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21 de noviembre de 2024

Desafíos con la niñez paraguaya: Elevada incidencia de la pobreza y 6,5% de población que no va a la escuela

En conmemoración del Día del Niño, recordamos que el 38% de niños y adolescentes vive en la pobreza, en Paraguay, y casi 120.000 menores están excluidos del sistema educativo, según datos del INE.

Otras tareas pendientes con este grupo etario se encuentran en el acceso a seguro médico y servicios de identidad. Las carencias están presentes con mayor intensidad en las zonas rurales.

El 16 de agosto se celebra el Día del Niño, en Paraguay, en conmemoración a la batalla de Acosta Ñú en 1869, en la que combatieron y fueron masacrados cientos de niños en el marco de la Guerra de la Triple Alianza. 

Si bien ya han pasado 153 años de esta épica batalla, en la actualidad muchos niños en el país siguen combatiendo día tras día para poder vivir una infancia sin preocupaciones.

Pobreza, explotación laboral y luchas por sus derechos básicos son algunas de las tantas desidias en las que se encuentra un gran número de niños, niñas y adolescentes dentro del territorio nacional.

De acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se estima que el 34% de la población paraguaya está constituido por niños, niñas y adolescentes, lo que equivale a 2,5 millones de personas que tienen entre 0 y 17 años de edad.

De esta cifra, el 37,9% -alrededor de 935.775 menores- se encuentra en situación de pobreza total, mientras que el 6,3% -unas 154.670 personas- vive en la pobreza extrema. En ambos casos, la incidencia de la pobreza en la población infantil es superior a la que se observa a nivel general, ya que la pobreza monetaria en Paraguay se ubicó en 26,9% en el 2021 y la pobreza extrema, en 3,9%.

En este punto, es importante resaltar que los efectos que pueden tener las crisis socioeconómicas sobre las estructuras de oportunidades de niños, niñas y adolescentes son muy relevantes e inciden en aspectos esenciales del sostenimiento de la vida, como el acceso a alimentos; pero también en el ejercicio de capacidades cruciales para el desarrollo humano, como el acceso a la atención de la salud y a una educación de calidad.

Este hecho se ve reflejado en el informe del INE, en donde se señala que de un total de 1.826.791 niños y adolescentes que se encuentran en etapa de escolaridad, el 6,5% no va a clases, lo que representa a alrededor de 118.741 menores. El mayor número se encuentra agrupado en el área rural del país y la tasa asciende a 16,1% en el grupo de personas de 15 a 17 años de edad.

Trabajo infantil dificulta reducción de la pobreza

Según un análisis publicado en el boletín diario “Pulso Financiero” de  la consultora Mentu, al cierre del 2021, 128.652 adolescentes se encontraba en situación de trabajo infantil, equivalente al 30,8% de la población total de 5 a 17 años de edad.

“Si bien, dicha participación registró una reducción 2,7 puntos porcentuales y ocurrió debido a la reapertura parcial de las instituciones públicas, que posibilitó el regreso a la educación, así como a las transferencias monetarias a los hogares más vulnerables, el porcentaje actual continúa siendo elevado”, señaló Mentu.

Agrega que la necesidad de trabajar de este grupo los ubica en una situación vulnerable además de privarles de la educación necesaria para su desarrollo personal y profesional.

La citada consulta añade que el trabajo infantil fomenta la desigualdad y la exclusión social, limitando avances en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial del 1 “Fin de la pobreza”, 4 “Educación de calidad” y 8 de “Trabajo Decente” al limitar el desarrollo de capacidades y el acceso a las condiciones laborales decentes que velen por los derechos humanos.

Se podría decir que este último rango etario mencionado está muy ligado a una edad “adecuada” para trabajar y poder ayudar con los ingresos dentro del hogar. Cabe resaltar que, de acuerdo con el documento del INE, alrededor de tres de cada diez adolescentes trabajan.

Actualmente, cerca de 241.474 jóvenes se encuentran trabajando, de los cuales unos 128.652 menores se encuentran en situación de fuerza de trabajo, mientras que 112.822 están en situaciones sin riesgos.

Una cobertura médica de poco alcance 

Con un sistema de salud paupérrimo y obsoleto, los niños y adolescentes no se encuentran respaldados con un buen servicio médico dentro del país y esto queda confirmado con el informe del INE, el cual detalla que el 77,5% de esta población no accede a ningún tipo de cobertura médica.

El mayor número de esta cifra se concentra en áreas rurales, en donde la población de 0 a 17 años es de 1.006.834 y el 87,5% no está asegurado con ningún tipo de cobertura médica privada o social, lo que significa que solo uno de cada diez niños y niñas o adolescentes accede a un seguro médico.

Programas sociales que son insuficientes

El Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA) viene trabajando con distintos actores sociales del país para tratar de paliar este problema pero, en vez de decrecer, se ha acrecentado en los últimos años con las distintas dificultades por las que ha atravesado el país, como la pandemia y los distintos choques económicos externos, que han acentuado estas cifras.

Sobre las acciones llevadas adelante, el viceministro de la niñez, Walter Gutierrez, sostuvo que desde la institución toman como base los resultados de las Encuesta Permanente de Hogares Continua para orientar las políticas públicas que se van a tomar en el cumplimiento de los derechos.

“Nosotros, como institución rectora de insumos, recibimos estos datos para monitorear estos indicadores entre las principales características de esa población, por decirte, edad, asistencia a instituciones de enseñanza formal, condición de actividad económica o no, identidad, entre otros”, expresó Gutierrez.

Indicó que desde el Gobierno están adoptando una estrategia de atención integral a la primera infancia y tienen como estrategia  abordar desde la concepción, en donde podrán atender todo lo que tiene que ver con controles prenatales oportunos, crecimiento e inclusión oportuna dentro de los treinta primeros días.

Las falencias en la atención a la niñez también están presentes en los servicios de identidad, ya que todavía se cuenta con un 8,2% de población que no tiene cédula, situación que afecta principalmente a los más pequeños. 

Con relación al alto índice de menores en estado de pobreza total y pobreza extrema, el viceministro comentó que se trata de una situación que siempre preocupa, por lo que están viendo cómo implementar diferentes tipos de planificaciones para brindar una respuesta en menor tiempo a través de programas como Tekoporä, Abrazo -del Ministerio de la Niñez- y otro programa del Ministerio de Desarrollo Social.

“Cuando hablamos de niños que están en situación de pobreza, obviamente hablamos de familias que están en esas condiciones y para eso es importante ver programas sociales que los ayuden, como también generar empleos, capacitaciones, formación de mandos medios, entre otros, para poder reducir esta cantidad de niños, niñas y adolescentes que están en esa situación, como también reducir la cantidad de familias que se encuentran en esa condición”.

Walter Gutierrez, viceministro de la niñez

Explotación laboral de jóvenes

Con relación al trabajo forzado de niños y adolescentes, Gutierrez manifestó que dentro de las cifras del INE no está enmarcada la cantidad de menores que no están dentro de los criterios que sienta el Código de la Niñez y la Adolescencia, por lo que es un poco ambiguo este dato.

“El adolescente puede trabajar pero en ciertas condiciones, por ejemplo, en la carga horaria del trabajo tiene que estar autorizado por los padres, que tiene que ser un trabajo que no sea considerado peligroso, y tiene que estar autorizado en el Codeni, una serie de condicionamiento que permita que el adolescente pueda realizar trabajo”, explicó el viceministro.

Asimismo, indicó que las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) cuentan con un plan de trabajo con el Ministerio de la Niñez para evitar estos tipos de casos, como también brindar asistencia si es que se descubre este tipo de actividades.

“Como gobierno tenemos un programa que combate el trabajo infantil, la explotación laboral, que es el programa Abrazo, que tiene presencia en trece departamentos del país y busca ampliarse y fortalecer su presencia trabajando con las municipalidades, con las Codenis, con los consejos municipales de niñez”, señaló.

Igualmente, recordó que el MINNA es un organismo y un ente rector en políticas públicas en infancia que se encarga de coordinar a las diferentes instancias del sistema nacional de protección y promoción legal de los derechos de la niñez y la adolescencia. 

Señaló que “parte fundamental de este sistema nacional se encuentra en el nivel municipal, este nivel corresponde a las municipalidades, a través de sus Codenis”, dijo.

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