Aunque el déficit cuantitativo (viviendas nuevas), se redujo en términos porcentuales en las últimas dos décadas, el déficit cualitativo (mejoras y ampliación) continúa siendo predominante principalmente en áreas rurales. Los mayores volúmenes de demanda de ampliación y mejoramiento se registran en los departamentos Central, Alto Paraná y Asunción.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) socializó el informe «Déficit habitacional en Paraguay, 2022», que forma parte de la serie de estudios temáticos del Censo Nacional de Población y Viviendas 2022. El objetivo del documento es dar a conocer la problemática habitacional para visibilizar el número de personas y hogares según las condiciones de la vivienda que habitan.
Cabe destacar que el déficit habitacional es un indicador que mide las carencias en las condiciones de vivienda de la población. En general, se refiere al número de hogares o núcleos familiares que no tienen una vivienda adecuada o que requieren una nueva.
Para analizar se tiene en cuenta el índice de calidad global de la vivienda que evalúa las condiciones de las viviendas según el material, la tipología y saneamiento y clasificadas como “aceptable, recuperable, irrecuperable y deficitario”.
Dentro de la categoría de vivienda aceptable se incluyen aquellas con materialidad, saneamiento y tipología aceptable se evalúan principalmente las paredes, los pisos y el techo de la unidad.
Por su parte, las viviendas recuperables son aquellas que cuentan con materialidad recuperable, aunque el saneamiento y/o la tipología sean aceptables, también se incluyen las que tienen materiales recuperables, tipología aceptable y saneamiento deficitario, y aquellas con materialidad y tipología aceptable, pero saneamiento deficitario.
La categoría de viviendas irrecuperables comprende aquellas que presentan condiciones estructurales o materiales tan deteriorados que no pueden ser reparadas.
En esta clasificación se incluyen dos tipos de casos: las viviendas con materialidad irrecuperable, con tipología aceptable y sistema de saneamiento aceptable o deficitario; y aquellas con tipología irrecuperable y saneamiento aceptable o deficitario, incluso si su materialidad es aceptable, recuperable o irrecuperable.
En el documento del INE también se tuvo en cuenta la clasificación de las viviendas según la forma en que se agrupan (interno o externo) los hogares y núcleos familiares que las habitan. Se considera agrupamiento externo cuando en una misma vivienda conviven dos o más hogares independientes, es decir, cada uno cocina por separado y maneja un presupuesto propio.
En cambio, se habla de agrupamiento interno cuando dentro de un mismo hogar coexisten varios núcleos familiares -por ejemplo, padres, hijos y abuelos- que comparten los ingresos y gastos.
Por otra parte, se evalúa también el índice de hacinamiento que permite medir la cantidad de personas que viven por dormitorio. Este se calcula dividiendo el número total de personas en la vivienda por el número de habitaciones destinadas a dormir.
Cuando el resultado es más de tres personas por dormitorio, se considera una situación de hacinamiento medio, es decir, si hay entre tres y cinco personas que duermen en la misma habitación. La situación se considera crítica cuando existen cinco o más personas por habitación, o cuando la vivienda no dispone de piezas para dormir.
PRINCIPALES RESULTADOS
De acuerdo con el documento en Paraguay el déficit habitacional de nuevas viviendas llega a un total de 108.678, entre las cuales unas 77.350 unidades se encuentran clasificadas como irrecuperables (71,2%), unos 21.024 corresponden a hogares agrupados (19,3%) y 10.304 a núcleos agrupados hacinados independientes en áreas urbanas (9,5%).
En cuanto al déficit habitacional cualitativo, es decir de aquellas viviendas buenas y recuperables, con o sin problemas de hacinamiento y con núcleos agrupados sin capacidad de independizarse con requerimiento de ampliación y/o mejoramiento, es de 1.008.534.
Entre estas, la demanda de mejoramiento es de un total de 932.005 viviendas, mientras que la necesidad de ampliación y mejoramiento involucra a unas 61.330 viviendas. Por su parte, las unidades con demanda de ampliación suman unas 15.199.
Del total de demanda de ampliación (15.199 viviendas), el 93,0%, es decir unas 14.130 corresponden a viviendas clasificadas como “aceptables”, con hacinamiento medio y crítico, sin agrupamiento.
El 4,7% (719 viviendas) comprende a unidades aceptables, con hacinamiento medio y crítico, agrupamiento interno dependiente e independiente (área rural). Por su parte, el 2,3%, unas 350 viviendas son “aceptables” con hacinamiento medio y crítico, agrupamiento interno dependiente (área urbana).
En el caso de la demanda de mejoramiento, del total de 932.005 viviendas, el 76,6% son unidades de tipo y saneamiento aceptable, pero con materialidad recuperable. Asimismo, el 20,1% corresponde a aquellas de tipo aceptable, saneamiento deficitario, y materialidad recuperable.
Mientras que el 3,2% se conforma por viviendas de tipo y materialidad aceptable, pero con saneamiento deficitario. Finalmente, del total de viviendas (61.330) con demanda de ampliación y mejoramiento, el 62,0% requiere de materialidad, el 36,0% demanda por saneamiento y materialidad, y el 2,0% por saneamiento.
EVOLUCIÓN DEL DÉFICIT HABITACIONAL
El número total de viviendas particulares ocupadas en Paraguay experimentó un crecimiento entre 2002 y 2022, pasando de 1.098.005 a 1.705.660 en veinte años. Este crecimiento fue acompañado por cambios en la composición del déficit habitacional.
El déficit cualitativo, es decir la necesidad de mejoramiento, se mantuvo como el componente dominante, pasando de 64,2% del total de viviendas en el año 2002 al 59,1% en 2022.
Aunque el porcentaje se redujo levemente, la cifra absoluta de viviendas con déficit cualitativo creció de 704.991 a 1.008.534. Por su parte, el déficit cuantitativo o la necesidad de viviendas nuevas, experimentó una reducción porcentual, pasando del 9,0% en 2002 al 6,4% en 2022.
Dentro del déficit cualitativo, la demanda de mejora de la calidad de las viviendas creció consistentemente pasando del 73,4% de la demanda cualitativa en 2002 al 92,4% en 2022, mientras que la demanda que incluye ampliación se redujo del 23,2% en 2002 al 6,1% en 2022.
Cabe mencionar que el área rural muestra la mayor incidencia proporcional del déficit, con 433.984 viviendas afectadas, de las cuales 416.915 corresponden a la necesidad de mejoramiento y ampliación.
En el caso del área urbana, esta concentra el mayor número absoluto de viviendas, con 683.228 con déficit. El componente cuantitativo (nuevas viviendas) es significativamente mayor y alcanza unas 91.609, mientras que en el área rural, es de 17.069.
DISTRIBUCIÓN DEPARTAMENTAL
Por departamento, la distribución muestra una concentración poblacional y disparidades: en el caso del departamento Central, se observa el mayor número absoluto de viviendas con déficit cuantitativo (245.363), impulsado por su gran número de viviendas ocupadas (494.170). Sin embargo, la necesidad de ampliación o mejoramiento (déficit cualitativo) es aún mayor (209.353).
Alto Paraná es el segundo departamento con mayor necesidad de nuevas viviendas (15.678), y un fuerte componente cualitativo (de mejoramiento/ampliación (155.146). En el caso de Asunción, la capital demanda unas 9.904 nuevas viviendas, y 37.903 mejoras y ampliaciones. Concepción (3.453), Caaguazú (7.238) e Itapúa (5.057) también demandan una cantidad importante de nuevas unidades habitacionales.
Los resultados del informe confirman que el principal desafío de la política habitacional paraguaya tiene mayor relación con el déficit cualitativo, es decir, con la necesidad de ampliación y mejoramiento de viviendas.


