El mercado local experimentó un aumento de precios de 0,3% – en promedio – en setiembre del 2020, respecto al mes anterior, con lo cual este indicador anotó el tercer mes consecutivo de resultado positivo desde que se empezaron a sentir los efectos económicos de la pandemia de COVID-19, según registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
La inflación acumulada desde enero se ubicó así en 0,5%; por encima del 0,2% al que llegó en agosto pero todavía lejos del piso del rango de 2% a 6% en que se permite fluctuar a este indicador. La inflación interanual – que compara los precios con el mismo mes del año anterior – estuvo en 1,6% en setiembre del 2020, al igual que en agosto.
De abril a junio, la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) tuvo resultados negativos – de -0,2%; -0,6% y -0,4% – y empezó a repuntar en julio y agosto, en ambos casos con cifras de 0,5%.
Esta evolución de los precios de la canasta básica familiar se genera en el contexto de una demanda de productos y servicios que sigue restringida, pues la población se mantiene con temor al contagio y no se logra aún retornar a los niveles de consumo que se observaban antes de la emergencia sanitaria.
El efecto se percibe principalmente en el sector servicios, que no tuvo variación de precios en setiembre respecto a octubre, y coincide con el incremento de los casos positivos registrado en el último mes, recalca el BCP.
No obstante, la intensidad de esta merma está siendo menor de lo que se esperaba y es probable que en las próximas semanas se modifiquen las proyecciones oficiales para el cierre del año que se habían pronunciado en julio pasado, adelantó Miguel Mora, economista jefe de la banca matriz, en la conferencia de prensa virtual brindada este viernes.
“Se estaría reflejando un consumo menos deprimido del que nosotros habíamos previsto; la demanda es todavía negativa, probablemente la reducción que estamos viendo es menor a la que inicialmente habíamos previsto”, explicó.
«Pero también los precios podrían verse influenciados por la importante depreciación de nuestros vecinos y principales socios comerciales, que ejercen una competencia bastante fuerte para productos similares producidos localmente. Es una combinación de menor demanda y precios más bajos tanto en Brasil como en Argentina», añadió.
Impacto del dólar. La apreciación de la moneda norteamericana respecto al guaraní, por su parte, generó un efecto en los precios de productos importados como vehículos, teléfonos, equipos informáticos y algunos electrodomésticos. A esto se sumó la mayor demanda que tuvieron estos rubros, debido a la preferencia de los consumidores por bienes que faciliten el entretenimiento y el teletrabajo en el marco de la pandemia de la COVID-19, agrega el BCP.
Entre los alimentos, la carne vacuna se encareció nuevamente en setiembre pasado, como consecuencia de la recuperación de los precios de exportación y una menor oferta estacional del producto, según referentes del sector. Los sustitutos – pollo, pescado y menudencias – también aumentaron sus precios.
Otro precio que fue impulsado al alza por una restricción de oferta fue el cemento, como consecuencia de los inconvenientes registrados en la producción y en el traslado de insumos para la producción, debido al estiaje del río, reconoce el BCP.
Los productos alimenticios que se abarataron, por su parte, fueron lácteos, azúcar y huevos; los precios de estos últimos respondieron a menor demanda estacional, que estuvo acompañada por estrategias de mercadeo dirigidas a conservar la preferencia de los clientes.
Expectativas. El BCP estimó en julio pasado que los precios de la canasta básica cerrarían el 2020 con una variación promedio de 1,2%, lejos de la meta de 4% y por primera vez fuera del rango desde que se adoptó este esquema de política monetaria.
Se espera que las proyecciones de variación del producto interno bruto (PIB) se modifiquen al alza en el informe que se publicará el 28 de octubre próximo, a partir de la caída de -3,5% que se pronosticó mes atrás, pues la actividad económica está mostrando una sorpresiva recuperación, con la gradual reapertura del movimiento social.