Tanto la agricultura como la ganadería son sectores de gran importancia para la economía de Paraguay. Gracias a ellos, el año pasado se evitó una caída más pronunciada del Producto Interno Bruto (PIB), a raíz del gran flujo de divisas que introdujeron los rubros.
Sin embargo, desde ya hace varios años estos sectores vienen atravesando una ola de inseguridad, que se fue acrecentando con el correr de los años. Actualmente, en el campo se debe aguantar robos, invasiones, permanencia de grupos criminales, entre otros factores que desalientan la proyección de crecimiento estimada para este año en el sector.
De hecho, la semana pasada, en el norte del país, tres militares integrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) perdieron la vida a raíz de un ataque con bomba, orquestado por grupos criminales. Cabe mencionar que en la zona norte está activo el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), además de otros grupos.
Héctor Cristaldo, titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), brinda detalles sobre si esta situación de inseguridad afectará o no el crecimiento proyectado para este 2021. Por otra parte, señaló que enfrentarán años electorales difíciles, época en la cual aumentan los conflictos promovidos por “politiqueros” que buscan votos “con tierras ajenas».
A toda esta situación también se debe sumar que el campo suele sufrir a raíz de problemas climáticos, como heladas, sequías, inundaciones, etc.
– ¿Esta situación de inseguridad en el campo afectará a la proyección de crecimiento para este año?
Va a depender de si crece o no la violencia en el campo. Estamos en un año muy complicado, de hecho son tres años que tenemos: este, el 2022 y el 2023 por delante, que son años electorales, en donde aumentan los conflictos promovidos por politiqueros que están en campaña y quieren votos con tierras ajenas.
Además, hay otro escenario: la violencia que se vive en el norte del país, que ya es una cosa más permanente y más estructurada; y las invasiones están latentes. Son varios los factores, hechos de violencia, invasiones, atropellos, pero ojalá no sea la constante y se pueda trabajar con tranquilidad, tenemos una campaña agrícola desafiante por delante y de ese resultado, la cosecha del año que viene, depende mucho el encaminamiento o no la economía.
– ¿En los últimos meses o años ha aumentado la inseguridad en el campo?
Asimismo, perjudica a varios sectores, no hay invasión sin padrino politiquero, ese es un clásico. Después está la inseguridad personal de los asaltos, los robos, que también es otra constante, ya sea robo de productos, de insumos, de cargas, son eventos que pueden ocurrir en el marco de la inseguridad, pero esos delitos no son tan generalizados como el tema invasiones y que paralizan muchas áreas de trabajo ya que de repente no se puede sembrar, se pierde la temporada y hasta se puede perder el año.
– Ante esta situación ¿Cuál es el pedido a las autoridades? ¿Están conversando con ellos?
Necesitamos que la gente que trabajamos en el marco de la ley nos sintamos resguardados por las instituciones y las autoridades; y el que viola la Ley sea sancionado, no premiado como suele ocurrir por un blindaje político interesado muchas veces.
Sí, estamos en constantes conversaciones, tratando de prevenir conflictos, de evitar la violencia en el campo, nosotros somos gente de paz, de trabajo que queremos tranquilidad para trabajar, nada más. Queremos que el escenario de convivencia en el campo sea más armónico y no tan conflictivo.
– ¿Cómo califican la presencia de varios grupos criminales en el norte del país?
En gran parte, el norte es tierra de nadie, porque está presente el Estado, pero está con una gestión ineficiente y complicada. La FTC está sola y si no se articulan policías, autoridades locales y fuerzas de seguridad, es muy difícil combatir estos grupos irregulares porque ellos se mimetizan y realmente el norte está con un viacrucis de varios años.
De hecho, hay tres personas que están privadas de su libertad ilegalmente (Óscar Denis, Edelio Morínigo y Félix Urbieta), no se tienen noticias sobre ellos, y hay mucha violencia, tuvimos tres muertes de jóvenes soldados que lamentamos mucho. Creemos que se tiene que hacer el esfuerzo, se debe poner todo el empeño para potenciar la presencia de la fuerza de seguridad y potenciar la eficiencia de las instituciones del Estado, para ir incorporando al norte al proceso de desarrollo que está bastante complicado.
– En términos de infraestructura ¿Cómo se encuentra el campo y en particular el norte del país?
Se está haciendo infraestructura, pero por ejemplo en la ciudad de Concepción se tiene 1,8 millones de hectáreas y hay casi 500.000 hectáreas que es tierra de nadie, que parece está a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), o Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), y ahí existen expropiaciones, asentamientos donde no se sabe quién está viviendo.
Es difícil tener una convivencia y un estado de más seguridad y más tranquilidad para trabajar porque ni se sabe en manos de quién están esas tierras y ahí se suma el compilador del tráfico ilícito, que es otra agravante.
– ¿Estas situaciones limitan a los productos de la zona?
Sí, están siendo amedrentados, tirados y hasta violentados muchas veces por estos grupos, y ahí es donde hace falta que el Estado y las instituciones hagan sentir que están resguardando a la gente y van a perseguir a los bandidos.
– Por otro lado, ¿Cómo están sobrellevando la situación climática actual?
Las heladas ya nos han afectado, ya hicieron su daño, la primera del 29 de junio afectó fuertemente al maíz, y después dos heladas más, la última fue muy fuerte y afectó al trigo que estaba en fase de espiga, eso también ya le sacó de la cancha prácticamente, cuantificar todavía es difícil, pero va a ser un daño importante tanto en maíz y en trigo, va a haber merma muy fuerte.
Ahora también ya estamos enfocados en la próxima campaña de la siembra que empezará dentro de un mes y algo, la campaña de verano ya, y esperemos que el tiempo acompañe y podamos tener un buen resultado.