Según Bloomberg, las acciones lograron recuperarse tras pérdidas iniciales impulsadas por las fluctuaciones en Nvidia Corp. y la incertidumbre por el conflicto en Ucrania. Por otro lado, el Bitcoin superó los $98,000, acercándose rápidamente a la marca de los $100,000 en medio de especulaciones sobre un entorno favorable para las criptomonedas con el presidente electo Donald Trump.
La posibilidad de un marco regulatorio más flexible y el nombramiento de Chris Giancarlo, expresidente de la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos, como el primer «zar de las criptomonedas», según un informe de Fox Business News, ha generado optimismo en el sector.
En el ámbito tecnológico, el Nasdaq 100 cerró con un avance del 0,3% después de haber caído más del 1% al inicio de la sesión. Por su parte, el S&P 500 subió un 0,6%. A pesar del repunte, los inversores se mostraron cautelosos luego de que el fuerte rally de Nvidia Corp. se estancara por unas previsiones que no cumplieron con las expectativas de Wall Street. La tensión geopolítica también actuó como un freno para mayores ganancias.
Los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años aumentaron ligeramente a 4,43%, mientras que el dólar mostró fortaleza tras la publicación de datos laborales mixtos. Las solicitudes iniciales de subsidios por desempleo fueron menores a lo esperado, pero las solicitudes continuas, que reflejan el número de personas que siguen recibiendo beneficios, alcanzaron su nivel más alto en tres años.
En términos generales, los principales índices bursátiles de Estados Unidos cerraron con ganancias. El S&P 500 subió un 0,6%, el Nasdaq 100 un 0,3%, y el Dow Jones destacó con un avance del 1,2%. A nivel global, el índice MSCI World subió un 0,5%.
En el mercado de bonos, los rendimientos tuvieron un comportamiento mixto: Estados Unidos: Subieron 2 puntos básicos, cerrando en 4,43%. Alemania: Cayeron 3 puntos básicos, situándose en 2,32%. Reino Unido: También retrocedieron 3 puntos básicos, quedando en 4,44%. El mercado mantiene su atención en el panorama geopolítico y los datos económicos, mientras los inversores buscan señales más claras sobre las perspectivas de crecimiento y políticas monetarias.
