El sector de panadería y confitería, al igual que varios otros, sufrió una fuerte caída en su nivel de producción y ventas el año pasado, debido a las restricciones de movilidad que obligaron a muchas familias a elaborar los productos para su consumición.
No obstante, esta situación también hizo que los negocios de este rubro se reinventaran y adoptaran una nueva forma de trabajar para satisfacer las necesidades de sus clientes.
A más de un año del inicio de la pandemia, este sector está sintiendo leves repuntes, pero también se enfrenta a un aumento en los precios de la materias primas que utilizan para elaborar sus productos.
Así también, ya están retornando las inversiones que habían iniciado antes del COVID-19, en busca de automatizar sus procesos y ahorrar costos de producción, pero sin perder el sabor que caracteriza a sus productos y por el cual los clientes les eligen.
Respecto a estas situaciones, conversamos con Edgardo Daglogiano, director de Edward Panadería, y Gabino Dagogliano, propietario de la Industrializadora Maná, quienes además nos comentan sus experiencias, tras abrirnos las puertas a sus instalaciones.
La pausa de la pandemia
Edgardo Daglogiano explicó que, antes de la pandemia, habían realizado una fuerte inversión para adquirir una serie de maquinarias y un nuevo local para instalar una fábrica modelo que, debido a la crisis sanitaria, tuvo un freno.
Detalló que la inversión monetaria realizada rondó los USD 2 millones, ya que son máquinas de alto alcance que automatizarán todo el proceso, permitirán pasar de una refinadora manual a una automática y a unas envasadoras también automáticas.
Reiteró que estas citadas ya fueron adquiridas antes de la pandemia y que ya solo falta el montaje, pero que los técnicos que deben instalar son de otros países que siguen con restricciones.
Dagogliano también indicó que para poner en práctica esas máquinas se requiere la mudanza de casi el 60% de la fábrica central al nuevo lugar, lo que implica además un corte en la producción de entre 2 a 3 días, que aún no fue definido.
En este sentido, agregó que la nueva fábrica modelo de Edward será más práctica ya que fue planeada de manera horizontal, dado que la actual es vertical y hace que muchas veces, si se dan inconvenientes, se vuelva a realizar los procesos de manera manual, pero que eso se solucionará con el nuevo local que estará ubicado en la ciudad de Fernando de la Mora, Zona Sur.
Por otra parte, dijo que con estas nuevas mejoras se busca optimizar los recursos, ya que tendrán un importante ahorro en cuanto al desperdicio de harina y podrán reducir las horas trabajadas.
El director de la mencionada industria enfatizó en que el desafío más grande es la automatización correcta de los procesos, pues si bien Edward es una industria grande, cuenta con procesos que son aún artesanales y el temor es que, con todas estas innovaciones, se pierda el sabor.
“El temor nuestro es que el sabor se pierda en ese camino porque no nos serviría de nada llegar a una automatización óptima, ya que ese sabor es lo que hace que el cliente venga a comprarnos de vuelta”.
Edgardo Daglogiano, director de Edward Panadería
Por otra parte, advirtió que las materias primas están sufriendo una suba de precios, más en lo relacionado con los productos importados como el semolín -que es el producto utilizado para la elaboración de los ñoquis-.
Así también, explicó que toda la producción que realizan es para el consumo local. Reconoció que anhelan algún día exportar, pero enfatizó en que aún tienen mucho por crecer en Paraguay.
Perspectivas de la empresa
Edward panadería tiene más de 35 años en el mercado local, cuenta con cuatro locales propios, y distribuye sus productos a la mayoría de las grandes cadenas de supermercados y también a las minoristas. Es uno de los líderes en cuanto a la fabricación de pastas en Paraguay, además produce panificados y gastronomía en general.
Esta empresa emplea a unas 500 personas, que forman parte de la planta de producción, logística y la cadena comercial.
Al inicio de la pandemia Edward panadería vivió momentos muy difíciles y sus ventas y producción fueron reducidas. Actualmente ya cuenta con una importante recuperación, aunque aún no al 100%.
En este sentido, el director de la empresa dijo que la recuperación total dependerá del avance que se tenga en el plan de vacunación y que, de ser así, para enero del próximo año estiman que ya se normalizarán en su totalidad las ventas y el nivel de producción.
Añadió, por último, que los resultados al cierre del primer semestre ya superan a los números del 2020, año en el cual la empresa fue muy perjudicada debido al COVID-19.
Nuevas adecuaciones
Por su parte, Gavino Dagloviano, propietario de la Industrializadora Maná y presidente del Centro de Propietarios de Panaderías y Fideerías del Paraguay, comentó que este sector pasó momentos muy desagradables el año pasado, con una caída de hasta el 70% en su línea de producción.
A esto se sumó que muchas familias prefirieron elaborar sus propios productos e incluso algunos se dedicaron a vender por internet. Según dijo, esto hizo que este rubro se transformase, lanzando nuevos productos y contratando servicios de delivery.
“Hoy hacemos lo máximo para poder ir adaptándonos a los nuevos tiempos”, recalcó.
Insistió en que la industria panadera debe volver a florecer, ya que da mano de obra a miles de personas, y que el año pasado perdieron sus empleos a consecuencia del COVID-19
“Nosotros instamos a todos los industriales panaderos a que nos vayamos uniéndonos cada día más para poder volver a ser lo que éramos antes, esa industria floreciente que nos dio tantas satisfacciones”, señaló.
Al mismo tiempo, agregó que también es necesaria la capacitación, de manera a que puedan competir con sus productos no solamente en los supermercados sino con los otros productos extranjeros.
Coincidió también en el aumento de las materias primas y también en los productos de polipropileno, que son muy utilizados en el sector. Sin embargo, destacó el progreso que han tenido los productos elaborados por las industrias nacionales, como las harinas de diferentes tipos.
Solicitud a las autoridades
En otro momento, Dagogliano dijo que este sector está necesitando una inyección fuerte de los bancos para que, una vez finalizada la pandemia, puedan volver a competir y producir a los mismos niveles que en años anteriores.
“A las autoridades pedimos que tengan en cuenta que este es un rubro que mueve mucha mano de obra, éramos 90.000 personas en todo el país, por eso pedimos un crédito un poco más blando, de un dígito, con dos años de gracia, ya que para ese tiempo ya estaremos recuperados”.
Gabino Dagogliano, propietario de Industrializadora Maná
Maná
La Industrializadora Maná es una empresa dedicada a la panadería, confitería y gastronomía en general. Ofrece una amplia gama de productos a sus clientes, con una experiencia de más de 35 años en el mercado nacional y actualmente cuenta con 17 colaboradores.