En nuestro país, la población femenina asciende a 3.702.248 personas, de las cuales 2,6 millones se encuentran en edad de trabajar. Sin embargo, al cuarto trimestre del año pasado, solo un 41,2% contaban con un ingreso mensual.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), a finales del 2021, alrededor de 25.020 mujeres han vuelto a trabajar, luego de haber sido expulsadas del mercado laboral a causa de la pandemia. Además, cabe resaltar que este grupo fue el más afectado con la llegada de la emergencia sanitaria.
Según el INE, la tasa de ocupación de las mujeres es de 54,2%, es decir, 1.433.605 se encuentran trabajando. Mientras que los hombres, por otra parte, tienen una tasa de ocupación del 80,3%, unas 2.062.129 personas.
En este sentido, cabe resaltar que el promedio de estudios con que cuentan las mujeres es de 8 a 9 años, por su parte, el de los hombres es de 6 a 9 años, con lual se concluye que las féminas suelen tener 2 años más de preparación académica, según datos publicados por el instituto.
Además, el 31,6% del total de las mujeres en Paraguay se encuentra trabajando de forma independiente, mientras que el 28,4% está en el sector privado y en un 16,8% son empleadas domésticas. En cuanto a la ocupación de cargos directivos, las mujeres representan un 37,6% de 141.800 personas.
Un panorama poco alentador
La inserción de las mujeres al mundo laboral se da en condiciones de desigualdad, con tasas de actividad económica, o de vinculación efectiva o potencial al mercado laboral marcadamente dispar entre hombres y mujeres.
Con respecto al ingreso económico de las mujeres, el INE detalla que en Paraguay en promedio, la ganancia mensual de este segmento poblacional que se encuentra activamente trabajando ronda los G. 2.142.000, es decir, G. 379.000 menos que los hombres.
Igualmente, el informe detalla que la violencia económica laboral en el país se encuentra en un 25%, de la cual la mayor cifra se concentra en las áreas urbanas, que ronda el 26,7% del total, mientras que en las áreas urbanas se registra un índice del 21,4%.
A su vez, la violencia económica laboral hacia las mujeres es mayor en el grupo de entre 30 y 64 años de edad, con un 28,4%, seguido a las personas de 65 años y más, con un 21,9%; mientras que la menor se encuentra en el rango de 18 a 29 años.
En cuanto al tipo de ocupación, este tipo de violencia está más presente entre las trabajadoras independientes, donde la incidencia es de 26,6%, frente al 25,7% que se da entre asalariadas del sector público y privado, y el 24,3% que se observa entre las trabajadoras domésticas.
Sin embargo, a nivel general, la violencia está más presente entre las asalariadas.
La violencia económica es toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima, es decir, consiste en lograr o intentar conseguir la dependencia financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos o incluso prohibiendo trabajar.
Este tipo de maltrato también se puede vivir en el ámbito laboral, ya que muchas veces a las mujeres se les ofrece un salario menor por igual trabajo y dentro de un mismo centro laboral, en comparación con un colega masculino. Incluso, existen empresas que solicitan pruebas de embarazo a una postulante al empleo, o jefes que limitan un ascenso laboral por el hecho de ser mujer.
Asimismo, los hogares encabezados por mujeres representan el 39,1%. De estas mujeres jefas de hogar; en un 30,9% son solteras, 25% están en concubinato, 19,8% son casadas, 15,2% son viudas, 7,2% son separadas y 1,9% son divorciadas.
A todo esto se le suma la violencia basada en género, que se trata de una situación crítica en el país y que se vio agudizada en la cuarentena a causa de la pandemia, ya que según datos del Ministerio de la Mujer, la línea de emergencia de esta institución registró un 50% más de llamadas en marzo de 2020, comparadas con el mismo mes del año anterior.
El INE presentó la primera Encuesta Nacional sobre Situación de las Mujeres en Paraguay (Ensimup 2021), que se centró en obtener datos certeros sobre la violencia basada en género contra las mujeres.
Este estudio permite visibilizar la prevalencia de los hechos de violencia, ya que según la Encuesta, a nivel país, el 78,5% de mujeres de entre 18 y 29 años ha sufrido algún tipo de violencia basada en género al menos una vez a lo largo de su vida.
Cabe resaltar que se entiende por violencia contra la mujer la conducta que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, patrimonial o económico a la mujer, basada en su condición de tal, en cualquier ámbito, que sea ejercida en el marco de relaciones desiguales de poder y discriminatorias (Ley N°5777/16, artículo 5°).
La consultora Mentu advierte que la violencia de género tiene un impacto económico negativo relacionado con los costos de salud, costo de oportunidad por ingresos perdidos, entre otros, por lo que insta a que las políticas públicas se orienten a disminuirla y, con ello, reducir las desigualdades.
