La llegada de la pandemia COVID-19 encontró a Paraguay justo en una etapa de recuperación, luego del mal desempeño que se dio en el 2019 a raíz de la menor producción de soja, que estancó la economía de nuestro país.
Para alistar el descuidado sector de salud y poder dar respuesta a los efectos de la pandemia sobre la economía, el Estado utilizó la primera opción que disponía, que era el endeudamiento para armar un Fondo de Emergencia Sanitaria. Esta posibilidad estaba abierta debido al bajo nivel de endeudamiento y la aceptación de Paraguay en los mercados internacionales.
Ante este escenario, el economista y ex viceministro de Economía, Daniel Correa, presentó un panorama donde habla sobre la posición de Paraguay ante un eventual rebrote de COVID-19, ya que se abre esa posibilidad ante el aumento del ritmo de contagios por COVID-19 en países de Europa. Fue durante su intervención en el “Webinar de Medios de Pago” organizado por la Cámara Paraguaya de Medios de Pagos (CPMP) este miércoles 23 de setiembre.
Correa advierte sobre la poca respuesta que tendría el Estado paraguayo ante el impacto que podría causar un nuevo brote del virus en el país. Esto, debido al poco espacio fiscal con el que cuenta hoy el Paraguay, tras haber utilizado la opción de recurrir al financiamiento externo y elevar su nivel de endeudamiento bruscamente (a 31% del producto interno bruto – PIB, aproximadamente).
“El problema es que las proyecciones de crecimientos están muy en función a la capacidad de respuestas que tienen los países para poder expandir su economía, utilizar la inversión pública o las políticas más expansivas”, sostuvo durante su exposición.
Agregó: “Por eso es muy importante entender en qué situación nos encontramos en el país, para ver qué proyección se puede hacer en función a lo que se ve en algunos países, donde el segundo rebote se puede llegar a dar y eso afectará nuevamente a las economías más desarrolladas”.
En ese sentido, el ex viceministro también incluyó durante su disertación la decisión tomada por el Gobierno, de abrir la frontera con Brasil, para volver a reactivar la economía de las ciudades fronterizas a través del turismo de compra.
Sin embargo, hizo énfasis en la discusión que genera la reapertura de las fronteras, donde se pone sobre la balanza la posibilidad de activar el comercio de frontera, como también activar el ingreso de mercaderías por contrabando desde Brasil y Argentina, debido a la fuerte devaluación que han sufrido las monedas de estos países, ante el dólar.