Paraguay conmemora hoy el Día Mundial de la Salud, fecha que por segundo año consecutivo se ve acaparada por la preocupación ante los efectos de la pandemia de COVID-19
La reciente reaparición del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, ante la opinión pública y la incertidumbre que rodea a las expectativas económicas dan cuenta del papel preponderante que todavía ejerce esta emergencia sanitaria en la agenda del país y la oportunidad que a su vez plantea para implementar las mejoras tan necesarias en la inversión social.
Abdo Benítez dijo hace un par de días que este año se celebraría un “mes de la salud”, con el objetivo de completar la vacunación del personal de blanco y cumplir así con el primer grupo de prioridad para la inmunización contra el coronavirus.
Estas declaraciones las realizó en el marco de los anuncios sobre las gestiones que según sostiene su gobierno sigue realizando para adquirir una mayor cantidad de biológicos, luego de que las extensas críticas lo hayan llevado semanas atrás al borde del juicio político y generaran varios días de protestas ciudadanas principalmente en la capital del país.
Por otro lado, la concreción de un 4% de crecimiento económico para este año depende de que se pueda controlar a la pandemia y la actividad adquiera una reactivación plena. Sin embargo, este escenario se encuentra cada vez más lejano, debido al incesante incremento de los casos de COVID-19, la saturación del sistema de salud y la falta de claridad respecto a un calendario de vacunación para la población local.
Esta difícil coyuntura encontró a Paraguay con desafíos históricos en la cobertura del sistema de salud, que hasta el 2019 todavía se encontraba por debajo del 75% en cuanto al acceso de la población. Este indicador mejoró desde el 69,3% que se registró en el 2012, pero representa un retroceso desde el 81,3% al que se llegó en el 2015, según registros del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Evolución del acceso a la salud y cobertura de seguro médico en la población paraguaya, entre los años 2012 y 2019
A su vez, se calcula que el 72% de la población paraguaya no cuenta con un seguro médico, el 20% accede a la cobertura del Instituto de Previsión Social (IPS) y el 8% acude al seguro privado
La cobertura de seguro médico en Paraguay tuvo un lento avance en la última década, de un nivel de 22,7% en 2010 a 28,1% en 2019. La población urbana mantiene una amplia ventaja en este indicador y la proporción pasó de 33,2% a 36,3% en el periodo analizado. En la zona rural, este alcance subió de 7,9% a 14,4%.
Con estos números, Paraguay enfrenta un segundo año dominado por la pandemia de COVID-19, que hasta el inicio de la presente semana acumula 222.663 casos confirmados de la enfermedad, 2.457 personas internadas – 429 de ellas en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) – y 4.463 fallecidos.
Si bien los pacientes recuperados suman 183.552 y la población se sometió recientemente a restricciones más estrictas para frenar el ritmo de propagación del virus, el sistema de salud todavía se encuentra altamente ocupado ante la necesidad de atención médica que deriva de la presencia del COVID-19 en nuestro país – incluso con la circulación de una nueva cepa, según se informó desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) –.
Lo que desnuda la pandemia
A criterio de la economista Verónica Serafini, los problemas que se observan en esta pandemia son el resultado del escaso compromiso que tuvo el país en mejorar la calidad de vida de la población, reflejado en la baja presión tributaria que se traduce de manera directa en la reducida inversión social.
En la publicación denominada “Pandemia y Salud en Paraguay: Dos mitos sobre el papel del Estado y el Desarrollo” – realizado para el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) –, la profesional advierte que la política sanitaria, con baja cobertura e insuficientes recursos humanos, instalaciones y equipamiento, no está preparada para enfrentar las causas de morbimortalidad en tiempos normales, menos aún en una pandemia, lo cual reitera que se muestra con “terrible crueldad” en estos momentos.
A partir de los puntos analizados, Serafini anota las siguientes recomendaciones:
- Duplicar la inversión en salud en los próximos cinco años; es decir, aumentar paulatinamente el presupuesto en unos USD 200 millones, a través de alternativas como impuestos a la soja, tabaco, alcohol, bebidas azucaradas y alimentos “chatarra”.
- No financiar la salud con endeudamiento, porque esos son fondos temporales y el repago de la deuda siempre implica recortes al gasto social.
- Aumentar la cobertura de salud del IPS, comenzando con la incorporación de los funcionarios públicos que hoy están en el sector privado a medida que se produzcan vencimientos de los contratos. “Ello requiere una ampliación en recursos humanos, infraestructura e insumos que podría financiarse con el traspaso paulatino de los fondos que actualmente se destinan a los seguros VIP”, detalla.
- Subsidiar al IPS desde el Estado, si es necesario, tanto por la entrada de los funcionarios públicos como de otras personas como trabajadores independientes que deseen ingresar de manera voluntaria pero que su aporte sea insuficiente porque sus ingresos no llegan al salario mínimo y no pueden cubrir el costo total.
- Garantizar mecanismos de intercambio de información y de financiamiento para reducir la ineficiencia de múltiples fondos, garantizando el derecho a la salud.
- Fortalecer la estrategia de atención primaria en salud, para impulsar un aumento de la eficiencia en la inversión sanitaria y una mayor cobertura de los servicios de prevención.
- Vincular al acceso a agua potable y saneamiento básico con el financiamiento de la salud, tanto por ser un derecho básico como por su rol en la eficiencia de la política sanitaria. “Una parte importante de las causas de enfermedad y muerte en Paraguay está relacionada con la falta de estos dos servicios”, asevera la economista.
Por un mundo más justo y saludable
La Organización Mundial de la Salud (OMS) invita a conmemorar el Día Mundial de la Salud 2021 con la premisa de construir un mundo más justo y saludable.
En su mensaje por este 7 de abril, el organismo recuerda que el COVID-19 ha puesto de manifiesto que algunas personas pueden llevar una vida más sana y tener mejor acceso a los servicios de salud que otras, debido enteramente a las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen.
Recalca que esto no solo es injusto, sino que también es evitable, motivo por el cual pide a los líderes que garanticen que todas las personas tengan unas condiciones de vida y de trabajo que favorezcan la buena salud.
“Al mismo tiempo, instamos a los líderes a monitorear las desigualdades en materia de salud y a garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad cuando y donde los necesiten”, agrega la OMS.
Ya desde antes de la pandemia, la principal causa de consultas médicas en Paraguay venían siendo las enfermedades respiratorias. Les siguen hipertensión arterial, dolencias de la cavidad bucal, diabetes y diarrea.
Principales causas de consultas registradas en los servicios del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. Año 2018
| Causa | Cantidad |
| Ira (Infección respiratoria aguda) no neumonía | 875.685 |
| Hipertensión arterial | 767.281 |
| Enfermedad de la cavidad bucal | 468.597 |
| Diabetes | 166.185 |
| Diarrea | 111.597 |
Por su parte, los fallecimientos están relacionados principalmente con enfermedades del sistema circulatorio, tumores, causas externas de morbilidad y mortalidad, enfermedades del sistema respiratorio, endócrinas, nutricionales y metabólicas.
Principales causas de defunciones. Año 2018
| Causa | Cantidad |
| Enfermedades del sistema circulatorio | 8.599 |
| Tumores (neoplasias) | 4.831 |
| Causas externas de morbilidad y mortalidad | 3.233 |
| Enfermedades del sistema respiratorio | 3.034 |
| Enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas | 3.031 |
