Buenos Aires, 10 nov (EFE).- La pandemia de covid-19 ha implicado un duro revés para la economía de Argentina pero también ha apuntalado los indicadores de inclusión financiera en el país suramericano, donde las medidas adoptadas ante la emergencia sanitaria empujaron a una mayor bancarización.
De acuerdo a un informe difundido este martes por el Banco Central de la República Argentina, en el segundo trimestre de este año, durante la etapa más estricta del confinamiento dispuesto por el Gobierno de Alberto Fernández, se abrieron 4,8 millones de nuevas cuentas de depósito en pesos argentinos, sobre un total de 59 millones de cuentas de ahorro que existían a marzo pasado en todo el sistema financiero argentino.
Ese apertura de nuevas cuentas se explica en buena parte por la decisión del Gobierno de pagar subsidios de ayuda ante la emergencia a los sectores de menores recursos, que mayormente trabajan en la informalidad y no contaban hasta entonces con una cuenta bancaria.
En este sentido, el Banco Central señaló que la posibilidad de abrir una cuenta de forma remota y la obligación de las entidades financieras de ofrecerla de forma gratuita permitieron dar respuesta a la mayor demanda de cuentas bancarias y medios de pago electrónicos.
De acuerdo al informe, un 53 % de los 8,9 millones de personas que cobraron el ingreso familiar de emergencia, una de las ayudas sociales creadas ante la crisis sanitaria, lo hizo a través de una cuenta bancaria, mientras que el resto ya poseía una al momento del cobro.
«Es decir, un 78 % de las personas con mayor grado de vulnerabilidad socioeconómica del país poseía al menos una cuenta bancaria», destaca el informe.
Los dispositivos electrónicos y los puntos de extracción de dinero fuera de las entidades bancarias también aumentaron y tuvieron un rol fundamental en la provisión de efectivo a la población durante el aislamiento social preventivo y obligatorio que comenzó a regir el 20 de marzo y aún se mantiene en una decena de distritos de Argentina.
De acuerdo al informe, se incorporaron unas 11.000 agencias complementarias de servicios financieros (puntos de acceso a servicios financieros distintos de los bancos), aunque el Banco Central observó que estos puntos tendieron a ubicarse mayormente en localidades con mejores indicadores socioeconómicos.
Por otra parte, la pandemia y las medidas de confinamiento potenciaron el uso de los medios de pago electrónicos y de los canales electrónicos.
Entre marzo y agosto pasado, las transferencias electrónicas acumularon un incremento del 61 % y el 93 % en montos y cantidades de operaciones, respectivamente.
En ese mismo periodo, los pagos con tarjetas de débito en comercio electrónico también crecieron, con montos reales que se triplicaron y cantidades que se duplicaron.