Según datos publicados por el Banco Central del Paraguay (BCP) en su último informe de inflación, la carne vacuna tuvo un incremento de precios en el orden del 26,3% durante los últimos doce meses. Este producto fue uno de los más determinantes en el aumento generalizado de la canasta básica en el mencionado periodo, claramente sensible en las góndolas de supermercados y comercios.
Haciendo una distinción entre diversos cortes, la suba de precios fue de más del 30% para productos específicos como el lomo o la paleta, y en el orden del 25% para la carne molida de primera y el puchero. Otros cortes, más comúnmente utilizados en parrilla como la costilla y el vacío, se encarecieron en promedio alrededor del 23%, según informó la banca matriz.
Al ser consultado sobre este asunto, Daniel Burt, gerente de la Cámara Paraguaya de la Carne (CPC), refirió que la inflación impactó en todos los productos, comenzando por la suba del combustible que tiene un importante efecto de derrame hacia otros segmentos.
Sin embargo, dijo que en estos meses la situación se podría revertir en el caso de la proteína roja, por causa de dos elementos que deben ser considerados.
Explicó que, recientemente, un tema sanitario generó la suspensión de los envíos de carne brasileña a China, uno de los compradores más importantes del mundo que se encuentra en proceso de recuperación.
Ante esta situación, dijo que los productores locales deben bajar sus precios para poder ser competitivos, y que un 30% de la producción paraguaya se vende dentro del país.
“Irónicamente lo que hizo que subieran los precios, ahora está haciendo que bajen. Brasil fue suspendido de China por un tema sanitario y entonces están con un montón de carne que están colocando y entraron a competir a algunos mercados como el chileno, también el de Israel. Eso hace que Paraguay tenga que bajar sus precios para poder ser competitivo”, aseveró.
De esta manera, puntualizó que en el caso de Brasil, podría generar una regularización de los precios para volver a los puntos más normales. Afirmó que lo que ocurrió en septiembre fue excepcional, aunque todos los años hay una curva natural, con épocas del año en que hay mayor demanda y épocas en que bajan los precios.
Puntualizó que la suba irregular no le conviene a ninguna de las partes, porque baja el consumo, aunque habrá que ver cómo reacciona el mercado a fin de año por la cuestión estacionaria de las fiestas, que genera una mayor demanda de este producto alimenticio.
Por otra parte, refirió se debe tener en cuenta que hubo dos años de sequía, lo que hace que haya menos animales disponibles y que los que sí están disponibles sean de confinamiento y alimentados con balanceado. Estos insumos han subido de precio con la suba de los granos y el costo de la producción se incrementó, repercutiendo en el precio final.
Sin embargo, actualmente el precio de algunas materias primas como el maíz o la soja se encuentran con tendencia a la baja en el mercado internacional, lo que repercutirá positivamente en la compra de los insumos para alimentación, a criterio de Burt. Este sería otro elemento a tener en cuenta para esperar la baja del precio de la carne, en las próximas semanas.
“Sería ya en estos meses (la baja del precio), obviamente tarda algunas semanas en darse, pero sería ya este año. Después tenemos que ver cómo actúa la demanda a fin de año, eso es una curva natural de mayor demanda. A nosotros no nos conviene que baje el consumo, el 30% de nuestro mercado es el mercado local y tenemos una relación con nuestro cliente de poder proveerles constantemente calidad a un precio que sea predecible”, dijo.
Finalmente, expresó que la bajante del Río Paraguay es un tema que todavía aqueja a los productores de ganado, ya que existe una menor posibilidad de exportaciones, con menos contenedores y buques, lo que genera mayores costos logísticos. Esto seguirá siendo de momento una presión al alza en la producción del demandando producto.