La desinformación siempre ha existido, pero en los últimos años ha adquirido características novedosas debido a la irrupción de las redes sociales, que tienen un papel preponderante para la expansión de las noticias falsas.
Si bien los llamados «Fake News» pululan por las redes durante todo el año, las épocas electorales son los tiempos en que más se puede ver este tipo de contenidos, muchos de ellos con un tinte malicioso.
Además, en algunos países, como lo fue en Estados Unidos, se han utilizado los datos personales de los usuarios en redes sociales, como Facebook, para generar perfiles y dirigir información que influya en la decisión de las y los electores. Este también es el caso de Twitter, en donde se han detectado perfiles falsos para la diseminación de las fake news.
Jazmín Acuña, directora editorial de El Surtidor, manifestó que las informaciones falsas son algunos de los problemas contemporáneos más vigentes y que presentan un desafío para la democracia, ya que al final la información es vital.
Asimismo, recordó que este tipo de noticias tiene como fin opacar, confundir y saturar los debates públicos, y que más protagonismo tienen en las épocas electorales, como en Estados Unidos, Brasil y, recientemente, en nuestro país.
“La desinformación es información falsa que se fabrica, se divulga con el objetivo de dañar el honor de otras personas y, por sobre todo, de confundir. Además, se trata de herir a otras personas de manera muy poco ética”, explicó Acuña.
Igualmente, indicó que si bien las distintas redes sociales ayudan a la divulgación de las informaciones falsas, en la actualidad mucho de ello se hace por WhatsApp, en donde se forma una especie de cadena que pasa de un grupo a otro sin ser verificada la noticia.
En cuanto al contexto electoral, resaltó que se pudieron ver dos tipos de desinformación: el primero se relaciona con el discurso público, que son básicamente frases, declaraciones o expresiones falsas que hacen las personas con poder de incidir en la discusión pública; aquí se detectó la presencia de candidatos, autoridades, presidentes de gremios, autoridades religiosas, incluso comunicadores.
En segundo lugar, Acuña mencionó que se encuentra la desinformación viral, que es la más común, en donde se puede ver los vídeos manipulados, fotos trucadas, como también publicaciones alteradas de los candidatos.
Conflicto, polarización y desinformación
Por otra parte, Acuña comentó que muchas de estas informaciones falsas se utilizaron para debilitar la imagen de cierto candidato y de la percepción que se tiene de él, con el objetivo de quitar adherentes y, por ende, el voto de las personas.
“Cualquiera que tenga interés de dañar la reputación del adversario puede acudir a la desinformación como una herramienta. Esa información falsa podría cambiar el pensamiento de las personas en el sentido de que yo tenía un candidato y, al ver toda esta información y que no está constatada, puede eso influir en cambiar mi percepción de las personas”, resaltó la directora editorial de El Surtidor.
Así también, explicó que la polarización en los contextos electorales más la mezcla de propaganda con desinformación se utiliza para dividir al electorado y para confundirlo, y eso está muy presente en los contextos electorales, acotó.
Sobre esta polarización, el presidente de la Asociación Paraguaya de Agencias de Publicidad (Apap), Pascual Rubiani, indicó que es característico de las elecciones de hoy en día utilizar las fake news para desacreditar al oponente.
“Existen equipos que realmente están implementando estas noticias falsas y equipos que están implementando campañas que implantan cosas o que polarizan dentro de las redes sociales y eso es característico de las campañas, en donde con las redes sociales han hecho su emergencia en el ámbito de las campañas electorales”, manifestó Rubiani.