Bogotá, 29 jun (EFE).- Modernizada y «lista» para hacer frente a los retos del ecosistema empresarial es como el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), Nicolás Uribe, asegura dejar a esta institución, cuyo cargo abandona este mes.
«Me voy muy contento de dejar una entidad mucho mejor de la que encontré, con unos elementos de modernidad que no tenía antes», dijo Uribe en una entrevista con EFE en Bogotá en la que hizo un balance de la institución a lo largo de sus tres años y medio de gestión.
Para Uribe, la Cámara queda como un «carro de carreras puesto a punto antes de la bandera verde», tras haber impulsado una «revolución al interior de la organización» para fortalecer el uso de las «nuevas dimensiones de las tecnologías de servicio» con base en las necesidades de los empresarios.
Un ejemplo de ello tiene que ver con el paso de «toda la operación de la Cámara» a la nube o con una experiencia de servicio al cliente que va a permitir que un empresario que esté chateando con la entidad, entre a la sede y se pueda recoger la conversación tanto desde el chat como desde el centro de atención telefónica.
DESAFÍOS PARA EL SECTOR
Entre los desafíos para los que asegura haber dejado a la institución preparada, Uribe apuntó a la importancia de las «transiciones gemelas» (digitales y ambientales) ya que, de no hacerse, podrían desaparecer algunas iniciativas empresariales o caer en la «irrelevancia», en términos de comercio.
«Quien hoy no aborde los temas de inteligencia de artificial, no va a existir en muy poco tiempo», sentenció al tiempo que definió los avances en estos asuntos como una «ventaja competitiva» en un contexto marcado por la «polarización» política, la inflación o las dificultades en el restablecimiento de la cadena de suministro.
En este sentido, el presidente definió como «gran foco» de las mipymes (micro, pequeña y mediana empresa), que representan el 99,1 % del tejido empresarial de Bogotá y la región, el «uniformar el mercado global a través de la tecnología».
Para garantizar la sostenibilidad, Uribe también destacó la importancia de no solo concienciar a los empresarios para que vayan más allá de la mera generación de «ingresos, riqueza y valor», sino también de tratar de hacer más esfuerzos y acelerar la «integración de poblaciones excluidas», entre otras acciones.
«A punta de crecer al 1,7 % no vamos a lograr integrar a 17 millones de pobres que existen en Colombia y eso el sector empresarial lo tiene que entender», agregó.
AVANCES QUE NO DEBEN «TRASTORNARSE»
Tras tres años y medio en el cargo, Uribe tomó el pasado mes de mayo la decisión «sin vuelta de hoja» de «poner a disposición» de la Junta Directiva su puesto para evitar un «bloqueo» derivado de la voluntad del sector gubernamental de que haya «un relevo en la Cámara», mientras que asegura que el sector privado quiere que continúe.
«No tiene sentido que yo permanezca acá porque no sería la persona que pudiera cumplir con una tarea como la que demanda el sector empresarial y una entidad como esta que es un patrimonio común tan importante para los bogotanos», reflexionó.
Al hilo de este anuncio en pro de facilitar consensos, el presidente recalcó que no debería «trastornarse» este proceso de transformación que inició cuando se posicionó y que se ha materializado en el alistamiento de nuevos «instrumentos» para llegar mejor a sus clientes, pese a «la pandemia, los paros y la polarización del tema político».
El presidente saliente, bajo cuya administración la CCB logró pasar de una jurisdicción de 11 % a rondar el 15 % de las empresas creadas en el departamento de Cundinamarca (cuya capital es Bogotá), admitió que aún quedan en la agenda desafíos como «seguir construyendo legitimidad institucional en todas partes, avanzar en la transición digital y ambiental, y llegarle a más empresarios en la calle».
