El avance de la vacunación contra el COVID-19, principalmente en los países desarrollados, está llevando a que la economía mundial transite el camino de la recuperación, luego de la fuerte contracción que causó en el 2020 el estallido de la pandemia.
Al flexibilizarse las restricciones sanitarias y dotar a la población de una mayor confianza para volver a salir a consumir, la actividad económica adquiere un mayor dinamismo; los precios empiezan a incrementarse, en consecuencia, al generarse una mayor demanda de productos y servicios.
Esta situación se observa, por ejemplo, en la economía estadounidense y la Reserva Federal (FED) ya anunció que adelantará el proceso de corrección de su política monetaria. Para nuestro país también se espera una coyuntura similar, según se advierte desde el propio Banco Central del Paraguay (BCP), pero con la expectativa de que sea solo un fenómeno momentáneo.
“En nuestro país, se espera que un mayor dinamismo del consumo traiga consigo tasas interanuales de inflación más altas, de manera temporal”, adelantaron técnicos de Estudios Económicos de la banca matriz, al ser consultados por MarketData.
“El Banco Central del Paraguay monitorea continuamente los indicadores locales e internacionales relevantes para la inflación de manera a identificar presiones inflacionarias que puedan ser persistentes. De ser así, el Banco Central reaccionará oportunamente, utilizando sus instrumentos de política monetaria”, agregaron desde el ente emisor.
Esta perspectiva coincide con el escenario que vaticina la consultora Basanomics en su más reciente Nota Macro Trimestral, donde considera que el consumo privado será el principal motor del crecimiento del producto interno bruto (PIB) en el presente año.
“Las medidas limitantes a la movilidad tuvieron un significativo impacto en el gasto en consumo de las familias, afectando no solo a su nivel sino igualmente a su composición. La incertidumbre sobre las perspectivas de empleo e ingresos generó que el consumo sea menor y que los ahorros preventivos sean más altos de los que eran antes de la crisis. La normalización gradual de las actividades está permitiendo una recuperación importante de este agregado económico”, relata la firma.
Basanomics recuerda que la inflación se aceleró recientemente, ya que la variación mensual de 0,6% registrada en mayo cambió el panorama respecto a los resultados cercanos a 0% que se mantuvieron entre febrero y abril -estabilidad para la que contribuyó la baja que tuvo en ese momento la cotización del dólar frente al guaraní-.
De esta manera, la inflación interanual (comparada con un año atrás) ascendió a 3,7% en el quinto mes del 2021, se acercó a la meta de 4% del BCP.
El banco Itaú, por su parte, reconoce que este mayor incremento de precios se relaciona con un “efecto base desfavorable”, ya que hace un año se tenía precios más bajo de energía, por ejemplo. De hecho, abril, mayo y junio del 2020 fueron meses de deflación mensual (caída de precios), mientras la economía sufría el golpe de la estricta cuarentena que se imponía para evitar la propagación del virus.
La entidad de origen brasileño agrega que la presión alcista de los precios de la carne y de los combustibles acompaña al contexto de valores más altos de las materias primas -que a su vez encarecen los costos de producción a nivel local- para la mencionada aceleración que está teniendo la inflación en las últimas semanas.
Con estos elementos, Itaú elevó a 3,5% su proyección de inflación para el cierre del 2021, cerca de la estimación de 3,8% que maneja el BCP y por encima del 2,2% en que cerró el 2020.
Basanomics coincide con este pronóstico, pues considera que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tendrá una variación “muy cercana” a la meta de 4% que establece el BCP para la implementación de su política monetaria.
“Un efecto base favorable (inflaciones mensuales relativamente altas observadas en el segundo semestre del 2020) haría que la inflación interanual permanezca, en lo que resta del año, cercana a su nivel actual, con lo cual el inicio de la normalización de la política monetaria se postergaría hasta el primer trimestre del 2022”, concluye el reporte.