La mala distribución de los ingresos en la población sigue siendo una de las principales falencias de Paraguay, al igual que el índice de pobreza. Este indicador, que es medido con el coeficiente de Gini, se mantuvo casi invariable en el 2019, según la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC).
La DGEEC indica que el coeficiente Gini experimentó una mínima disminución – de 0,7% – en el 2019, frente al 2018; pasando de 0,461 a 0,458. En tanto, al compararlo con el año 1997/8 (año en que estuvo en 0,542), se observa que en 22 años el Paraguay pudo reducir la desigualdad de los ingresos en solo 15%.
El índice de Gini mide el nivel de concentración que existe en la distribución de los ingresos en la población. Sus valores oscilan entre 0 y 1: si una sola persona recibiera la totalidad del ingreso, este índice tomaría el valor uno; si todos los paraguayos percibieran el mismo ingreso, sería cero. Cuanto más cercano a uno, mayor es la desigualdad en el país, explica la DGEEC.
Cálculos para el 2020. De acuerdo con la estimación presentada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) a principios de agosto del 2020, este año se podría experimentar un incremento en torno a 1,9% en la desigualdad en la distribución de los ingresos en Paraguay.
La proyección de la Cepal está sustentada en todos los efectos que tuvo y sigue teniendo la pandemia de COVID-19 sobre la economía paraguaya, al igual que en otros países. Esto también afectará a la distribución de ingresos en los países de la región, señala el organismo.
En ese sentido, el estudio realizado por la economista Verónica Serafini, investigadora del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), advierte que los pocos avances que había logrado Paraguay con respecto a las reducciones de la pobreza, el hambre y la desigualdad, hoy se encuentran en peligro tras la aparición de la COVID-19.
