Montevideo, 15 sep (EFE).- Con la «contundente» adhesión de alrededor de un millón de personas a una huelga de 24 horas, los sindicatos uruguayos desafiaron nuevamente al Ejecutivo de Luis Lacalle Pou en reclamo de subas salariales y más presupuesto para vivienda y educación.
Convocada por la central que reúne a la mayoría de los gremios y sindicatos del país, el PIT-CNT, la segunda jornada de paro general convocada en lo que va del mandato, desde el 1 de marzo del 2020, de la coalición liderada por el presidente centroderechista la medida sindical paralizó el funcionamiento de las principales actividades públicas del país.
SEÑAL CONTUNDENTE
Así lo destacó durante una conferencia de prensa el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, quien indicó que «mucho más de un millón de orientales (uruguayos)» adhirieron voluntariamente a la consigna del paro, cuyo lema fue «Contra el modelo de la desigualdad».
«En este paro general han adherido un volumen mayor a este millón de compatriotas de manera libre y voluntaria, lo cual es una respuesta contundente a algunas polémicas que cuestionan la pertinencia o legitimidad del desarrollo de este paro», afirmó Abdala.
El sindicalista acotó además que, según los informes que percibió la central desde más de 100 filiales distribuidas por el país, se llevaron a cabo «diálogos con la población, barriadas y repartos de materiales» en «todo el territorio nacional».
«Esta es una señal muy poderosa, muy fuerte (…) que estriba en lo siguiente: La riqueza nacional (…) ya se ha recuperado a niveles anteriores a la pandemia y el propio Poder Ejecutivo estima que este año va a crecer un 2,7 %; sin embargo la masa salarial (…) no solamente no acompañó el crecimiento sino que venimos soportando una rebaja de un promedio de un 4 %», remarcó.
PALOS EN LA RUEDA
Por el lado del Ejecutivo, en tanto, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo a Efe que considera que la medida es «injusta» y no está justificada, pues puntualiza que entre las principales demandas del movimiento obrero hay un reclamo por «la carestía» o la inflación que obedece a una situación global que el Gobierno intenta mitigar.
«Yo miraba en medios de Alemania, España, Estados Unidos y el gran tema es el aumento de la inflación. No es una decisión del Gobierno, al contrario, el Gobierno ha tenido siempre una política y un objetivo de reducir la inflación, lo que pasa es que vivimos en un mundo que está viviendo otra circunstancia», argumentó.
Además, Mieres apuntó contra otro de los reclamos del paro, que, luego de conocerse un anteproyecto oficial de reforma del sistema de seguridad social que el PIT-CNT consideró regresivo, pidió «una reforma de la seguridad social integral y digna».
«Yo lo entiendo si mañana o pasado se convierte en proyecto de ley, está en discusión en el Parlamento y el movimiento sindical no está de acuerdo pero cuando lo que hay es una propuesta borrador hacer un paro general me parece que es realmente una exageración», indicó.
Otra fue la expresión del secretario de la Presidencia del país, Álvaro Delgado, quien manifestó mediante su cuenta de Twitter que «todavía no hay reforma pero sí hay un paro que perjudica a los que quieren estudiar y trabajar».
«Aunque pongan el palo en la rueda, la rueda va a seguir girando», arremetió el jerarca.
CON LA COMIDA NO
Por otro lado, uno de los puntos de discusión del día, en el que si bien el transporte público adhirió, la principal empresa de autobuses brindó servicios de emergencia, y, aunque los sindicatos de la salud también se unieron, los hospitales mantuvieron la atención con guardia gremial, fue nuevamente la alimentación escolar.
Sobre la decisión de los sindicatos de la enseñanza de no hacer guardia gremial como en otros paros, en los que las maestras acudieron a los centros para dar el almuerzo a los niños que dependen de ese servicio, Abdala manifestó que la situación no es distinta de la de un feriado.
En la misma línea se expresó la secretaria general del PIT-CNT y referente del sindicato de maestras FUM-TEP, Elbia Pereira, quien resaltó que el almuerzo en la escuela tiene «una función pedagógica» pero, a lo que crece la necesidad de muchos niños de ese plato de comida, deben ser las autoridades quienes respondan.
«Claro está que tiene que haber responsables de que esa necesidad no esté los 365 días del año pero no adjudicárselo a la función de la escuela pública solamente en los días de paro», acotó.
En esa línea, el ministro de Defensa Nacional, Javier García anunció en Twitter que coordinará con las autoridades de la enseñanza que las Fuerzas Armadas puedan «apoyar en la alimentación de escolares ante medidas gremiales».
«Entre adultos podemos discutir, pero con la alimentación de los gurises (niños) no se juega», sentenció García tras anunciar la iniciativa que para el presidente del PIT-CNT, según dijo a la prensa, llegó «un poco tarde».
Alejandro Prieto