En su más reciente informe de Nota Macro Trimestral, la consultora Basanomics advierte que el resultado fiscal para el 2022 es incierto, más aún cuando se toman en cuenta las actuales presiones para incrementar los gastos corrientes en un año electoral.
Menciona que preocupa la continuidad de una política fiscal expansiva, financiada con endeudamiento y con un cese de la convergencia hacia los límites establecidos por la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
La citada consultora recuerda que a mayo, el déficit anualizado es de 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 3% proyectado en el Presupuesto General de la Nación (PGN) vigente.
“De hecho, la convergencia del déficit fiscal hacia niveles compatibles con el límite establecido en la LRF (1,5% del PIB) se ha detenido desde hace un año. De esta manera, el resultado fiscal para el 2022 es incierto”, afirma.
Adicionalmente, dice que si el fisco considera honrar el pago de las deudas que mantiene con los sectores vial y farmacéutico, cuyo monto oscila alrededor de USD 500 millones, cumplir con el déficit establecido en el PGN 2022 “es poco probable”, ya que ello implicaría una significativa desaceleración en el nivel de gasto o inversión pública en el segundo semestre.
Ante este escenario, agrega que las perspectivas fiscales permanecen bastante frágiles y se resumen en un elevado déficit fiscal que no permite estabilizar el nivel de endeudamiento o recomponer los amortiguadores fiscales.
“Esta situación, combinada con una política monetaria todavía acomodaticia, sigue constituyéndose en una importante fuente local de presiones inflacionarias. La prioridad del fisco debería ser volver a los márgenes establecidos por la LRF de manera a garantizar, cuanto menos, la estabilidad y solvencia macroeconómica en el mediano plazo”, recomienda.
Además, enfatiza en que el deterioro de la salud de los indicadores macroeconómicos es significativo. En los últimos años, el endeudamiento público de Paraguay creció aceleradamente y casi se ha duplicado (crecimiento del 81%), pasando de representar el 19,8% del PIB a fines de 2018 a 35,8% en mayo de 2022.
“Actualmente, tanto el déficit anualizado (-3,6% del PIB), el nivel de endeudamiento público como porcentaje del PIB (35,8%), el nivel de inflación (11,4%) y la ausencia de crecimiento (con expectativas de contracción económica) hacen que las condiciones económicas actuales se asemejen a las que Paraguay experimentaba a inicios del siglo (circa 2002–03), cuando enfrentaba su peor momento económico reciente”, añade.
Basanomics dice que, por estos motivos, es urgente la implementación de medidas correctivas de manera a reconstruir los márgenes de maniobra de las políticas macroeconómicas.
Probable contracción
Por otra parte, menciona que los pobres resultados del sector agrícola y en la generación de energía, ambos debidos a la reciente sequía, hacen muy probable una contracción del PIB en 2022.
Añade que la dinámica económica reciente apunta a un nuevo año de recesión debido a que el principal motor de expansión económica durante 2021 muestra claras señales de ralentización.
“El consumo fue el principal factor de crecimiento económico el año pasado, expandiéndose en 10,9% (muy por encima del crecimiento del PIB, 4,2%). Sin embargo, los indicadores de corto plazo del consumo se han desacelerado significativamente desde inicios del 2022”, relata la firma.
Persisten presiones inflacionarias
Asimismo, Basanomics comenta que persisten las presiones inflacionarias, con la inflación interanual “estabilizándose” en niveles históricamente altos.
“La gradual reapertura de las economías, en conjunto con incrementos en el precio de las materias primas, originó una fuerte aceleración de la inflación a nivel global, regional y local. A fines del mes de junio, la tasa interanual de inflación en Paraguay se ubicó en 11,5%, porcentaje similar al observado a fines de abril (11,8%) y mayo (11,4%)«, cita.
Adicionalmente, el reciente ajuste del salario mínimo y la suba de los combustibles en la segunda quincena de junio volverían a ejercer presiones al alza sobre los precios, en julio. La inflación registrada en este 2022 es la mayor desde la implementación del esquema de metas de inflación en 2011 y preocupa su persistencia, añade.
Por último, manifiesta que el proceso de ajuste de las condiciones monetarias no debería detenerse hasta observar que la inflación disminuye de manera significativa y consistente.