Actualmente, Paraguay cuenta con dos instituciones fuertes que coordinan la política económica del país, las cuales tienen metas muy claras. Por un lado, se encuentra al Banco Central del Paraguay (BCP), cuyo objetivo principal es velar por el cumplimiento de la meta de inflación, y por otro lado, el Ministerio de Hacienda, encargado de administrar los recursos del Estado y por ende mantener el déficit fiscal dentro del límite establecido por Ley.
No obstante, el escenario mundial actual y la coyuntura por la que pasa la economía paraguaya actualmente, evidencian que nuestro país carece de una institución cuya prioridad máxima sea la planificación a largo plazo y una meta de crecimiento económico que perseguir y cumplir.
Nuestro país se encuentra atrasado en diferentes aspectos, como por ejemplo en infraestructura, educación, salud, seguridad, por lo que se vuelve imperiosa la necesidad de contar con una entidad con las características mencionadas anteriormente, ya que debe crecer mucho más rápido y mejorar la calidad de vida de la población.
Al ser consultado sobre este asunto, Álvaro Acosta, director de Investor, apuntó que es necesario que nuestro país cuente con una institución que tenga como eje principal una meta de crecimiento económico para el país, ya sea un ministerio de economía u otra organización similar, pero que tenga como meta velar por el crecimiento económico de Paraguay.
“Todos tenemos metas, ¿cuáles son las metas del país en cuanto a crecimiento económico?,¿cuáles son las metas del país en término de calidad de vida de la gente?, no tenemos, por lo menos no es algo muy conocido, no al nivel de la meta de inflación y la meta de déficit”, señaló.
Ante al planteamiento de si esta cuestión no sería propia del existente Ministerio de Hacienda, dijo que siempre hay metas de mayor y menor importancia para uno, y que a su criterio las metas de crecimiento económico y la planificación a mediano y largo plazo deberían ser las tareas principales de una nueva institución, por encima de cualquier otro objetivo, y que claramente para el Ministerio de Hacienda la máxima prioridad es otra, como la de recaudar y gastar dentro de sus límites ya establecidos en el Presupuesto General de la Nación, que se aprueba por ley anualmente.
“Cuando las cosas van bien, uno puede cumplir varios objetivos, pero cuando la situación se complica, como es el caso de los tiempos actuales, las personas, las empresas y las instituciones empiezan a elegir qué batallas a librar y a qué objetivos asignar todos tus esfuerzos”, refirió.
Insistió en que se debe contar con una institución que planifique el país, y dio de ejemplo que Paraguay depende bastante de los combustibles importados, pero que produce un montón de energía que no está siendo aprovechada.
“¿Quién seriamente está planeando cómo vamos a hacer para que esa energía que tenemos en abundancia reemplace el uso de otras fuentes que son importadas?, ¿quién tiene como prioridad el uso de esa energía para que haya crecimiento económico para mejorar la calidad de vida de la gente?, no hay”, cuestionó, al momento de plantear la necesidad de una institución poderosa que tenga este tipo de cuestiones como prioridad.
El mismo reconoció que existen entidades como la Secretaría Técnica de Planificación (STP) o el Viceministerio de Economía, así como también áreas de economía dentro del BCP, pero afirmo que este tema es demasiado importante como para estar relegado a un segundo plano, con oficinas dentro de otras instituciones, sin la fuerza necesaria para la planificación total.
“A lo mejor es el momento de que se empiece a discutir ese tema, ¿Por qué en Paraguay no hay una meta de crecimiento económico?, nosotros deberíamos tener claro la meta porque todas tus políticas van en base a eso y por eso es que tiene que ser una institución súper fuerte”, detalló.
Comentó que de esta institución también deberían salir las metas de las otras como de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), la del Ministerio de Agricultura y Ganadería, del Ministerio de Industria y Comercio, el Ministerio de educación, porque al final son las entidades que deben ejecutar los planes.
Acosta también dijo que este es el momento perfecto para empezar a realizar estas acciones ya que uno debe aprovechar las crisis para hacer cambios y arreglar los problemas.
“Yo creo que este es el mejor momento y hay demasiados gastos innecesarios que tiene el Estado que se podrían seguramente eliminar y redireccionar, esto es una necesidad que tenemos como país”, afirmó.