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26 de abril de 2024

¿Por qué sube el dólar en América del Sur y cómo impacta en la economía paraguaya?

La moneda norteamericana muestra en la región un comportamiento diferente que en los mercados desarrollados. Las importaciones, las remesas y la deuda externa figuran entre los factores más afectados, a nivel local. Analizamos las causas y el impacto en las inversiones.

En épocas de pandemia, en medio de situaciones políticas y económicas inauditas en la historia del mundo, la pregunta recurrente es: ¿A dónde se dirige el valor para los inversionistas y a dónde están moviendo sus dólares?

Para taclear la pregunta de la mejor manera, primero necesitamos entender los elementos que colocan al dólar en su privilegiado sitial dentro del mercado internacional. P.J O´Rourke dijo: “Un dólar estadounidense es un pagaré del Banco de la Reserva Federal. Un pagaré que en realidad no promete nada. No está respaldado por oro o plata.”

Aun así, es el hecho de ser la moneda con más demanda a nivel mundial lo que le da al dólar su valor e importancia.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), alrededor del 40% de la deuda mundial y el 60% de las reservas bancarias internacionales del mundo se encuentran en dólares, de acuerdo con los cálculos realizados hasta el primer trimestre de este año. Por otro lado, más del 90% de las transacciones del mercado cambiario de divisas envuelven a la moneda norteamericana.

Reserva global de divisas en miles de millones de dólares en las diferentes monedas. Fuente: Data del Fondo Monetario Internacional
Reserva global de divisas en el primer trimestre del 2020 en las diferentes monedas. Fuente: Data del Fondo Monetario Internacional

Es el rendimiento de la economía americana y su fuerza relativa lo que ha estado sosteniendo el valor de la moneda prácticamente desde 1944, cuando el patrón del oro pasó a la historia y se adoptó al dólar como la moneda principal de reserva global.

Pero, como en muchas otras cosas, las reglas del juego han cambiado con la llegada de la COVID-19 ¿Cómo responde la moneda a una pandemia que viene arrasando con la economía americana (y del mundo), y que requiere esfuerzos históricos para mantenerla a flote?

Como se ha mencionado en el artículo anterior, el índice del dólar llegó en este agosto al valor más bajo registrado en los últimos años, y viene mostrando niveles considerables de volatilidad.

En este contexto la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) anunció que impulsará los esfuerzos necesarios para rescatar a la economía, a cualquier costo. Esto significa continuar con la inyección de dinero y mantener tasas cercanas a cero, lo que podría llevar a la devaluación y pérdida de interés por la moneda americana.

Lea también: ¿En qué cambió la política monetaria de Estados Unidos?

Capaz sea el inicio, o capaz sea la incertidumbre, y eso es lo que queda por ver.

Índice del dólar (DXY) de los últimos dos años.
Tipo de cambio del dólar al euro en lo que va del año. Se puede ver la apreciación del euro frente al dólar ya que, a medida que sube, se necesitan más dólares para adquirir 1 euro.

El dólar y los mercados de América Latina

Si la cotización del dólar se encuentra relativamente a la baja y el escenario no pinta favorable para los norteños, ¿por qué, en los países emergentes y particularmente en América del Sur, sufrimos una suba del tipo de cambio tan significativa en lo que va del año?

Con los casos confirmados de COVID-19 en la región, rondando los 6 millones, todo parece indicar que el virus vino para quedarse y hacer de esta zona su nuevo epicentro, si los cuidados no son tomados.

Ya hace casi un semestre que convivimos con esta realidad y las consecuencias que vienen con la recesión más profunda del siglo: la significativa contracción económica de la región, los altos niveles de inflación, altos números de desempleo y, como respuesta, los esfuerzos de los gobiernos para sacar adelante a sus países por medio de deuda y tasas de interés en bajas históricas son muestra del impacto económico que genera esta crisis mundial.

Casos confirmados de COVID-19 en América del Sur al final de cada mes. El 31 de marzo se reportaron 12.368 casos, al día 28 de Agosto fueron reportados 6.028.720 casos confirmados, lo que representa un aumento del 48.645% en 5 meses. Fuente: Organización Mundial de la Salud.

Así también, es necesario tener en cuenta que la región se caracteriza por su alta dependencia de la exportación y el comercio exterior: al bajar la demanda a nivel mundial del petróleo – a causa de las cuarentenas – y de productos como el maíz, soja, cobre y otros commodities, la región se vio amenazada directamente por la incertidumbre del futuro económico.

Últimamente, hay que considerar las bajas tasas de política monetaria que se vienen aplicando como recurso para apaciguar las aguas y que, a la vez, son protagonistas de la mayor expansión monetaria que podemos vivir como región.

Tasas de política monetaria en Sudamérica (Argentina no entra en el gráfico puesto que manejan una TPM de 38%). Fuente: Bancos Centrales

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Comportamiento del dólar en el plano local

En el caso de Paraguay, el indicador de agregados monetarios M2 – que toma en consideración el dinero disponible en manos del consumidor más los depósitos a corto plazo – aumentó un 19% interanual (comparado con mismo periodo del año pasado) desde enero del 2020. Esto se puede ver reflejado en los altos niveles de liquidez que se registran en el sistema financiero y se podría decir que, hasta ahora, somos uno de los países con mejor respuesta a la pandemia.

En medio de los factores que dieron lugar a la masiva fuga de capitales a destinos considerados más seguros, en este ambiente de vacilación económica y a pesar de todo lo que sucede en Estados Unidos, el dólar sigue siendo considerado la moneda más segura. Esto resultó en la pérdida de valor de las monedas latinoamericanas y, en consecuencia, en la disparada del dólar.

La depreciación del peso uruguayo (UYU), el guaraní (PYG), el peso argentino (ARS), el peso colombiano (CLP) y el real brasilero frente al dólar americano, en lo que va del año. Es importante resaltar que las mayores variaciones se dieron a mediados de marzo, una vez que la pandemia comenzó a generar conmoción en la región.

Las mayores fluctuaciones se dieron en las primeras seis semanas de declarada la pandemia, cuando las monedas de la región llegaron a una devaluación promedio de 12% respecto al dólar. En esos tiempos, Colombia, Brasil y Uruguay mostraron el mayor porcentaje de pérdida de valor, con -22%; -21% y -18%, respectivamente.

En el caso de los países vecinos, Brasil llegó a un pico de depreciación de 45% en mayo pasado. El peso argentino, por su parte, viene sufriendo una depreciación constante desde principios del 2020, alcanzando a finales del mes de agosto una pérdida del 24% de su valor.

Cabe resaltar que el estado monetario de los países vecinos afecta al tipo de cambio dólar/guaraní de manera directa, ya que el comercio fronterizo también influye en la oferta y demanda de dólares. Con todos los mercados en pausa, la falta de turismo y bajas exportaciones, hay dólares dejando el país y pocos son los que entran por las puertas de nuestro mercado.

Aun así, el guaraní sufrió una depreciación del 10% desde inicios del año hasta el cierre del presente mes (por debajo del promedio de 12% de la región); mientras que la pérdida de valor es de 14,4% en comparación con agosto del 2019. En los últimos días, se observaron los picos más altos desde enero del 2003, fecha en la que alcanzó los G. 7.434 por cada billete de dólar.

Lea también: Pronóstico de cotización del dólar asciende a G. 7.000 para fin de año.

Sectores afectados por la suba del dólar

Por más que los efectos y las consecuencias no son los mismos para todos los países de la región, hay factores que afectan a todos en su lucha contra este virus que vino a resentir la vida de las personas.

Entre ellos se destacan las importaciones: a medida que sube el dólar, más aumentan los precios de los productos fabricados en el extranjero – este efecto se puede observar principalmente en los productos de tecnología, transporte, energía y vehículos –. Esto, a su vez, puede generar una pérdida de poder de compra para las personas que residen y trabajan en países exportadores de materia prima, que son mayoría en la región.

Las remesas también sufren un impacto, pero en este caso positivo, ya que el dinero enviado en dólares se traduce en mayor cantidad al ser cambiado a dinero local.

Otro factor macroeconómico para considerar, cuando analizamos los efectos que puede tener la suba del dólar, se encuentra en la deuda de los países. Si bien la región no tiene un alto nivel de deuda en comparación con otras partes del mundo, el alza del dólar genera una preocupación directa, ya que los gobiernos tienden a tomar deuda asumiendo y estimando que pueden generar un crecimiento económico mayor al costo de prestar el dinero.

Pero, si el dólar aumenta su valor, se da una situación como la de Argentina, donde no se pueden cubrir los intereses y la deuda se hace casi insostenible. La realidad es que, en la región, los países se encuentran endeudados en dólares como primer recurso y luego, en euros.

Por estos motivos, el Gobierno debe tener cuidado al emitir deuda en moneda extranjera, en estas épocas delicadas de desconcierto.

Lea también: Deuda pública suma USD 10.944 millones hasta julio y alcanza el 31% del PIB

Por lo tanto, ¿a dónde van los dólares y a dónde se dirige su valor?

La alta volatilidad y la mayor aversión al riesgo son factores que están impactando en las monedas del Sur, a causa de la expansión monetaria, la situación actual del comercio exterior y la fuga de capital a resguardo que estamos viendo.

Siendo aún el dólar la moneda de respaldo y a pesar de ser un pagaré sin promesa, se mantiene como el principal amparo de la economía mundial y apunta también a ser el mejor resguardo de las inversiones.

Las proyecciones indican que el fenómeno alcista va a continuar en el futuro cercano, mientras la incertidumbre y el virus se siguen abriendo paso. Ciertamente, la pandemia ha hecho estragos en todos los sentidos posibles, pero no todo está perdido. Si bien es posible que la recuperación tome años, no hay duda de que saldremos de esta una vez más, tal y como lo hemos hecho tantas veces antes.

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