La guerra ha sido, sin duda, uno de los temas a los que el hombre más tiempo y esfuerzo ha dedicado a lo largo de la historia. El clásico «si quieres la paz, prepárate para la guerra» ha estado presente, no sólo en el orden del pensamiento a lo largo de todas las épocas, sino también en la realidad política mundial.
No obstante, los efectos que tienen los conflictos bélicos en la economía son tantos y tan confusos que pueden llegar a convertirse en una dificultad inexplicable para toda una nación.
Las disputas internacionales van mucho más allá de las muertes acaecidas en el campo de batalla o del gasto militar empleado para su financiación. Se trata de efectos profundos y muy persistentes a lo largo del tiempo que pueden llegar a condicionar la existencia de sociedades durante generaciones.
Tal es el caso de Paraguay, que luego de la Guerra contra la Triple Alianza no solo contó con un cese de personas en su población, sino también de infraestructuras y tierras, dejando sumido al país en una pobreza extrema que hasta la actualidad se sigue sintiendo.
Al hablar de conflictos bélicos mundiales, el aumento de los precios del petróleo y de los alimentos, el encarecimiento de otros productos y la merma de la exportación son algunos de los efectos que llegan hasta la economía paraguaya.
Vale recordar que, en la actualidad, el mundo se encuentra presenciando la disputa geopolítica entre Rusia y Ucrania, que ha tenido incidencia directa en la economía nacional con la suspensión de envíos de carne al país euroasiático y, de manera indirecta, en el incremento del costo del combustible; esto último también incide en la variación de los productos de la canasta familiar y la suba del pasaje interno.
Todo esto genera una sensación de incertidumbre hacia lo que puede acontecer en el país y ante amenazas como nuevas subas del combustible, ya se dio una serie de rechazos por parte de la comunidad en general.
El impacto a través de los años
Los distintos conflictos registrados en el mundo a lo largo de la historia, sin duda, han generado una cierta brecha en la economía de todos los países y más en la economía de las naciones tercermundistas, como la nuestra.
En el análisis general de las distintas guerras y sus efectos en Paraguay, Carlos Gómez Florentín, doctor y profesor en Historia de la Universidad Católica de Asunción (UCA) y miembro del cuerpo docente de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), sostuvo que todas las disputas internacionales siempre tuvieron un interesante impacto en la demanda de ciertos productos para el país.
Es lo que ocurrió con la Primera Guerra y la Segunda Guerra Mundial, que tuvieron una acción decisiva en nuestra región al impulsar un proceso de industrialización por sustitución de importaciones con mucho desarrollo en países con mercados razonablemente grandes como Argentina, Brasil, México.
“Por ahora, con la disputa entre Rusia-Ucrania, se anuncia una suspensión de dos meses en las exportaciones. Pero esto puede abrir nuevos mercados para el Paraguay, que podrían ser mejores que el ruso, inclusive”, explicó el catedrático.
De igual forma, señaló que estas sacudidas, en el contexto de una pandemia altamente recesiva, hacen detener sobre la marcha procesos de revigorización del mercado internacional que resultaban altamente necesarios para nuestra economía, como para la economía a nivel global.
Conflicto Rusia-Ucrania
Las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania siguen afectando a los diferentes países del mundo, generando a su paso una ola de incertidumbre sobre las situaciones y la escala de dicha guerra.
Gómez aseveró que de momento resulta difícil anticipar el impacto que tendrá el conflicto geopolítico que se vive entre Rusia y Ucrania en el país, en comparación con otras guerras anteriores.
“Hasta ahora, se tiene una incidencia directa con los combustibles y esto tiene un efecto en los costos logísticos de la movilización de los productos a escala global, que dada la intercomunicación que existe en la economía actual, suma de forma decisiva”, expresó.
Igualmente, indicó que esta guerra no solo afecta a los países subdesarrollados, sino también genera una gran inestabilidad económica que no es positiva para las principales potencias globales.
Por otra parte, destacó que este conflicto también puede acelerar la modificación en la matriz energética de consumo a nivel global, empujando a muchos países a transitar hacia fuentes de energía alternativas a la energía fósil.
El sector económico
El mercado a nivel mundial se ha tambaleado debido a las últimas sanciones impuestas a Rusia por su invasión a Ucrania, hecho que ejerció sus efectos en la economía paraguaya con el encarecimiento de la energía y de los productos de la canasta básica familiar.
Para el economista, docente, miembro del Directorio del Banco Central de Paraguay (BCP) y ex viceministro de Economía, Humberto Colmán, la situación actual es bastante compleja e incierta, debido a que el conflicto Rusia-Ucrania parecería ser distinto a las guerras anteriores. Por este motivo, aseguró que el efecto estará determinado tanto por el conflicto en sí como también por la extensión actual de las cadenas globales de valor.
En este sentido, destacó que Rusia y Ucrania representan el 30% de la producción mundial de trigo, lo que podría elevar el precio de los alimentos, en un contexto donde estos precios internacionales de alimentos ya venían creciendo al 30% interanual en los últimos 12 meses, a febrero de 2022.
“La suba del precio internacional de los commodities alimenticios elevaría el gasto familiar en consumo, al tiempo que se podría afectar los ingresos. Esto último, dado que el crecimiento económico mundial típicamente se desacelera cuando sube el precio del petróleo”, afirmó Colmán.
Cabe resaltar que Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo y el primero de gas a nivel mundial, del cual dependen muchos países.
Resiliencia
En cuanto a la recuperación, Colmán comentó que hay un desafío importante en reorientar la producción, al igual que los mercados.
“A nivel internacional, algunos institutos de investigación y bancos de inversión estiman un efecto negativo en el crecimiento económico mundial del 0,5 al 0,8% en el 2022 y en torno al 1% en el 2023”, detalló el economista.
Sumó al análisis que este nuevo choque negativo, que se parecería a los típicos choques de oferta con efecto de menor crecimiento económico y mayor inflación a nivel global, agarra a los países con menor margen de maniobra luego de los grandes esfuerzos realizados para luchar contra la pandemia del COVID-19 y el aumento de la deuda pública.
“Han sido varios años de choques exógenos negativos que han tenido un efecto en el nivel de actividad económica y las condiciones sociales, lo cual sigue siendo un gran desafío recuperar”, concluyó.
En este contexto, cabe señalar que la guerra está afectando a los mercados financieros con caídas en las bolsas, por un lado, y ascensos del oro y las materias primas, tales como energéticas, minerales, pecuarias y agrícolas, por el otro.
Daños colaterales
Además de los principales efectos mencionados últimamente por analistas locales, en el precio de los combustibles, derivados del petróleo y los commodities agropecuarios, el conflicto Rusia-Ucrania afecta a nuestras exportaciones de carne debido a la suspensión del suministro a uno de los principales mercados.
El economista y excanciller Rubén Ramírez Lezcano afirmó, por su parte, que la alta inflación originada por la pandemia de COVID-19 ahora impacta adicionalmente al mundo como consecuencia de la guerra, las condiciones de producción, los precios de energía, y la imprevisibilidad y volatilidad de los mercados de capitales. A los efectos externos, se suman los internos del Paraguay.
Asimismo, habló sobre la inquietud que produce un incierto plazo de finalización del conflicto, que va incrementando el valor de los recursos financieros, con el aumento del valor del crédito y sobre todo las tasas de las deudas en los mercados internacionales, lo que es probable que genere un aumento de la deuda externa en términos de servicios e interés y encarezca el crédito local público y privado.
“Por lo general, la inestabilidad y volatilidad de los mercados demoran las decisiones de inversión (nacional y/o extranjera) por la dificultad de evaluar los costes finales y de mercado”, manifestó el excanciller.
La guerra acontecida entre Rusia y Ucrania infligirá un golpe contundente a la confianza global, en un momento en que la frágil recuperación ya estaba ingresando a un período de incertidumbre y de crecientes presiones inflacionarias. Los efectos secundarios en la crisis paraguaya todavía están por verse en su total magnitud y puede que hasta no sean del todo transitorios.