Humberto Colmán, miembro del Directorio del BCP, consideró al 2022 como un año atípico para la economía local, al presentar complicaciones climáticas, presiones inflacionarias y suba de tasas. En entrevista con MarketData, describió las políticas implementadas para mitigar dichos efectos y destacó que estas permitieron que el balance siga siendo positivo, a pesar de los shock observados.
Luego de los efectos que trajo la sequía para el sector agrícola, se realizaron pronósticos de que el tipo de cambio se dispare al alza, al contar con una importante merma de divisas debido al bajo nivel de exportaciones que se registró.
Esto, además de traducirse en una menor disponibilidad de divisas, generó un déficit de cuenta corriente que se calcula en alrededor de 5% del producto interno bruto (PIB). Esto indica que la salida de dólares es mayor a la entrada, debido principalmente a la caída de exportaciones que responde a la menor producción agrícola.
Nuestra economía no está acostumbrada a tener este déficit de cuenta corriente y, al respecto, Colmán recordó que usualmente a una merma de exportaciones le acompaña una reducción de importaciones. Este año, esta situación no se dio y las importaciones reportaron un fuerte incremento, impulsado también por el encarecimiento de los productos que se relaciona con la inflación internacional.
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A pesar de ello, la apreciación de la moneda norteamericana frente al guaraní no resultó muy agresiva, teniendo en cuenta factores internos y externos, según Colmán. En el momento de mayor suba local del dólar, la depreciación de nuestra moneda estuvo en torno al 5%, mientras que a nivel internacional el promedio de apreciación del dólar se encuentra entre 15% y 17%, agregó el director del BCP..
Intervenciones al primer semestre
Ante esto, el BCP logró mantener una estabilidad en el tipo de cambio, a través de intervenciones en el mercado cambiario que consistieron en ventas tanto complementarias como compensatorias. Hasta el cierre del primer semestre, el BCP vendió por valor de USD 708 millones, lo que significó un 30% más que en el 2021.
El tipo de cambio para aquel entonces se encontraba entre G. 6.850 y G. 6.900, cotización considerada saludable por especialistas económicos.
Posterior a ello, el BCP decidió actuar de manera pasiva ante el comportamiento del dólar y no realizó intervenciones en el mercado cambiario por cuatro meses, argumentando que la apreciación de la moneda se daba por cuestiones internacionales -principalmente por la suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED)- y una demanda interna de dólares propia de la segunda mitad de cada año.
Segundo semestre
En octubre de este año, el dólar alcanzó picos históricos no vistos desde 2022, al ubicarse por encima de los G. 7.200 y casi alcanzado los G. 7.300. Ante esta situación, el BCP decidió volver a intervenir en el mercado, pues observaron una volatilidad considerada, según reconoció el presidente de la banca matriz, José Cantero.
Hasta mediados del mes de noviembre, el tipo de cambio volvió a bajar y se mantuvo en el rango de los G. 7.000. En estos últimos días, la cotización volvió a incrementarse, pero sin acercarse siquiera a los picos que se dieron el mes pasado, ya que este miércoles se ubicó en un promedio de G. 7.171, según cálculos publicados por el BCP.
La normalización del tipo de cambio coincide con el hecho de que el Banco Central volvió a estar de manera activa en el mercado, es decir, vendiendo dólares de sus reservas internacionales al sistema financiero, fortaleciendo la oferta o cobertura de los mismos.
Sin embargo, la intensidad de la presencia es todavía inferior a la que se registró el año pasado. Entre el 1 y el 11 de noviembre del 2022, el BCP inyectó al mercado cambiario USD 35 millones; hace un año, en este mismo periodo se tenían vendidos USD 143,9 millones desde la banca matriz.
Humberto Colmán explicó que la banca volvió a intervenir en el mercado cambiario, pero en menor proporción también en comparación con el primer semestre del presente año. El volumen de ventas diarias que hace el BCP al sistema es de USD 6 millones en promedio.
“El BCP no tiene un objetivo sobre el tipo de cambio, tiene que fluctuar de acuerdo a las condiciones de mercado, lo cual es saludable. Eventualmente se puede depreciar, se puede hacer más barato o más caro el dólar, es saludable que eso se mueva de acuerdo a leyes naturales de la economía, porque cuando uno empieza a querer manejar eso empiezan los problemas como es el caso de Argentina y obviamente nadie quiere replicar eso”, señaló.
Política monetaria
Con relación a la política monetaria, Colmán consideró que fue una herramienta sumamente importante durante la pandemia, ya que en el 2020 se redujo hasta 0,75% la tasa de interés de referencia para inyectar liquidez a la economía y reactivarla.
Sin embargo, desde agosto del año pasado y ante la elevada inflación, el BCP decidió incrementarla de manera gradual hasta dejarla en el actual nivel de 8,5%. Las subas se interrumpieron al contar con un panorama de mayor certidumbre sobre los efectos de eventos internacionales como el conflicto bélico, entre otros.