Desde el Cadep sostienen que afrontar esta problemática es un desafío pendiente de hace ya muchos años al que ahora se suma la desaceleración del crecimiento económico.
Un informe de ProDesarrollo y el BID advierte que la informalidad subió a 45,9% del PIB en 2022, por factores como la imposibilidad de acceder a un empleo formal, shocks externos, labores de cuidado y costos de la formalización.
Pese a que una de las cuestiones trascendentales para mejorar la economía de cualquier país es el aumento de la formalidad mediante políticas de Estado que fomenten la inclusión de todos los sectores, desde la agenda electoral no se vio una propuesta concreta sobre este tema que ya trascendió varios periodos de gobierno.
Hasta la fecha, las acciones llevadas adelante para combatir la informalidad fueron poco eficientes y el nivel se mantiene casi invariable desde hace más de diez años. De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el tercer trimestre del 2022, la tasa de informalidad alcanzó un 64,2%, afectando a un total de 1.805.425 personas y significando una cifra superior en 0,5 puntos porcentuales a la del mismo periodo del 2021.
Asimismo, la institución detalla que en el grupo de jóvenes de 15 a 19 años de edad se presenta el mayor nivel de ocupación informal en el país, pues esta situación afecta a más del 90% de la población ocupada en ese grupo etario. Cabe mencionar que esta es la etapa en que por lo general se accede al primer empleo.
El economista Rodrigo Ibarrola indicó, en el análisis de coyuntura de economía y sociedad del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), que entre las causas se pueden citar las cargas tributarias y de contribuciones a la seguridad social, la calidad de las instituciones o corrupción, las regulaciones o barreras de entrada al mercado, servicios del sector público, moral tributaria, disuasión, desarrollo de la economía, autoempleo, desempleo, el tamaño del sector agrícola, el uso de dinero en efectivo y el crecimiento del PIB per cápita.
Para el especialista, la informalidad debe ser entendida como un fenómeno multicausal, no atribuible a una sola, como casi todo fenómeno económico. “La informalidad tiene connotaciones negativas y positivas. Entre las ‘positivas’ se puede listar el hecho de que, a través de la elusión de las regulaciones, el sector informal tiene más flexibilidad en sus decisiones de reclutamiento de personal y administración de recursos”, expresó.
Además, Ibarrola señaló que la informalidad puede ser un balón de oxígeno en periodos de recesión con la generación de empleo, como lo fue la pandemia del Covid-19, donde el cuentapropismo floreció suplantando a otras actividades formales que se vieron restringidas.
Del lado negativo, Ibarrola sostiene que las firmas informales afrontan los riesgos y costos de no tener la protección que el Estado les puede brindar. “La ineficiencia es característica de las firmas informales, así como el acceso limitado a crédito, y la dificultad de utilizar mejores canales de distribución de sus productos”, añadió.
El economista también sostiene que si bien para los trabajadores ser informal es preferible a estar desempleado, generalmente padecen de pobres condiciones laborales, sin cobertura social, y son obligados a trabajar mayor cantidad de horas por menor compensación.
Esto deriva en que, a la larga, se produzca una saturación de los servicios públicos de sanidad y pensiones, ya que el Estado se ve obligado a prestar asistencia a individuos que no aportan al sistema de protección social contributivo, sin los recursos suficientes para una atención eficiente.
Modelos similares y sin muchas propuestas
Pese a tratarse de un problema bastante grave, los candidatos presidenciales no tienen propuestas definidas al respecto. Si bien los dos principales candidatos a la Presidencia -Efraín Alegre por la Concertación y Santiago Peña por la Asociación Nacional Republicana (ANR)- se mostraron a favor de la formalización, ninguno tiene un proyecto al respecto.
A criterio de Alegre, existen las condiciones para que el Estado apoye a las empresas para crear más empleos. En sus discursos, expresó que quiere eliminar la excesiva burocracia y así formalizar a un mayor número de personas; mientras que Santiago Peña afirmó que el Estado es una maquinaria hecha para controlar al “que quiere ser formal”, por lo que quiere implementar una moratoria a todas las inspecciones que hacen las diferentes instituciones públicas y también disminuir la burocracia.
Un caso especial es el del candidato por La Nueva República, Euclides Acevedo, quien afirmó con respecto a la informalidad, el contrabando y el crimen organizado que lo primero que hay que hacer es tener un sistema de inteligencia lo más sofisticado posible, ya que asegura que “el crimen organizado tiene mucho dinero, alta tecnología y ningún escrúpulo”.
Como bien menciona Esteban Caballero, coordinador académico de FLACSO Paraguay en la revista de Cadep, ninguno de los candidatos cuestiona la actual relación Estado-mercado. En el caso de Peña y Alegre, ambos son librecambistas, consideran al sector privado como el principal motor de la economía y quieren mantener la economía paraguaya abierta, según el académico.
“No proponen una reforma tributaria ni pretenden crear nuevas cargas impositivas, consideran que la política social debe ser focalizada y creen en los programas sociales transitorios para poblaciones en situación de extrema pobreza. Los dos creen en la inversión directa extranjera como palanca para la generación de empleo y crecimiento, y proponen lograr el grado de inversión de parte de al menos dos de las grandes calificadoras para atraer mayor inversión y mejorar la capacidad crediticia del país”, alegó Caballero.
Igualmente, desde la Concertación y el Partido Colorado se adhieren a los principios la Ley de Responsabilidad Fiscal, que limita el déficit fiscal al 1,5% del producto interno bruto (PIB), y prometen no desviarse de las bases del acuerdo precautorio con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que estableció las bases del ordenamiento macroeconómico tras la crisis del 2002, agrega el coordinador de FLACSO.
Informalidad en aumento
ProDesarrollo Paraguay y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizaron este miércoles el conversatorio “Desafíos y Oportunidades para la Formalización en Paraguay”, donde se presentó el informe titulado “Economía subterránea: Algo tenemos que hacer”, que desde 2015 estudia el fenómeno de la economía informal en Paraguay.
Según el estudio, la informalidad en el año 2022 volvió a aumentar: con datos observados hasta el tercer trimestre de dicho año, los resultados indican un aumento de 1,6% con relación a lo estimado para el año 2021. Así, la economía informal asciende a USD 22.019 millones, equivalente a 45,9% del PIB, cuando en el año 2021 se ubicaba en el 44,3%.
De acuerdo con el informe, el aumento de inactivos con una población en edad de trabajar que aumenta teóricamente puede estar asociado con el salario ofrecido. “Según la teoría de la búsqueda de empleo, a mayor salario ofrecido, menor duración del desempleo. Como las personas ocupadas en el sector informal tienen menores salarios y menores calificaciones, pero al mismo tiempo necesitan de los ingresos, podrían tomar la decisión de salir del mercado de trabajo y dedicarse a actividades informales desde fuera del mercado de trabajo”, explicaron.
El estudio halló que entre las razones identificadas de por qué las mipymes se encontraban en la informalidad, estaban la imposibilidad de acceso a empleo formal o bien remunerado, lo que genera la “informalidad por subsistencia”, y shocks externos, como accidentes, enfermedad, crisis económica, que obligan a salir del sistema formal y/o cambiar de emprendimiento.
También observaron que la informalidad por seguridad social era otro factor, ya que los cónyuges beneficiarios del Instituto de Previsión Social (IPS) son expulsados del sistema al acceder al RUC y esto no es una opción ante la ausencia de seguridad social estatal. De la misma forma, se identificó a una importante cantidad de emprendedores que desconocían el concepto y la exigencia tributaria.
Por su parte, muchas mujeres eligen salir del empleo formal debido a que siendo emprendedoras desde sus hogares pueden ejercer las labores de cuidado de su familia. Finalmente, están los costos de la formalización.
“Creemos que la economía informal de subsistencia es la que persiste en el país y seguirá presente ante la falta de políticas públicas para permitir que estas personas puedan dejar de ocuparse en actividades lucrativas con la finalidad únicamente de sobrevivir”, concluye el informe.