Ciudad de México, 17 nov (EFE).- Cámaras de comercio y patronales de América del Norte se mostraron este miércoles, en vísperas de la cumbre de líderes de Norteamérica, «muy preocupadas» por los intentos del Gobierno mexicano de aprobar un reforma eléctrica que refuerza la eléctrica estatal y limita el sector privado.
«Los sectores privados de Estados Unidos y de Canadá están muy preocupados por los esfuerzos del Gobierno mexicano por reducir la competencia privada en el sector energético», indicó un comunicado firmado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México, la Cámara de Comercio de Canadá y la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Los intentos por favorecer empresas del Estado en «detrimento de proveedores de energías renovables minan la certidumbre de inversiones y auguran mayores costos así como menores oportunidades para los trabajadores de nuestros países», agregó el texto.
La reforma causa controversia porque limita la participación de entes privados en la generación eléctrica al 46 %, elimina los reguladores autónomos y prioriza el despacho de las plantas de la empresa del Estado, incluyendo las de combustibles fósiles, sobre las renovables de privados.
Los empresarios hicieron estas declaraciones horas antes de que este jueves los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, realicen la Cumbre de Líderes de América del Norte para abordar temas como la integración económica, la migración o la pandemia de la covid-19.
SOBRE EL T-MEC
Los distintos entes empresariales desearon que en esta cumbre, la primera en cinco años, se tengan «avances tangibles para alcanzar nuestra visión compartida de hacer de Norteamérica la región más dinámica y competitiva del mundo», añadió el comunicado.
No obstante, también mostraron preocupación por algunas divergencias en torno al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
«Los sectores privados de Canadá y de México comparten preocupación por las interpretaciones divergentes de las reglas de origen del T-MEC y cómo la interpretación de Estados Unidos representa riesgos para nuestras cadenas integradas de suministro», agregó el texto, que valoró la unificación comercial de la región.
No obstante, consideró que todavía queda «mucho trabajo por hacer» para lograr una completa integración comercial, que resista además a los impactos y al paso del tiempo.
Por ello, instaron a una mayor comunicación entre Gobiernos para una total «implementación» del T-MEC.
«Como sector privado seguiremos comprometidos con apoyar estos esfuerzos, y con identificar las posibles barreras de implementación», amplió el documento.
Además, los órganos empresariales pidieron mayor competitividad y «garantizar ambientes de inversión abiertos y transparentes».
«Los retos relacionados con el comercio mundial y la pandemia han traído consigo una oportunidad sin precedentes para fortalecer las cadenas de suministro en América del Norte», consideró también el comunicado conjunto.
Sin embargo, como inversionistas, indicaron que el potencial «no se materializaría en países que no aseguren certidumbre para los negocios».
Finalmente, pidieron a las tres naciones «capitalizar las lecciones aprendidas de la pandemia y prepararse para el futuro».
«Agradecemos a los tres Gobiernos por su dedicación continua a la indispensable sociedad norteamericana. Tenemos la firme convicción de que acciones decisivas en las áreas arriba mencionadas fortalecerán la integración de nuestras industrias vitales, así como la preparación para emergencias», cerró el texto.