El sector productivo del país fue uno de los más golpeados este año, debido al bajo rendimiento de los cultivos a causa de la sequía que azotó a finales del 2021 en Paraguay, hecho que ocasionó una de las peores campañas agrícolas registradas en los últimos tiempos.
Sin embargo, este resultado será mejorado en la próxima campaña, ya que según las estimaciones realizadas por el economista Manuel Ferreira el sector productivo tendrá un repunte el año que viene.
“Estimamos preliminarmente un efecto rebote para el próximo año, que llevaría el PIB (producto interno bruto) a 9,8%. Este número se basa en una producción de 9 millones de toneladas de soja, con todos los impactos positivos que se generan en la cadena agrícola (fletes; industria; comercio; entre otros)”, manifestó el analista, en conversación con MarketData.
“Estimamos preliminarmente un efecto rebote para el próximo año, que llevaría el PIB (producto interno bruto) a 9,8%»
Manuel Ferreira, economista.
A su vez, Hugo Pastore, vocero oficial de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercialización de Cereales y Oleaginosas (Capeco), señaló que la campaña sojera inició con buenas lluvias, lo que genera una alta expectativa para el sector rural en general.
“La siembra ha avanzado bastante, hemos tenido buenas precipitaciones en general, poquito más atrasadas las lluvias en la zona de los departamentos del norte: San Pedro, Concepción, Amambay, pero también han tenido precipitaciones y estamos ahora expectantes sobre cómo van a continuar las lluvias”, indicó.
En cuanto a las proyecciones para el 2023, Pastore comentó que esperan tener una campaña normal, aunque dijo que todos los productores se encuentran expectantes con relación a cómo se comportará el clima en los próximos meses.
“Todavía debe pasar mucha agua bajo el puente, como se dice, hay algo de incertidumbre con los pronósticos climáticos. Ojalá podamos tener una campaña normal y tengamos más de 9 millones de toneladas, ojalá 10 millones de toneladas”, expresó.
Con respecto a la situación de las exportaciones del maíz, el vocero de Capeco puntualizó que el comercio de maíz se encuentra muy activo. “Tuvimos una buena zafra de maíz, que ayudó a oxigenar un poco la delicada situación que tiene el sector, y hoy está full”, finalizó.
Aumentar la industrialización en el país
Por otra parte, en el programa Plaza Pública de la organización Desarrollo en Democracia (DENDE), los distintos actores del sector industrial sostuvieron que Paraguay necesita de financiamientos a largo plazo, promoción y tecnología para aumentar la industrialización dentro del país.
Marco Riquelme, gerente general de Mazzei, considera que Paraguay tiene varios inhibidores a la hora de industrializarse. En primer lugar está el tamaño de nuestro mercado, ya que es pequeño. A esto se suma que nuestro mercado está colmatado por el contrabando, pues se estima que el 30% de los productos de consumo masivo y domisanitario adquiridos en nuestro país son de origen informal y de contrabando.
Asimismo, Riquelme lamentó que los bancos no estén preparados para financiar a largo plazo a las industrias y criticó que el Banco Nacional de Fomento, que debe fomentar la creación de empleo y la industrialización del país, sea actualmente un banco de consumo.
«Nosotros tenemos ganas de invertir, de crecer, de arriesgarnos, pero solamente las empresas que tienen otras fuentes de ingreso pueden invertir, aquel emprendedor o aquella persona que quiere invertir para una industria o que provea algo para el sector industrial no lo puede hacer porque no existen productos (financieros) para que pueda desarrollar su industria”, se quejó.
Otra problemática guarda relación con la instalación de parques industriales y la falta de servicios básicos que giran en torno a estos parques, así como la falta de mandos medios que permitan atraer más inversión extranjera en Paraguay.
El titular de DENDE, Alberto Acosta Garbarino, recordó que tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los países comenzaron una carrera hacia la industrialización, que fue ganada por Asia.
Refirió que dentro de América Latina, Paraguay ha sido uno de los más rezagados, ya que nuestro país nunca tuvo un proceso acelerado de desarrollo industrial. No obstante, hay aspectos positivos tras el boom de los commodities y el desarrollo del sector agropecuario, a lo cual se suma el Régimen de Maquila, que permitió el aumento de la participación de la industrialización a un 20% del producto interno bruto (PIB).
A su vez, Carina Daher, presidenta de la Cámara de Empresas Maquiladoras del Paraguay, señaló que la falta de inversión en tecnología de parte del Estado para procesar las documentaciones del sector privado y acortar los plazos de respuesta es otro factor que impide un mayor crecimiento del sector industrial.
Actualmente, el sector de Maquila emplea a 22.000 personas en forma directa y a casi 60.000 en forma indirecta, a través de 254 empresas. Se espera que este año la exportación del sector supere los USD 1.000 millones.
Una de las ventajas competitivas en el sector de Maquila es la mano de obra y la flexibilidad a la hora de entrenar al trabajador paraguayo, así como la efectividad en la producción, agregó Daher. «No hay un techo para el Régimen de Maquila para crecer. Nosotros creemos que somos una de las anclas, una de las banderas para la industrialización porque ofrecemos esa capacitación”, aseveró.