La economía paraguaya está teniendo en el 2020 un año “malo, pero mejor a lo esperado inicialmente”. Así describe la consultora Basanomics a la actualización de sus proyecciones en la Nota Macrotrimestral de este diciembre, en el marco del impacto de la pandemia de COVID-19.
Una caída de -0,5% a -1% del producto interno bruto (PIB) de Paraguay en el 2020 y un rebote de 4% a 4,5% para el 2021 es el pronóstico presentado por la firma liderada por Carlos Fernández Valdovinos, ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), y Santiago Peña, ex ministro de Hacienda.
A mediados de año, Basanomics esperaba una contracción de -3% del PIB para el presente ejercicio anual, pero ya en setiembre había corregido la estimación a un rango de -1% a -2%, como consecuencia del sorpresivo repunte que exhibió la actividad económica al cierre del primer semestre.
Al explicar por qué los “peores pronósticos no se cumplieron”, Basanomics relata que una combinación de factores estructurales – alta participación del sector primario – y coyunturales – rebote del sector agrícola – hicieron que Paraguay tenga la menor caída entre todos los países de la región.
Sin embargo, advierte que los números macro explican solo una parte de la historia, ya que aún observa sectores económicos que no se recuperan y necesitan mayor acompañamiento con medidas micro. Entre ellos, menciona al comercio de frontera y a los servicios, los cuales sostiene que están en un lento proceso de recuperación.
En cuanto al impacto social de la pandemia, Basanomics reconoce que incluso en la etapa de recuperación económica plena, el país tendrá un saldo de más pobres, más desempleados y mayor desigualdad.
“La crisis nos deja múltiples enseñanzas y desafíos. Como toda crisis, los sectores vulnerables son los más perjudicados. Para esto, la política pública tiene herramientas que permitirán mejorar los indicadores sociales”, recalca el informe.
Acción gubernamental, para despertar confianza
Entre los riesgos para la recuperación económica, Basanomics recalca que la incertidumbre sobre la estrategia de normalización de la política monetaria y la política fiscal puede ser un freno para fortalecer la confianza.
La consultora espera que la inflación cierre este año en 2% – en el piso del rango de hasta 6% en que el BCP deja fluctuar a este indicador – y se ubique en la meta de 4% ya en el 2021. Esta proyección supone una recomposición de precios más acelerada que la contemplada por la banca matriz, ya que esta última considera que el 2020 registrará una inflación de 1,8% y que a la meta de 4% se convergerá recién en el tercer trimestre del 2022
Por su parte, Basanomics pronostica un déficit fiscal (más gastos que ingresos en las cuentas del Estado) que representará el 6% del PIB en el 2020, nivel inferior al 7% que inicialmente se consideraba como estimación oficial. Para el 2021 prevé que la cifra retroceda a 4%, en línea con el resultado comprendido en el Presupuesto General de la Nación (PGN)
En el plano del dólar, la firma estima que la cotización seguirá subiendo hasta un nivel de G. 7.100 – el miércoles 2 de diciembre se fijó en G. 7.032, según el promedio del BCP – y siga apreciándose hasta los G. 7.200 en el 2021
