Los vientos de fin de año aparentemente soplan a favor del sector más afectado por la pandemia de COVID-19: el comercio y los servicios. La fundación Desarrollo en Democracia (Dende) mejoró el pronóstico para estas actividades y ahora espera que en promedio cierren el 2020 con una retracción de -10%.
En mayo pasado, la estimación era de una contracción de -17%, lo cual revela un impacto que será menos severo de lo que se contempló en el momento del confinamiento total de la población. El economista César Barreto explicó que se prevé una recuperación total del sector terciario recién para el segundo semestre del 2021.
Esta mejora en las perspectivas coincide con la reapertura gradual que se vino permitiendo a la actividad económica del país, desde mediados de año, y se da como antesala del mayor movimiento comercial que nuestro mercado acostumbra tener en las últimas semanas de cada ejercicio anual.
“Aumentó el movimiento de la gente, veremos cómo se traduce eso en mayores ventas del comercio y servicios. Necesitamos más información para precisar, pero seguramente va a ir mejorando y normalizándose gradualmente. Estamos revisando continuamente y haremos ajustes nuevamente si los datos muestran una tendencia diferente”, expresó César Barreto, en conversación con MarketData.
Con este nuevo escenario, la proyección de caída del producto interno bruto (PIB) para el cierre del 2020 se ajusta a -2%, según los cálculos de Dende, desde el -3% que había pronunciado a fines de julio; este pronóstico, a su vez, había empeorado desde el -1,5% contemplado con la llegada de la pandemia.
Antes de la emergencia sanitaria, se esperaba un crecimiento económico de 4% y las esperanzas están puestas en que en el 2021 se experimente una recuperación de 4,5%.
El Gobierno dispuso dejar atrás el esquema de fases de la cuarentena inteligente, pero se mantienen las medidas de prevención en cuanto a higiene y distanciamiento social en los locales.
Comportamiento de sectores
Barreto relató que observan una importante mejoría en las ventas de supermercados, tiendas de electrodomésticos, materiales de construcción y estaciones de servicios.
Los shoppings, por su parte, se mantienen con ventas en 30% por debajo del año pasado. Las áreas de turismo, entretenimiento y gastronomía se encuentran repuntando lentamente, pero conforman el grupo de bajas ventas, agregó el ex ministro de Hacienda.
Para César Armele, miembro del directorio de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Paraguay (CNCSP), los sectores de comercio y servicios hoy mantienen caídas de -16% a -40%, dependiendo de los rubros.
“Lo que nosotros podemos percibir en la práctica es que las caídas en estos sectores están por encima del 10%; estamos hablando de caídas del 30% y 40%, dependiendo de cada subsector”, señaló el empresario.
La perspectiva manejada en estos segmentos económicos es seguir la reactivación económica y que, a medida que se vaya superando la pandemia y se reduzcan los contagios, el consumo se pueda reactivar.
Apertura de fronteras
Armele destaca el efecto positivo que puede generar la reapertura de la frontera y considera este hecho como un gran paso, pese a reconocer que las ventas en el sector comercial siguen siendo muy bajas.
César Barreto coincide con esta expectativa y considera que el resultado de merma económica puede ser un poco menor como consecuencia de la reactivación del comercio fronterizo.
El comercio fronterizo tuvo una caída de -46,8% de enero a setiembre del 2020 y el año pasado representaron el 29% de las exportaciones paraguayas, según BCP
“El valor agregado en términos del PIB del comercio fronterizo no es muy grande porque los márgenes de comercialización, que es lo que forma parte del PIB, son bajos”, detalló.
Los pasos fronterizos con Brasil están rehabilitados desde el 15 de octubre y los aeropuertos volverán a operar con vuelos comerciales convencionales desde mañana, miércoles. Esto, tras más de seis meses del cierre dispuesto para frenar la propagación del virus en el país.
Duro golpe a la producción
El sector de comercio y servicios sufrió una caída de -11% en su PIB, en el segundo trimestre del 2020. Fue así el segmento más afectado por la pandemia, ya que las siguientes contracciones correspondieron a electricidad y agua (-10,4%) y manufactura (-6%), según registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
La expectativa de un retroceso menor al esperado en las actividades de comercio y servicio es una noticia alentadora para nuestra economía, ya que este segmento representa el 47,6% de la estructura del PIB y es el principal generador de empleo en el país.
En Asunción y el Departamento Central, el sector terciario concentró al 84,1% y el 74,3% de los trabajadores, respectivamente; mientras que en Alto Paraná e Itapúa tuvo una incidencia laboral de 70,6% y 54,8%, en el 2019, según datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC).
La creatividad, para sobrevivir
Además del abaratamiento de productos que varios comercios adoptaron en los meses de cuarentena para atraer a los clientes – que llevó a tres meses consecutivos de deflación mensual y una inflación prevista en apenas 1,2% para el cierre del año –, la creatividad también fue un arma del que se valieron las empresas paraguayas para seguir operando, principalmente en el sector de servicios.
Una de las estrategias aplicadas fue, por ejemplo, invitar a las personas que sufrieron cortes en el suministro de energía eléctrica a acudir a establecimientos gastronómicos para estudiar y usufructuar los servicios de Wifi y electricidad, sin necesidad de consumir.
Los hoteles, por su parte, lanzaron precios especiales para hospedarse los fines de semana y las promociones se extienden también a las posadas en el interior del país.
