La ilusión monetaria es una idea errónea, un efecto irreal, que tienen las personas al momento de tomar decisiones económicas. Esto se da a causa de que se tiende a pensar en las variables monetarias nominales, en lugar de las reales -que son las que uno debe tener en cuenta-.
Inicialmente este término fue conocido por el economista norteamericano Irving Fisher, quien en 1928 desarrolló su obra “The Money Illusion” (La ilusión del dinero). En esta obra se fundamenta la existencia de una “ilusión monetaria” en las personas porque “piensan en su riqueza en términos nominales y no reales”.
La gente que se guía con las variables, teorías e informaciones bien definidas son los llamados “Homo economicus”, caracterizados por ser tomadores de decisiones monetarias en forma racional.
Sin embargo, la existencia de incertidumbre, expectativas, emociones u otras variables, conlleva a que estos u otros agentes económicos tomen decisiones de forma irracional. Si bien estos comportamientos no deberían influir en las elecciones del “Homo economicus”, se evidenció que cuando la decisión implica cuestiones de dinero, estos compartimientos son altamente predecibles.
De este comportamiento irracional se desprende el efecto de ilusión monetaria; donde la persona actúa basándose en las variables nominales, ignorando la existencia de las variables reales o tomando como principal indicador las nominales.
Generalmente este pensamiento de “ilusión monetaria” se da cuando las personas no tienen en cuenta los efectos reales de la inflación en sus ingresos y en el mercado, sólo los nominales. Resulta importante entender y diferenciar de forma correcta las variables nominales de las reales.
- Variables nominales: hacen referencia a los precios del momento, también se las denomina precios corrientes. Son calculadas multiplicando el número de unidades por los precios de cada año.
- Variables reales: se descuenta el efecto de la inflación o deflación. Son medidas en unidades físicas y también se las denomina “precios constantes”.
Cuando se habla en términos nominales, se hace referencia al valor total de la variable. Por ejemplo, si el ingreso mensual es de G. 2 millones, el valor nominal será el mismo monto; pero al indicar la variable real, se toma la variable nominal y se descuenta la inflación actual.
Tomando el mismo ingreso de G. 2 millones y considerando que la inflación del país aumenta progresivamente en 2% cada año, sin ajuste salarial, y a su vez los costos del mercado van aumentando, el sueldo real del consumidor será de Gs. 1.960.000. No puede adquirir más bienes debido al encarecimiento de los bienes y la estabilidad de sus ingresos, su situación económica no mejora.
Aumentos salariales e ilusión monetaria
Existe una relación estrecha entre la ilusión monetaria y la inflación; ya que en periodos donde existe un nivel de inflación alto, se produce un ajuste en los ingresos, con el fin de “equilibrar” estas variaciones existentes en los costos del mercado.
Los agentes económicos piensan que este aumento de sus ingresos les sitúa en una mejora de su situación económica, con la creencia de que van a tener mayor poder de adquisición del que antes poseían. Este aumento del salario causa el pensamiento erróneo de la “ilusión monetaria”.
Esta ilusión, en los trabajadores formales, se da porque incrementan sus salarios nominales y por un corto periodo de tiempo, su poder de adquisición también aumenta; pero luego esto vuelve a su nivel de consumo anterior, ya que los precios de los bienes tienden a un aumento de sus costos siempre que se genera una modificación de los salarios.
De esta forma uno vuelve a adquirir el mismo nivel de bienes a un precio mayor, pero con un ingreso que se adecua a estos costos; en consecuencia, esta variación no se percibe por mucho tiempo. Incluso, si los precios aumentaron en mayor medida que los ingresos nominales, las personas podrían situarse en una peor situación a la anterior, debido a que se empobreció en términos reales.
El aumento de los salarios nominales no conlleva a una mejora en el nivel de vida, si esto va ligado al aumento de los precios del mercado.
Por otro lado, esta ilusión no se presenta en aquellos trabajadores informales, ya que estos no se encuentran en el grupo de agentes económicos que perciben este aumento de sueldo (por no contar con un ingreso legal). Por lo tanto, ellos no tienen la creencia de una mejora en su calidad de vida o posibilidad de adquirir más bienes.
La ilusión monetaria en el ahorro y la inversión
Este pensamiento también se presenta en los ahorristas o inversionistas: si ven un aumento del rendimiento de su inversión o ahorro, tienden a pensar que la situación mejoró; cuando en realidad si este rendimiento no fue mayor que la inflación, la mejora de la situación no existe.
La ilusión monetaria es un tema psicológico conductual que resulta del hecho de que la gente piense en términos nominales en lugar de reales. Es por esto que puede afectar en ambos casos, tanto al trabajador como al inversionista: guiándose por estas percepciones falsas, puede decidir invertir o gastar más.
Lo importante no sólo es el valor nominal del dinero, sino lo que se podrá adquirir con ese dinero en los términos de bienes y servicios. Para que el aumento real de valor se dé, deberían aumentarse los ingresos por encima del nivel de inflación y con la expectativa de que los precios del mercado no tengan un gran aumento generalizado, pero esto no se da en la economía.
Muchas empresas optan por que los salarios estén ligados a la inflación, debido a que el valor nominal del ingreso aumentará, pero el valor real se mantendrá sin ninguna variación; de esta forma, no se pierde ni aumenta el poder adquisitivo, pero se continúa comprando lo mismo con el salario.