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29 de abril de 2024

Repsol dice que colaborará con Perú para reabrir su refinería «lo antes posible»

Lima, 31 ene (EFE).- La petrolera Repsol afirmó este lunes que colaborará con las autoridades de Perú para reabrir «lo antes posible» las actividades en la refinería de La Pampilla, luego de que el Gobierno ordenara paralizar las actividades de carga y descarga de barcos petroleros.

«La compañía, sin perjuicio de no compartir la resolución por considerarla desproporcionada e irrazonable, pero en aras de garantizar el suministro de sus productos, expresa su plena disponibilidad de colaboración con las autoridades peruanas», indicó en un comunicado.

El Gobierno peruano tomó esta decisión como parte de las medidas dictadas después de que el pasado 15 de enero se produjese el derrame al mar de al menos 10.396 barriles de crudo de la refinería, ubicada en la provincia limeña del Callao, que colinda con Lima.

Repsol señaló, al respecto, que La Pampilla abastece el 40 % del mercado peruano de combustibles y que, por eso, hará «los mayores esfuerzos para evitar el riesgo de desabastecimiento de productos esenciales para los ciudadanos peruanos y el desarrollo del país».

«Mientras tanto Repsol continúa centrando todos los recursos y esfuerzos en las tareas de limpieza del derrame y apoyo a las poblaciones y la fauna afectada», concluyó.

Al anunciar la paralización de actividades de carga y descarga en La Pampilla, el ministro de Ambiente de Perú, Rubén Ramírez, señaló este lunes que «Repsol no ha dado la certeza de que pueda afrontar un nuevo derrame» desde la refinería, la de mayor volumen del país al procesar diariamente unos 120.000 barriles de crudo.

Ramírez dijo que esta paralización se mantendrá hasta que la empresa brinde «las garantías técnicas de que no se va a producir otro daño en el mar de los peruanos», lo que incluye la modificación de los planes de contingencia con acciones más drásticas.

Informó que Repsol también deberá presentar «un plan de gestión ante derrames de hidrocarburos en mar» y sus instalaciones tendrán que ser certificadas nuevamente por las autoridades competentes para validar su integridad.

La paralización, dictada por el Organismo Fiscalizador de Evaluación Ambiental (OEFA), contempla los cuatro terminales marítimos que tiene La Pampilla para abastecerse de crudo, incluida una monoboya instalada en 2019, la primera de su tipo en el país.

A diferencia de la monoboya, donde el buque puede moverse en torno a ella durante la operación de descarga, los otros terminales requieren que los buques tengan una posición fija, anclados a diversas boyas en torno a la plataforma de colectores de petróleo.

Fue en el terminal número 2 de ese tipo donde se produjo el accidente que causó la catástrofe medioambiental al soltarse o desprenderse presuntamente la plataforma de colectores, en coincidencia con un nivel inusitado del mar a causa del tsunami generado por la erupción volcánica en Tonga.

El petróleo derramado se ha esparcido a lo largo de unos 50 kilómetros de costa, desde Ventanilla, en el Callao, hasta la ciudad de Chancay, en el norte del departamento de Lima.

En superficie, el crudo se ha extendido por 11,9 kilómetros cuadrados entre playas y agua, según el último reporte ofrecido por las autoridades peruanas.

Al respecto, el ministro Ramírez afirmó que la empresa «no ha evidenciado acciones claras de limpieza y de remediación frente a lo ya sucedido», mientras que el OEFA señaló que Repsol ha incumplido los primeros plazos impuestos para la limpieza del derrame, por lo que advirtió que se expone a recibir varias multas.

Sin embargo, la compañía informó este domingo que el 35 % del petróleo ya ha sido recuperado en labores de limpieza del mar y de playas, y que para potenciar las acciones está transportando a Perú más de 200 toneladas adicionales de equipos, desde Estados Unidos, Finlandia, Brasil, Colombia y Emiratos Árabes Unidos.

La petrolera añadió este lunes que está usando «la tecnología satelital más avanzada y herramientas de inteligencia artificial» para seguir el progreso de las labores de limpieza en mar, en paralelo a las acciones que hace «por tierra, mar y aire» para el control del progreso de las actividades.