ANÁLISIS
La industria nacional celebra hoy su día, como cada 8 de septiembre, y en esta ocasión transita el camino de la recuperación tras los últimos dos años consecutivos de magros resultados.
Con una participación en el 19% de la estructura de nuestro producto interno bruto (PIB), la producción manufacturera se apresta a cerrar el 2021 con un crecimiento de 8,5%, luego de haber sufrido caídas de 1,2% y 0,5% en 2019 y 2020, según registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
Este mayor dinamismo del sector industrial ya se observa en las exportaciones de estos productos, que hasta julio de este año acumulan una expansión de 46% al sumar USD 2.816 millones, de acuerdo con cálculos del Observatorio Económico de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
Entre los rubros más dinámicos entre las manufacturas de origen agropecuario (MOA), la UIP menciona a la carne bovina; harinas, torta y demás residuos de soja; y el aceite de soja.
En cuanto a las manufacturas de origen industrial MOI, las categorías con mayor variación positiva durante los primeros siete meses del 2021 fueron el aluminio; hilo, cables y demás conductores aislados para electricidad; y el cobre.
Brasil, Chile y Argentina son los principales destinos de las exportaciones industriales paraguayas, mientras que también participan países como Rusia, Israel, Estados Unidos, Taiwán, Uruguay, Perú y Reino Unido, de acuerdo con el reporte de la UIP.
En cuanto al empleo de mano de obra, la actividad manufacturera reunió el 10% del trabajo formal del país hasta el segundo trimestre del 2021, al ocupar a 342.164 personas, según la más reciente publicación del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Al incluir a la construcción, el sector secundario empleó a un total de 631.522 personas, en el periodo mencionado, que a su vez constituye el 18,5% de la población ocupada del país.
En comparación con ell segundo trimestre del 2020 -el momento más duro de la cuarentena impuesta en el país para frenar la propagación del COVID-19-, un año después se observa un leve repunte, de 2,1%, en la cantidad de personas empleadas en la industria manufacturera.
Este número disminuyó desde el primer trimestre del 2021, en 9,2%, ya que en aquel entonces los trabajadores industriales habían sumado 377.212 -la cifra más elevada para el sector en el periodo de pandemia-.
El presidente de la UIP, Enrique Duarte, comenta que esta debilidad que aún se observa en el empleo generado por las empresas industriales refleja la recuperación todavía no plena por la que atraviesan en este sector.
Recuerda que en el segundo trimestre se volvió a sufrir el embate del endurecimiento de las restricciones sanitarias y la segunda ola de contagios, con su impacto en la actividad productiva del país.
“Los festejos son a medias”, exclamó el dirigente gremial, al referirse a los ánimos con que están celebrando este Día de la Industria Nacional.
“La industria se puso al hombro la economía en el momento más duro de la pandemia, sobre todo en la parte alimenticia, farmacéutica, domisanitaria, la construcción civil. Hoy seguimos trabajando ya con la vuelta a la normalidad, no todavía en los niveles que teníamos en el 2018, que fue uno de los últimos años buenos que tuvimos, pero sí en un proceso de recuperación”.
Enrique Duarte, presidente de la UIP.
Recuerda que antes del estallido de la pandemia, el sector secundario participaba en el 19,1% del empleo formal del país.
Desafíos para un mayor crecimiento económico
Por otro lado, Enrique Duarte insiste en la necesidad de que el país avance hacia una mayor industrialización de las materias primas, para lo cual se deben priorizar las políticas de desarrollo industrial.
“No podemos más ser exportadores de materias primas, tenemos que ser exportadores de productos terminados; para eso también tenemos que pelear dentro de lo que son las reglas del Mercosur, sobre todo por las trabas paraancelarias que nos pone el mercado vecino de la Argentina, que pone freno a nuestras exportaciones”, asevera.
Insta también a buscar mantener los regímenes del Mercosur que son beneficiosos para el Paraguay y ayudan a la competitividad industrial, considerando las grandes diferencias que existen entre los mercados de Argentina y Brasil respecto al nuestro.
“El Mercosur debería servirnos para que podamos acceder en forma competitiva a los grandes mercados, pero las balanzas comerciales tanto de Brasil como de Argentina hacia Paraguay siguen siendo positivas para ambas naciones”, añade a su análisis.
La amenaza del contrabando y la capacidad ociosa
Duarte advierte que el país se encuentra viviendo uno de los “capítulos más oscuros de la economía” en cuanto al daño que el contrabando y el comercio ilegal generan a toda la cadena productiva nacional, hasta la comercialización. Lamenta que hay sectores muy golpeados por este flagelo, que en su momento asumieron el reto de abastecer de productos al país cuando las fronteras estuvieron cerradas.
Asegura que la industria nacional no tiene problemas para competir con los productos importados de manera formal, tanto en calidad como en precios, sobre todo con los provenientes del Mercosur. Sin embargo, cuando se debe competir contra el comercio informal, reconoce que surge una importante desventaja debido también a los beneficios que la política monetaria de los países vecinos ejercen sobre las mercaderías que producen.
“Hoy por hoy, tenemos capacidad ociosa, sobre todo en aquellos que hacen a la producción en el sector de alimentos, de todos los rubros. Durante la pandemia se producía nueve veces más azúcar de lo que se produce hoy, esas son realidades, y esa capacidad ociosa tiene incidencia directa sobre los puestos formales de trabajo”, relata el empresario.
Tamaño del sector
Enrique Duarte informa que en la UIP están representados cerca de 90 gremios industriales y, aparte de ellos, 1.400 empresas. Dentro de los gremios también se incluye a empresas que no son socias de la UIP, por lo que en la Unión están representadas alrededor de 2.200 empresas, calcula.