoring.
“Este bajo nivel de acumulación de capital público y privado, junto a un bajo crecimiento de la productividad en un horizonte extendido, no es buen augurio para el crecimiento a largo plazo”, precisa.
México fue citado como un caso de excepción, ya que este país logró aumentar el nivel de inversión privada, aprovechando las oportunidades de nearshoring y friendshoring, así como la inversión pública, particularmente en proyectos de infraestructura.
¿QUÉ PUEDE HACER LATAM?
Para revertir esta situación, el Banco Mundial recomienda generar mayor espacio fiscal a través de mejoras en la eficiencia, reducción del gasto y mayor recaudo tributario.
Entre otros aspectos relevantes, el Banco Mundial explica que el costo del capital, el bajo nivel educativo de la mano de obra, las malas políticas energéticas y de infraestructura y la inestabilidad social son factores que reducen el atractivo de la región, por lo cual se deben trabajar en políticas de mejora de estos problemas estructurales.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó que el nearshoring podría incrementar las exportaciones globales de América Latina y el Caribe en USD 78.000 millones anuales.
Concretamente, con esta estrategía Argentina podría exportar adicionalmente USD 3.906 millones; Brasil USD 7.844 millones; Colombia USD 2.573 millones; y Chile, Costa Rica y República Dominicana con más de USD 1.500 millones, mientras que Paraguay USD 251 millones.
Por su parte, un estudio realizado el año pasado por IDC muestra que entre las industrias beneficiadas por la demanda de estos servicios se encuentran el sector automotriz, textil, farmacéutica, energías renovables y el sector IT.
A pesar que la región centroamericana cuenta con una ubicación de privilegio, otros países podrían ver incrementar sus exportaciones de la mano del nearshoring.