55 medallas, USD 263 millones en ingresos a la economía, 390.950 personas que disfrutaron del deporte al más alto nivel y 4.443 atletas de 14 países participantes nos demostraron por qué el dinero y el esfuerzo bien invertidos son la clave para dar el salto hacia ese país en el que tanto anhelamos vivir.
El Estado paraguayo destinó USD 78,7 millones a la organización de los XII Juegos Suramericanos ASU 2022.
Esta cifra a simple vista puede parecer elevada, pero generó ingresos para el país por al menos USD 263 millones y el monto puede inclusive superar los USD 300 millones, debido a que el cálculo se realizó con base en un supuesto de 20.000 turistas cuando en realidad fueron 71.429 extranjeros los que ingresaron al territorio nacional para asistir a los juegos.
La mencionada inversión en el evento deportivo más importante del país de los últimos tiempos resulta aun más diminuta cuando la comparamos con los alrededor de USD 1.500 millones que el sector público despilfarra en deficiencias en contrataciones, masa salarial improductiva y filtraciones en transferencias. Este dato proviene del cálculo que recientemente compartió el Banco Mundial, referente al nivel de 3,9% del producto interno bruto (PIB) que el país pierde por ineficiencias en el gasto público.
Los juegos Odesur 2022 se erigen así no solo como un acontecimiento que brindó a las familias un respiro y una oportunidad de entretenimiento tras casi dos años de encierro por la pandemia, sino también demuestran irrefutablemente cómo el dinero correctamente invertido genera un enorme bienestar en todas las aristas posibles.
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Durante las dos semanas en que transcurrieron los juegos, la masiva convocatoria fue una prueba de lo atraído que está el público paraguayo por los encuentros deportivos, un comportamiento que puede convertirse en una gran oportunidad para todo el movimiento de comercio y servicios que rodea a este tipo de actividades y, por qué no, que construya al deporte profesional como una opción laboral rentable para quienes quieran dedicarse a ello.
Los datos compartidos por la Secretaría Nacional de Deportes (SND) revelan que 390.950 asistentes acudieron a los juegos ASU 2022 y el día de mayor convocatoria fue el domingo 9 de octubre, con un total de 29.188 espectadores.
El público se volcó también a las redes sociales y a los medios de comunicación para seguir de cerca el desarrollo de los juegos, con números más que satisfactorios para los organizadores. La SND informó que solo en la primera semana alcanzaron más de 400 millones de interacciones en redes sociales y fueron tendencia todos esos días tanto en Twitter como en Instagram, con Tirika liderando las menciones.
En cuanto a la medición del rating, se generaron 800 horas de transmisión televisiva en ocho canales en simultáneo, con ratings que fueron de 7,5 a 10,5 para la inauguración, la final de fútbol de playa masculino o la de básquet femenino, con un promedio de 400.000 personas como audiencia.
Y ya que mencionamos al dinamismo económico que acompaña a un evento de esta magnitud, el aporte de los juegos a los rubros que todavía padecen secuelas del duro golpe que significó la pandemia es más que importante. La venta de artículos electrónicos, por ejemplo, fue casi veinte veces superior a lo que se registró en octubre del 2021, mientras que las tiendas en general multiplicaron por siete su volumen de facturaciones y los restaurantes prácticamente quintuplicaron su dinamismo, también según el balance suministrado por la SND.
Estos números constituyen un alivio económico en un año en que las condiciones climáticas adversas nuevamente impactaron en los resultados del agro y refuerzan el ya conocido discurso sobre la importancia de diversificar las fuentes de ingreso en nuestro mercado.
Otra contribución de gran valor que dejan los juegos es el acercamiento a diferentes disciplinas deportivas que en circunstancias más cotidianas no tendrían la audiencia que adquirieron en esta oportunidad. Esta presencia del deporte en nuestra sociedad es muy necesaria para inspirar especialmente en niños y adolescentes el gusto por hábitos saludables, a fin de mantenerlos alejados de los vicios que amenazan con cada vez mayor intensidad.
Finalmente, el aporte a la moral es también sumamente relevante. Los juegos nos demostraron que somos capaces de brillar cuando nos proponemos a hacer bien las cosas. Ahora queda empezar a saldar las cuentas pendientes y corregir ese vergonzoso despilfarro del dinero público para que el deporte, la salud y la educación suban al podio de los ganadores entre las prioridades que tengamos como país.