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22 de noviembre de 2024

“Las personas incluidas financieramente tienen mejores condiciones para gestionar el riesgo”

Francisco Ruiz Díaz, secretario ejecutivo del Comité Nacional de Inclusión Financiera (CNIF), conversó con MarketData sobre la importancia del acceso a servicios financieros para enfrentar situaciones adversas.
Brinda una actualización de la situación país, en este aspecto, y los motivos por los cuales el enfoque de género gana cada vez más preponderancia. Concluye así la Semana Nacional de Educación Financiera 2021

La Semana Nacional de Educación Financiera 2021 está llegando a su fin y nos deja importantes reflexiones respecto a la importancia de avanzar en la inclusión financiera para mejorar la calidad de vida de la población paraguaya.

En esta entrevista, el secretario ejecutivo del Comité Nacional de Inclusión Financiera (CNIF), Francisco Ruiz Díaz, brinda información sobre el alcance actual de los servicios financieros en nuestro país, los desafíos en materia de género y los planes que tienen con los diversos sectores.  

– ¿Qué hace la Comisión Nacional de Inclusión financiera para y con la sociedad?

En el año 2014 se crea un comité denominado “Comité Nacional de Inclusión financiera”, el cual está constituido por cuatro instituciones públicas: el Ministerio de Hacienda, los titulares del Banco Central y el INCOOP (Instituto Nacional de Cooperativismo), y la Secretaría Técnica de Planificación. 

Estos cuatro órganos integran el comité nacional de inclusión financiera, el cual tiene a su cargo la implementación de la política de inclusión financiera basada en un documento denominado “Estrategia de Inclusión Financiera”, que contempla sesenta acciones que deben de implementarse en el mediano y largo plazo.

Su aporte es lograr que la mayor cantidad de personas tengan acceso a estos productos financieros, a pesar de que muchos desconocen muchos aspectos de los avances en el ámbito financiero. A partir de la década de los 80 se ha notado que las personas que están incluidas financieramente y tienen acceso a estos productos financieros tienen mejores herramientas para enfrentar situaciones adversas, condiciones de riesgo, incluso es una herramienta muy poderosa para luchar contra la pobreza.

Los objetivos que tiene la política de inclusión financiera en Paraguay son tres: reducción de la pobreza a través de la inclusión financiera, crecimiento económico y una mejora de los hogares por medio de un buen manejo de las finanzas personales. 

– ¿De qué trata la ley de inclusión financiera que se encuentran fomentando desde la Comisión?

En el año 2003 se realizó una encuesta para preparar justamente la estrategia de inclusión financiera. En esa encuesta se detectó que el 76% de los trabajadores tanto públicos como privados seguían cobrando sus salarios en efectivo, siendo que existía todo un sistema financiero que podría ayudar a gestionar este cobro de salarios y al mismo tiempo brindar esta inclusión financiera a los trabajadores. En el 2004 eso se incorporó como un objetivo y línea de plan de acción de la estrategia nacional. 

Este año comenzamos a retomar justamente en relación a aspectos de la pandemia,  en donde detectamos que era necesario mejorar y modernizar los sistemas de pago en materia de las transacciones. Encontramos, por ejemplo, en el ámbito del sector público, en donde existe un nivel de bancarización alto, los proveedores en un 95% ya cobran por medio del sistema bancario; pero cuando pusimos la mirada en el sector privado, encontramos que menos del 20% de los trabajadores cobra su salario por medio de la red bancaria. Existe un espacio tremendamente importante por donde avanzar, ya sea en inclusión financiera o para que los trabajadores tengan un mecanismo seguro donde cobrar sus ingresos. 

«La mujer es un elemento central en la política de inclusión financiera»

– ¿Cuál es la principal barrera que tenemos en Paraguay para lograr la inclusión financiera?

 Solemos decir que en el mundo financiero siempre uno tiene posibilidades de actuar en dos ámbitos, si uno necesita financiamiento va a encontrar ese financiamiento, el problema es que tenemos dos carreteras: la carretera informal, en donde las tasas de interés son muy altas, y la carretera formal. Justamente la intención de la política de inclusión financiera es que todos transiten por la carretera formal.

Nuestro trabajo es, en lo posible, lograr que la mayor cantidad de personas logren transitar por esta carretera buena llamada inclusión financiera y ahí el gran problema para el sector financiero es que el mismo descansa sobre información: una institución financiera para que pueda otorgar un préstamo debe de tener información sobre las personas. 

La información que intenta recoger se sostiene en tres aspectos importantes: en primer lugar, en la persona, trata de ver la conducta de la persona en cuanto a los servicios financieros; en segundo lugar, la reputación de la persona, como llaman los bancos a las garantías personales; y por último, qué activos dispone esa persona, si tiene algún tipo de inmueble o vehículo, algo con lo cual eventualmente pueda cubrir sus deudas si no está en condiciones de pagar. Si el sector financiero no puede recoger información, lo que sucede es que carga riesgo.

El Paraguay debe de trabajar en los registros administrativos. Hace poco estuve leyendo un informe y el 38% de los niños al nacer no son registrados, tampoco en el futuro registran el hecho de haber accedido a una cédula. Después tenemos el inconveniente de que las personas tienen inmuebles pero no están regularizados, tienen vehículos pero vienen con tres contratos privados sin regularizar.

Entonces hay todo un problema de información que dificulta a su vez el trabajo del sector financiero; por lo tanto, cuando no tengo mucha información sobre la persona, lo que tengo son riesgos y tengo que cuantificar si estoy en condiciones de otorgar un producto financiero a esas personas, lo haría con unas tasas de interés muy elevadas.

– Tenemos la informalidad como barrera, pero también una barrera de educación: no recibimos educación financiera desde la etapa escolar ¿Cómo nos encontramos en ese ambiente? ¿Cuáles son los principales desafíos?

Estuve leyendo el artículo, me pareció muy interesante, de cómo desarrollarnos si el 65% de los hogares siguen manteniendo sus ahorros bajo el colchón; lo cual denota un cierto desconocimiento de que si yo hoy ahorro 100 y lo meto bajo el colchón, llegado a fin de año ya no tengo 100: si la inflación es de 4%, lo que tengo es 96 nomás. Sin embargo, si yo hubiese ahorrado en el sector financiero, con un rendimiento digamos que del 3% o el 4%, por lo menos hubiese cubierto el poder adquisitivo de ese recurso.

En el año 2017, basados en esa información que utilizó MarketData para escribir el artículo, se hizo también una encuesta y una evaluación de un conjunto de conocimientos de la población en materia de educación financiera. El índice iba a de 1 a 24 y el nivel mínimo crítico era 12, en ninguno de los indicadores pasamos 12; o sea, tenemos un nivel crítico en materia de educación financiera: gente que desconocía una división simple, la diferencia entre tasa de interés real nominal, tasa de interés simple compuesta, elementos básicos; lo cual lleva a la conclusión de que necesitamos fomentar la educación en la población porque, de alguna u otra manera, si la gente maneja mejores capacidades, si mejora sus habilidades y sus conocimientos, mejoraría sus finanzas personales y el bienestar de sus respectivos hogares.

«Los objetivos de la política de inclusión financiera en Paraguay son: reducción de la pobreza a través de la inclusión financiera, crecimiento económico y mejora de los hogares por medio de un buen manejo de las finanzas personales» 

– Sabemos que las mujeres que tienen acceso a educación financiera son un aporte para la sociedad, porque ellas terminan cuidando mejor de la sociedad, de sus hijos y de las personas que encabezan como hogares. Pero también tenemos que más del 57% son informales, de la PEA (población económicamente activa) femenina, entonces tenemos una tarea súper amplia de inclusión financiera con enfoque de género ¿Qué desafío tenemos ahí, a nivel nacional?

Las mujeres gastan mucho mejor porque generalmente tienden a asignar de una manera mucho más eficaz el recurso en tres aspectos: educación, salud y alimentación. La mujer es un elemento central en la política de inclusión financiera. Si la inclusión financiera logra empoderar a la mujer, logra volverla más independiente y que tenga mayor participación en las decisiones económicas, los niños se alimentarían mejor, los recursos se destinarían mejor a la educación y también incluso a la salud.

Tomando en conocimiento esto, el Comité Nacional de Inclusión Financiera decidió crear el grupo de trabajo de género. Actualmente existen siete grupos de trabajo, que son público-privados, desarrollando actividades que están contemplados en la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera, y ahora crearíamos el octavo grupo, que es el de género; ya estamos trabajando con la gente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el PNUD de Paraguay, en lo que corresponde al diseño, la creación y la implementación, nos estarían brindando una cooperación y estamos en contacto incluso con expertos internacionales del PNUD de otros países, como México, este sábado van a estar exponiendo el resultado de un proyecto de inclusión financiera para mujeres.

La idea es de aquí a mitad de año, más o menos, disponer de un conjunto de acciones estratégicas para poder impulsar una mayor participación de las mujeres en la cuestión económica, a través de la inclusión financiera.

– Muy importante, porque el porcentaje de mujeres cabeza de hogar es muy alto en nuestro país, además de que tenemos muchísimas micro emprendedoras, las más afectadas por la informalidad.

Allí es importante partir de la realidad de la gente. Si tenemos una gran cantidad de microemprendedoras y se mueve en el mundo informal, entonces deberíamos comenzar en ese mundo donde ellas se sientan cómodas e ir llevándolas de a poco al mundo formal, esto es un proceso. Los que piensan que formalizar 1 millón de microempresarios o microemprendedores en un año, creo que hay que ajustar esa expectativa, eso va a llevar mucho tiempo.

Ahí, dos tipos de organización juegan un papel muy importante. Una de ellas ya está muy desarrollada en Paraguay, de hecho tiene un reconocimiento, que son las cooperativas, que trabajan muy bien con un enfoque principalmente de género, las cooperativas tienden a interactuar de una manera mucho más efectiva con sectores de la población vulnerables: mujeres, personas pobres y la gente del campo.

La segunda organización relevante para poder impulsar este tipo de acciones son las organizaciones microfinancieras, pero ahí tendríamos que hablar del desarrollo de todo un ecosistema porque tenemos que tener políticas públicas que regulen la actividad de este sector.

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