Datos publicados en el boletín mensual de la Superintendencia de Bancos dan cuenta de que la cartera de créditos bancarios llegó a un nivel de G. 109,6 billones al cierre de noviembre del 2021, lo que representa un crecimiento del 8,2% con respecto al mismo periodo del año anterior. Cabe apuntar que el crecimiento de octubre había sido en esta misma proporción, mientras que en septiembre fue del 7%.
Analistas de la consultora local Mentu apuntaron, en su publicación diaria “Pulso Financiero”, que este crecimiento sostenido en los préstamos bancarios refleja el mayor dinamismo de la actividad económica y la respuesta a las tasas de interés que continúan siendo bajas. Añadieron que estos son factores que inciden en la búsqueda de alternativas de financiamiento para financiar inversiones y consumo.
“El ritmo de crecimiento en las carteras de los sectores económicos más tradicionales como el consumo y el comercio al por mayor y menor se recupera lentamente, mientras que los créditos a la agricultura continúan a la baja”, refiere el boletín.
También destacaron el buen dinamismo en las carteras de construcción y vivienda, que se sostuvieron a lo largo del año. Además, la categoría de “otros sectores” registró un crecimiento cercano al 30%, mientras que el financiamiento a la industria creció un 19% con respecto al mismo periodo del 2020.
Depósitos
Por su parte, la cartera de depósitos también siguió creciendo pero a un ritmo menor que en meses anteriores y, según la mencionada consultora, esto podría reflejar una transición en la disposición de los agentes a realizar gastos de consumo en vez de ahorrar.
Al cierre de noviembre, los depósitos bancarios alcanzaron un nivel de G. 125,2 billones, lo que representa un incremento del 6,7% con respecto al 2020.
Cabe mencionar que, en octubre de este año, el crecimiento de esta cartera había sido de casi el 9%, mientras que en noviembre del año pasado se había registrado una suba interanual que llegó a casi el 20%.
De este modo, el crecimiento de los ahorros en noviembre de este año mostró la menor evolución en los últimos dos años, según apunta Mentu.
“Los depósitos a corto plazo continúan creciendo y tienen la mayor participación en el total, se refleja un aumento de los depósitos a plazo fijo de más del 20%, mientras que los CDAs crecieron en casi 1%. Esta situación podría estar relacionada con las expectativas de inflación en el corto plazo, que motiva a los agentes a reservar sus recursos”, explica la publicación.