El portal de Bloomberg informó esta semana que la inflación de mayo en Estados Unidos, medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), registró un incremento mensual del 0,6%. Es importante recordar que ya en abril, el incremento mensual de este indicador había sido del 0,8%, llegando a su nivel más alto desde el 2009.
De esta manera, tras una leve desaceleración del IPC de ese país, se puede notar que la inflación continúa en su nivel más álgido de los últimos 12 años. Esto llama mucho la atención, en el marco de una política expansiva desde lo monetario y lo fiscal que se implementa para impulsar la recuperación económica del gigante norteamericano.
Incluso, el artículo publicado por Bloomberg destaca que si se excluyen los componentes volátiles como los alimentos y la energía, el denominado “IPC básico” registró un aumento del 0,7%. Esta cifra es mayor a la vaticinada por el Departamento del Trabajo, publicada el pasado jueves.
Una de las preguntas fundamentales que se comienzan a hacer tanto los inversionistas como analistas económicos de Estados Unidos, es si estos niveles de inflación se consolidarán en un contexto de expansión de la política monetaria y fiscal del gobierno, o si se cumplirá la estimación de la Reserva Federal y será solamente una cuestión coyuntural pasajera.
“Los aumentos fueron bastante amplios y estuvieron impulsados por el constante crecimiento de los precios de los vehículos usados, el mobiliario doméstico, las tarifas aéreas y las prendas de vestir. La mediana de las previsiones de una encuesta de Bloomberg entre economistas preveía un aumento de 0,5% tanto en el IPC general como en el básico”, apunta la noticia publicada en el portal.
Se agrega, además, que en comparación con el mismo mes del año 2020, el IPC registró un aumento anual del 5%, la mayor variación anualizada desde agosto del 2008. No obstante, también se admite que la comparación sigue distorsionada porque el 2020 fue un año inusual por la depresión de los precios en la pandemia.
“Las presiones sobre los precios continúan aumentando en toda la economía a medida que las empresas se esfuerzan por equilibrar el crecimiento de la demanda con la escasez de materiales y, en algunos casos, de mano de obra. Los cuellos de botella en los envíos, el aumento de los costos de los insumos y el incremento de los salarios son retos para las empresas que buscan proteger sus márgenes de ganancia”, explica Bloomberg.
Al tiempo que el gobierno de Estados Unidos busca la recuperación de la economía, se ha provocado un fuerte gasto de los consumidores en la economía, lo que genera esta presión inflacionaria.
Además, el levantamiento de las restricciones por la pandemia, el avance de la vacunación y una oleada de actividad social se está traduciendo en una mayor demanda de servicios, otro propulsor del incremento de precios.
