La localidad de Florida, Estados Unidos (EE.UU), normalmente apacible y conocida por sus playas paradisíacas, quedó desdibujada luego de que el huracán “Ian” arrasara esta semana con todo lo que encontró a su paso. Miles de casas, carreteras, marinas, infraestructura eléctrica y hasta puentes que conectaban algunas islas con el continente quedaron totalmente destruídas.
De acuerdo con los reportes del Gobierno norteamericano, “Ian”, que equivale a un huracán de categoría 4 (sobre un máximo de 5) en la escala Saffir-Simpson, podría estar entre los desastres climáticos más costosos de la historia de EEUU, con pérdidas de decenas de miles de millones de dólares.
En este sentido, el moderador de desastres en Enki Research, Chuck Watson, manifestó a un medio local del país norteamericano que la tormenta podría costarle a la primera economía mundial hasta USD 67.000 millones en daños económicos.
Cabe resaltar que dicho monto representa casi el doble del Producto Interno Bruto de Paraguay (PIB), que este año es de USD 40.932 millones, con una diferencia de USD 26.068 millones.
Igualmente, esta cifra es casi cinco veces mayor al Presupuesto General de la Nación (PGN) del 2022, que ronda los USD 13.843 millones, es decir, el huracán Ian costará USD 66.986 millones más que el presupuesto de la nación paraguaya.
Asimismo, el daño ocasionado por el huracán a EEUU equivale al dinero que destina el Banco de Inglaterra a frenar la caída del mercado, ya que esta entidad se comprometió a comprar unos 65.000 millones de libras (alrededor de USD 69.000 millones) de bonos a largo plazo.
Daños históricos
Por otra parte, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que, solo con base en las evaluaciones preliminares, el daño que produjo el huracán «fue histórico», por lo que algunas zonas se deberán construir desde cero porque no se podrán reconstruir.
«La reconstrucción no será de un día para otro, pero la ayuda está de camino», indicó el mandatario de este país, haciendo referencia al auxilio de otros estados y de fondos federales para llevar a cabo los trabajos necesarios, aunque en estos momentos la prioridad es rescatar a posibles sobrevivientes.