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3 de mayo de 2024

Desplazado colombiano se abre camino con su firma de instalaciones eléctricas

Medellín (Colombia), 23 dic (EFE).- Huyendo de la violencia llegó en 1999 a Medellín, donde vendió caramelos y fue reciclador en sus calles hasta convertirse en el propietario de una empresa de ingeniería eléctrica que atiende al sector de la construcción y que tiene empleadas a una treintena de personas.

Rigoberto Muñoz pasó de desplazado a dueño de Electroimpacto, una compañía que él mismo ha edificado al perseguir el sueño de estudiar electricidad, incluso cuando debió abandonar su natal Anorí, en el departamento de Antioquia (noroeste).

«Empecé de la nada», expresó a Efe Muñoz, quien recientemente recibió el premio Famiempresario Interactuar 2021 en la categoría «Empresa en Crecimiento».

Un modesto trabajo en construcción le permitió juntar recursos para tomar cursos en interpretación de planos arquitectónicos, planos estructurales y redes eléctricas hasta finalmente poder realizar una carrera técnica en instalaciones residenciales que marcó su ascenso.

Trabajó siete años con una empresa de construcción hasta que se independizó para «impactar al mundo con sus ideas», como le dijo un amigo, con un emprendimiento basado «en el amor que siento por lo que hago».

«Hemos pasado por buenas y malas, pero hemos hecho proyectos muy grandes. La primera obra que hicimos fue con calidad, nos dimos a conocer en el mercado y todo el mundo quiso estar con nosotros», relató el empresario.

CAPACITARSE PARA ESCALAR

En 2017, cuando llegó a tener cerca de 70 empleados, Electroimpacto sufrió un revés. Su capacidad se desbordó y «con tanta demanda, no fuimos capaces de llenar las expectativas del cliente», admitió Muñoz.

Con la visión de convertir su negocio en algo más que un medio para subsistir, el emprendedor inició un proceso de capacitación con la Corporación Interactuar, que apoya la creación de microempresas en Colombia con servicios de conocimiento y financieros.

Pasó por cursos como Alístate, tomó créditos y realizó dos niveles del programa Método Base de Aceleración (MBA), que le sirvió para comprender que «no se trataba de cantidad, sino de tener empleados calificados».

Muñoz, un hombre de origen campesino, curioso y servicial, condujo a su empresa hacia un crecimiento «menos empírico» para continuar subiendo escalones con sus instalaciones eléctricas residenciales, comerciales e industriales, con grandes constructoras como clientes y un equipo de trabajo de 35 personas.

EMPRESAS EN CRECIMIENTO

La directora de transformación empresarial de la Corporación Interactuar, Andrea Zuluaga, destacó la «gran iniciativa» del propietario de Electroimpacto para avanzar, transformar su negocio y organizar sus procesos tanto en lo administrativo como en lo gerencial.

«Él (Muñoz) arranca solicitando un crédito, pero con sus ganas, iniciativa y sueños empieza a tener un interés por hacer mejor las cosas al interior de su empresa. El programa MBA le da respuestas y consigue marcar la gran diferencia. Va en ese tránsito a consolidarse», explicó a Efe Zuluaga.

La experta en emprendimiento indicó que las empresas en crecimiento por lo general empiezan sin mucha estructura, es decir, «siendo muy informales y como autoempleo», pero la proactividad e iniciativa de sus propietarios los lleva a realizar proyectos de inversión, a adquirir conocimiento y a hacer esfuerzos adicionales para fortalecerse.

«Los emprendimientos en crecimiento más consolidados pueden generar entre seis y nueve empleos», detalló.

Señaló que con programas de aceleración como el MBA de Interactuar, que desarrolla en alianza con la ONG belga ACTEC y otras instituciones, los empresarios se empiezan a abrir a nuevas posibilidades en el mercado que les permite crecer en ventas «un 30 % o 40 % aproximadamente en un año».

Jeimmy Paola Sierra