Las más recientes mediciones realizadas en el Banco Central del Paraguay (BCP) van revelando el fuerte impacto que la pandemia de COVID-19 tuvo en la economía local durante los meses de mayores restricciones a la actividad y movilidad social.
Técnicos de la banca matriz estiman que hubo una caída de -11% del producto interno bruto (PIB) en el segundo trimestre del corriente año, a raíz de los efectos del coronavirus (COVID-19) y la cuarentena implementada por el Gobierno para tratar de controlar el contagio en Paraguay.
“La evolución del PIB se explica por una pronunciada contracción del consumo y la inversión, mientras que las exportaciones netas tendrían una contribución positiva al reducirse en mayor medida las importaciones que las exportaciones. La dinámica negativa se moderaría durante el tercer y cuarto trimestre. En términos anuales se registraría una retracción del producto del 3,2%”, explica el ente emisor.
En cuanto al consumo, el BCP observa una contracción de -17% en el periodo analizado y esta sería la mayor retracción que experimenta este indicador desde que existen registros de Cuentas Nacionales Trimestrales.
Para el tercer y cuarto trimestres del 2020, el BCP prevé que el consumo siga deprimido, situación consistente con un ambiente de alta incertidumbre. Así relata en el boletín Macro de junio 2020, que lanzó su primera entrega con el título “El Covid-19 y su impacto económico en Paraguay”.
Estas proyecciones nacen de un estudio realizado por el Banco Central, utilizando el Modelo de Equilibrio Dinámico de la Economía Paraguaya (MEDEP), donde se hicieron simulaciones condicionadas con base en un conjunto de supuestos y shocks que afectan a la economía paraguaya. El ejercicio arroja estimaciones en base a los impactos de la pandemia y la cuarentena, sobre la oferta y demanda, el consumo, el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, etc.
El reporte del BCP sostiene que los efectos del Covid-19 y la cuarentena se modelan como una combinación de shocks, tanto por el lado de la demanda como de la oferta, que iniciaron en el primer trimestre, ganaron más fuerza en el segundo trimestre y se espera que disminuyan a partir del tercer trimestre del 2020.
Metodología. Para identificar la magnitud del shock de demanda interna, la banca matriz procedió a realizar ejercicios que ayudaron a medir el impacto de la cuarentena sobre el consumo privado. Así, el BCP utilizó datos de la evolución de compras con tarjetas de débito, y también cuantificó la respuesta del consumo en base a las restricciones para cada uno de los sectores económicos.
“Durante abril, mes en que las medidas de distanciamiento limitaban la actividad económica a sectores vinculados a la provisión de bienes de primera necesidad, las compras con tarjetas se han reducido en 20% en términos interanuales”, menciona el informe.
En ese mismo sentido, el Banco Central estima que la caída del consumo fue de -23% interanual (comparado con mismo mes del año pasado) en abril del 2020, teniendo en cuenta la evolución de las compras con tarjeta de débito – para cuantificar el nivel de consumo de los hogares –.
“También la descomposición del gasto en consumo privado por tipo de producto, de manera a medir las restricciones impuestas sobre cada una de estas actividades productivas”, agrega el reporte.
Además de la proyección sobre el consumo, del documento del BCP se deduce un dólar que se mantendrá con tendencia al alza durante el resto del año, una inflación en 1,2%, mientras que la Tasa de Política Monetaria (TPM) se mantendría en 0,75%.
«Eventuales nuevos confinamientos podrían incidir negativamente en el citado escenario y las proyecciones obtenidas. Esta incertidumbre, que conllevaría el riesgo de pérdida de empleo ante una posible vuelta a cuarentena, y el riesgo sanitario de contraer la infección, perduraría hasta el descubrimiento de una cura o vacuna contra el virus», detalla el informe.
«Finalmente, se destaca una posible presión sobre los costos de producción, derivada de la necesidad de implementar protocolos sanitarios por parte de las firmas, que a su vez, podría acelerar en cierto grado la inflación de precios», concluye.