ANÁLISIS
Los mercados internacionales experimentan un momento de intensa búsqueda de ganancias por parte de los inversores, mediante la exploración de diversas opciones de inversión financiera y bursátil.
Esto desemboca en un debilitamiento del dólar, que va dejando de ser la principal herramienta de refugio ante la incertidumbre generada por la pandemia de COVID-19, y en un contexto de elevada inyección de liquidez que persiste desde la entidad monetaria estadounidense.
Entre los elementos que revelan la apertura hacia un mayor riesgo en el terreno de los inversores, JPMorgan Chase & Co. detectó que el 58% del mercado de bonos basura – o instrumentos de compañías con calificación crediticia baja – de Estados Unidos cayeron por primera vez por debajo de 4%, lo que considera que pone de relieve la intensidad de la búsqueda de ganancias.
Por otro lado, la deuda con grado de inversión de la primera potencia mundial también recibió una elevada demanda – que superó en más de cuatro veces a la oferta – con seis prestatarios que cotizaron casi USD 7.000 millones en acuerdos.
Es realmente increíble el comportamiento de los mercados financieros en estos tiempos en que la política de los gobiernos, sumada a la de los bancos centrales, generó tanta liquidez en el sistema que se eleva el precio de cualquier activo con un rendimiento positivo.
Por su parte, el Bitcoin volvió a dispararse hasta superar los USD 48.000 y los contratos a abril sobrepasaron los USD 50.000. El fundador de Galaxy Digital, Michael Novogratz, estima que el Bitcoin se duplicará “con creces” a USD 100.000 para fin de año, según publicó Bloomberg.
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Efectos en el tipo de cambio
Esta mayor demanda hacia diversos tipos de activos coincide con la baja por la que atraviesa la cotización del dólar y que en nuestro país llevó al valor de la divisa a retroceder este miércoles hasta los G. 6.802, según el promedio calculado por al Banco Central del Paraguay (BCP).
De esta manera, la moneda norteamericana revirtió la recuperación que había exhibido en el primer mes del 2021 y se aleja de la tendencia alcista que mantuvo a lo largo del año pasado – como consecuencia de la crisis económica que derivó de la emergencia sanitaria –.
Respecto al valor máximo de G. 6.993 al que llegó en la última semana del mes pasado, la cotización acumula una reducción de -2,7% y desde que cerró el 2020 apunta una disminución de -1,4%.
Bernardo Rojas, economista del BCP, se refirió también a otros factores que están incidiendo en esta tendencia a la baja del dólar.
Recordó que, durante la pandemia, la mayoría de los países implementaron medidas contra cíclicas “muy fuertes” y que la rápida relajación de las medidas sanitarias generó “muy buenas” perspectivas para la recuperación económica.
En cuanto a Estados Unidos, mencionó a las medidas expansivas implementadas por la política monetaria, que han afectado al costo del dinero en términos de tasas de interés a nivel internacional. Esto, sumado a los anuncios que hizo el presidente Joe Biden sobre el estímulo fiscal, incrementa la oferta de dólares en los mercados y la consecuente tendencia a la depreciación.
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“Paraguay es un país pequeño, abierto al comercio internacional; por lo tanto, la tendencia que se ve a nivel mundial obviamente también se refleja en el país”, aseveró el profesional.
Escenario para la atracción de inversiones
A su vez, Bernardo Rojas reconoció que los buenos resultados obtenidos con los precios internacionales de la soja – nuestro principal producto de exportación – también marcan de alguna manera la tendencia de lo que ocurre en el país alrededor de la cotización del dólar.
Entre los elementos domésticos que pueden seguir presionando al alza a nuestra moneda frente a la norteamericana, se refirió a la menor salida de divisas por turismo emisivo que se ha registrado al cierre del 2020 y el arranque del 2021. Esto se relaciona con las restricciones que persisten para realizar viajes al exterior, por las medidas sanitarias aún vigentes.
Añadió al desempeño favorable de la economía paraguaya entre las causas del mencionado comportamiento del tipo de cambio, que se vio reflejado en las condiciones en que el Estado adquirió financiamiento en la reciente emisión de bonos soberanos.
“Sin embargo, hay que mencionar que se observa todavía mucha incertidumbre, sobre todo en las cuestiones sanitarias, que podría afectar las tendencias a futuro: si es que las vacunas no se implementan rápidamente o si tenemos un periodo muy largo de aplicación de las vacunas”, expresó el economista.
A modo de conclusión, sostuvo que los resultados económicos del país generan incentivos para que los capitales vengan a nuestro mercado, lo que se refleja en la cotización del dólar, pero aún con amenazas que espera se vayan disipando en el futuro.