ANÁLISIS
Al cierre de junio de este año, la inflación de doce meses llegó a su pico más alto en tres años, con una variación del 4,5% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), según cifras publicadas por el Banco Central del Paraguay (BCP).
Los bienes alimenticios, excluyendo frutas y verduras, fueron la categoría de mayor impacto, con una variación del 10,1% el mismo cálculo interanual. Por su parte, los bienes alimenticios a nivel general tuvieron una variación promedio de precios del 8,6% en el acumulado de doce meses, al cierre de junio de este año.
Ante esta situación, surge la pregunta de cuáles fueron los productos alimenticios que impulsaron los precios de la canasta básica en el último año, marcado por la pandemia, y en un contexto de recuperación económica que empieza a consolidarse con el avance de la vacunación contra el COVID-19.
Aceites y carnes, con fuertes subas
Concretamente, el informe de la banca matriz denota que, con una variación interanual de precios del 40,1%, los aceites registraron el crecimiento más pronunciado en el IPC de 12 meses.
Por su parte, la carne vacuna -de gran impacto en las finanzas familiares del país- apuntó un incremento del 21,2% y la carne de aves, del 14,7%.
Otros alimentos de impacto en el promedio general de precios fueron: las pastas y el arroz, con una suba del 17,1%; las frutas frescas, con un 11%; los embutidos y otros derivados de la carne, con 8%; y la leche, con un aumento de 4,3%, en detrimento del bolsillo de los consumidores finales.
A su vez, los productos panificados crecieron en 3,4% y la comida consumida fuera del hogar, en 1,8%.
Al ser consultado sobre las causas de estas subas de precios, el economista jefe de la banca matriz, Miguel Mora, apuntó en primer lugar al incremento interanual del 14,7% registrado en los combustibles, lo que afecta a los costos de la cadena logística del sector de alimentos.
Por otro lado, hizo referencia a que algunos productos como la carne tuvieron reducciones de precio el año pasado y se nota un efecto de la base baja de comparación.
Puntualizó que el precio elevado de las materias primas en el mundo -consecuencia de la demanda generada en el contexto de recuperación económica por las vacunas-, también inciden de manera indirecta en los precios de alimentos a nivel local. Por ejemplo, el aumento del precio de los aceites es una consecuencia del precio de los commodities, como la oliva o el girasol, insumos para su producción.
Efecto de la mayor demanda mundial
Con respecto al tema específico del precio de la carne vacuna, Gustavo Cohener, director del Departamento de Estadísticas del Sector Externo del BCP, explicó que existe una influencia directa del buen dinamismo que está teniendo este producto. Por lo tanto, productos sustitutos como la carne de ave, los embutidos y otros derivados, también aumentan su valor por una mayor demanda.
En este sentido, en el reporte de Comercio Exterior de la banca matriz, se puede verificar que las exportaciones de carne cerraron mayo con un acumulado de USD 653 millones, lo que representó una variación del 53,9% con respecto al mismo periodo del año anterior. Este rubro pasa por un buen momento, al verse beneficiado por buenos precios y una mayor demanda en el mundo, que se recupera económicamente.
“Otros productos con aumentos son el aceite y los productos panificados, este último por subas del trigo y materias grasas. También productos lácteos como leches y quesos, que responden a las cuestiones climáticas que afectan a las vacas lecheras en esta época del año y también al aumento de precios de insumos como los balanceados”, agregó Cohener.
Otros productos
Sin embargo, durante la presentación de los resultados del IPC de junio, Miguel Mora destacó que el nivel general de precios se vio atenuado por otros productos de la canasta básica, para el caso de los servicios y las rentas, que tuvieron una variación menor. Esta tendencia continúa por la reducción de los niveles de ocupación e ingresos, que ha llevado a varios hogares a demandar menos en estos segmentos.
Con ello, hizo referencia a algunos servicios que redujeron sus precios en términos interanuales, por la menor demanda causada por la pandemia. Fue el caso de los servicios de teléfonos móviles, cuyos precios bajaron en -0,1%; las entradas a actividades culturales, con una variación de -1,7%; vacaciones y turismo, con -1,3%; y servicios de alojamiento, con un -13,9%.
“La combinación de estos factores da un agregado del 4,5% si lo miramos en términos interanuales y del 1,5% para el año en términos acumulados”, recalcó el economista jefe.
