A través del informe «Panorama Laboral 2022”, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que los trabajadores informales tienen entre tres y cuatro veces más de probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, a la vez que detallan que entre el 70% y el 90% de los trabajadores de América Latina y el Caribe se encuentra en una situación de pobreza laboral total.
Esto permite afirmar que el problema más acuciante para la región es la calidad del empleo y los insuficientes ingresos laborales y totales generados por los trabajadores y sus familias.
Así también, el documento destaca que la tasa de informalidad a nivel Latinoamericano ya llegó al 50%, como era antes de la pandemia, aunque en algunos países es mucho mayor. Sin embargo, detalló que la tasa de desocupación se redujo en 2022 a 7,2%, cifra significativamente menor que la registrada en el 2019, antes de la pandemia, cuando se llegó a un nivel del 8%.
Igualmente, el informe detalla que los ingresos reales de personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional, que ocasionó la pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.
Además, resalta que la recuperación del empleo tras la crisis que provocó la pandemia ha estado impulsada por la recuperación de los puestos de trabajo informales. En este sentido, el documento sostiene que “en este momento, uno de cada dos trabajadores en la región es informal”.
Asimismo, el informe resalta que en Paraguay tres de cada cuatro trabajadores pobres pertenecen al grupo de no asalariados informales. Sin embargo, un 6% de los trabajadores formales, mayormente asalariados se encuentra viviendo en hogares pobres.
Del total de personas en situación de pobreza en el país, el 75% de este grupo son trabajadores no asalariados informales, mientras que un 19% lo conforman los asalariados informales y en una menor medida se encuentran los asalariados formal y no asalariados formal, con un 4% y 2%, cada uno, según los datos de la OIT.
Por lo tanto, la Organización resuelve que la correlación entre informalidad y pobreza es extremadamente elevada, en donde Paraguay cuenta con una tasa del 94% en la pobreza laboral.
En cuanto al plano nacional, la OIT detalla que en Paraguay la tasa de ocupados entre el tercer trimestre del 2021 y 2022 tuvo una variación positiva del 0,6%, en donde la tasa de asalariados total ascendió al 4,6% entre este periodo de tiempo, de las cuales el asalariado privado subió un 9,2%, mientras que el asalariado privado tan solo incrementó un 3,7%.
Por su parte, las personas que no cuentan con ningún tipo de jornal en el país se redujo un 1,5%, entre el tercer trimestre del año pasado y el 2021. Igualmente, los trabajadores a cuenta propia registraron una variación negativa del 18,8%.
Es importante resaltar que de acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), más de 10.000 nuevos ocupados informales fueron registrados entre el segundo y tercer trimestre del 2022 en el país.
La mayor diferencia de ocupados informales se registró en la zona rural, donde 38.682 personas se sumaron a la lista entre el segundo y tercer trimestre del año pasado, mientras que en la zona urbana se observó una disminución de los ocupados informales, pasando de 1.302.898 en el segundo trimestre a 1.274.439 en total al cierre del tercer trimestre del 2022, una diferencia de 28.459 personas.
Con respecto al 2021 también hay una reducción de informales, ya que al tercer trimestre había 1.289.446 en total, es decir, una diferencia de 15.007 personas en relación al 2022.
Recuperación laboral
En la etapa de recuperación, a nivel regional la recuperación del empleo femenino ha exhibido una intensidad mayor a la experimentada por el empleo masculino, mientras que para las mujeres la tasa de ocupación aumentó 24,4% entre el segundo trimestre del 2020 y el tercer trimestre de 2022, para los hombres ese incremento fue de 18,8%.
Igualmente, los jóvenes también tuvieron un repunte importante en la recuperación laboral, sin embargo, la mayoría de estos se encuentran trabajando en la informalidad. Cabe resaltar que en ambos casos (mujeres y jóvenes) se trata de grupos que habían sido especialmente impactados en la crisis laboral de la pandemia, pero advierte que las brechas estructurales por género y por edad siguen presentes en los mercados laborales.
Para enfrentar esta situación, la Organización señala que son necesarias las políticas de sostenimiento y creación de más y mejores empleos, especialmente de empleos formales.
Así también, plantea que se requiere de políticas para ofrecer garantías de ingresos para quienes están más afectados por la pérdida del poder adquisitivo, en lo posible en vinculación con políticas activas para acceder al mercado laboral.