Una pizarra, un libro y un marcador o tiza, son algunos de los principales instrumentos que utilizan todos los días los docentes para la formación de cada uno de los miles de estudiantes que asisten al aula, teniendo en sus manos el futuro y el desempeño de cientos de personas.
Ser docente no se trata solo de ir a la escuela y leer un libro o fotocopiar una lección de alguna enciclopedia de historia, se trata de una profesión que amasa toda una cadena de sentimientos y de un porvenir mejor para el país.
Teniendo en cuenta el importante papel de este grupo es que cada 30 de abril se recuerda el Día del Maestro en Paraguay, fecha que fue establecida en el Congreso de Educadores celebrado en nuestro país en el año 1915. Dicha conmemoración rinde homenaje a los docentes, quienes gracias a su contribución, capacidad y educación, preparan a las futuras generaciones.
Según los datos del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), en el país existen alrededor de 81.000 docentes, de los cuales 74.000 son profesores en aula, mientras que el resto son directores. De este total, unos 60.000 se encuentran en el sector oficial, y unos 10.000 y 11.000 docentes están ejerciendo en los sectores privado y subvencionado, respectivamente.
Tal vez esta cantidad de docentes parezca exuberante y un poco exagerado, sin embargo, la viceministra del MEC, Alcira Sosa, señaló a MarketData que existe una falta de docentes en los niveles maternal -jardín y preescolar- como también en el nivel medio, en donde existe una demanda de profesores catedráticos para las áreas de historia, matemática y otras materias específicas.
En este punto, es importante mencionar que dentro del sistema público de educación hay 1.546.000 estudiantes, desde el nivel inicial hasta el tercero de la media, de acuerdo con los datos de la institución.
En el caso de la limitación de la educación inicial y media, Sosa señala que no se trata de que falten profesionales formados para ocupar estos puestos, ya que actualmente en el sistema se encuentran alrededor de 20.000 docentes en el banco de datos, sino que más bien se trata de falta de rubros
Además, resaltó que se necesita la apertura de más de 1.000 secciones en todo el territorio nacional, para así poder llegar a cubrir la demanda existente, por sobre todo en la franja etaria de 12 a 18 años de edad.
“Existe un déficit en todo el país, estamos hablando de 1.017 secciones y en cada sección se puede calcular la necesidad de contar, como promedio, 10 docentes porque son catedráticos, como el programa de matemática, historia, de química, de psicología, de guaraní, así sucesivamente. Entonces, hay una necesidad de aproximadamente 10.000 docentes”, expresó la viceministra.
Si es que se llegase a cubrir este faltante de profesores en el nivel inicial y medio, se requeriría de una inversión de alrededor de USD 20 millones anuales, cifra que salta en el diagnóstico realizado para el Plan de Educación del año 2040, según indicó Sosa.
Un presupuesto insuficiente
Para este ejercicio fiscal, el presupuesto del Ministerio de Educación asciende a G. 8,2 billones, lo que representa un incremento del 11% en comparación con el 2022, que fue de 7,3 billones, es decir, hubo un aumento de G. 837.664 millones para este ejercicio.
Si bien se ve un incremento en cuanto al dinero, la viceministra resaltó que este monto es insuficiente para cubrir toda la demanda que se tiene para la apertura de más de 1.000 secciones nuevas. En este sentido, resaltó que existe una alta presión fiscal, por lo que no se cuenta con recursos suficientes para duplicar la inversión en educación.
Igualmente, explicó que desde el MEC tienen de forma detallada los puntos que se deben mejorar, en donde encontraron que para cubrir todas estas falencias, es necesario duplicar la inversión actual de la institución.
“Es importante mencionar que cerca del 90% de nuestro presupuesto justamente se destina al pago del salario de los docentes. Entonces, hay un requerimiento de ampliar la inversión en las otras necesidades del sistema”, explicó Sosa.
Valoración social
La actividad docente implica un compromiso emocional muy intenso, ya que no solo se trata de ir y enseñar una lección, sino va más allá, pues requiere de una convivencia diaria con diversas personas que reciben y perciben la información brindada de diferente forma, por lo que el docente debe buscar congeniar y encontrar un canal en común para impartir sus clases cotidianas.
Por ello, es muchas veces un trabajo arduo y desgastante, como así también meticuloso e intenso. En este punto, la viceministra indicó que por toda esta labor es que fue un gran paso el reajuste salarial que se realizó este año para los docentes, alrededor de USD 1.000 mensuales -unos G.7.200.000 en el cambio actual-.
Además, resaltó que si bien hubo un tiempo, aproximadamente entre los años 2010 y 2015, donde la carrera de docencia era una de la más optadas para seguir, con el pasar de los años esta profesión se ha desvalorizado por completo, llegando a ser muy pocas las personas que deciden seguir el profesorado como una profesión.
“En las últimas décadas, en Latinoamérica hay una desvalorización de la profesión docente, entonces, recuperar esa valoración social del quehacer docente es un desafío también de toda la sociedad paraguaya”, resaltó Sosa.
Una profesión llena de desafíos
Por último, la viceministra del MEC comentó que sin duda alguna esta profesión es apasionante, llena de desafíos y de pruebas que se van ganando todos los días, ya que en cada clase se define el futuro de toda una generación.
“Sentimos que en el aula de una escuela se define el presente y el futuro de un país, así que creo que es una de las profesiones más loables en términos de trabajar con la formación de toda la sociedad, de los niños, de los jóvenes y de los adultos. El rol del docente es clave en cualquier sociedad”, sostuvo.
Asimismo, resaltó que más aun en Latinoamérica y el país, ser docente implica un esfuerzo sobrehumano, ya que no siempre las instituciones tienen todas las herramientas o condiciones necesarias para el quehacer del profesor. “No todo se trata del amor y la pasión de impartir clases, ya que no se puede enseñar bien desde la precariedad”, resaltó.
Por otro lado, manifestó Sosa que es necesario replantear un contrato social entre la familia y la escuela, ya que las complejidades sociales de hoy se derivan a la escuela y eso se carga en la mochila del docente.
“Es importante que como sociedad repensemos esa función principal de la escuela en un trabajo, en un contrato entre la familia y los docentes, un contrato social que justamente defina de una manera más integrada las responsabilidades de ambas partes en el proceso de formación de cada niño y joven”, indicó Alcira Sosa, viceministra de Educación.