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25 de noviembre de 2024

¿Por qué la política monetaria sigue siendo expansiva, si ya está subiendo la tasa de interés?

El Banco Central del Paraguay comenzó en los últimos dos meses un cambio de sentido en su política monetaria y elevó la tasa de interés a 1,50%. Analistas económicos explican que, a pesar de esto y dado el elevado nivel de inflación, el accionar de la banca matriz sigue estimulando el mercado y el ajuste es aún insuficiente para controlar la suba de precios.

ANÁLISIS

Luego de bastante tiempo, la inflación vuelve a ser un tema de relevancia en nuestro país por la sensibilidad que genera el encarecimiento de la canasta básica: productos elementales como la carne o el combustible han tenido un rápido e intenso aumento de precios, en los últimos meses. 

Según cifras publicadas por el Banco Central del Paraguay (BCP), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró agosto del 2021 con una variación acumulada de 12 meses del 5,6%, muy por encima de la meta anual de 4% y cerca del techo de 6% en que se deja fluctuar a este indicador.

En este contexto, la banca matriz tomó la decisión de hacer un cambio en el sentido de la política monetaria, que se encontraba en un nivel históricamente bajo de 0,75% luego de que la crisis económica desatada por la pandemia generó la necesidad de una expansión del dinero hacia la economía. 

Así, en sus últimas dos reuniones, el Comité de Política Monetaria (CPM) resolvió subir la tasa de interés de referencia del mercado para dejarla en 1,50%.

Sin embargo, el economista y expresidente del BCP, Carlos Fernández Valdovinos, explicó que a pesar de esta suba de la TPM, la política monetaria sigue siendo expansiva. 

La explicación técnica a esta afirmación es que la tasa de política monetaria (TPM) sigue estando por debajo del nivel de la inflación (1,50% vs 5,6%); por ende, en términos reales, la mencionada tasa de interés es aún negativa y expansiva, sin poder reducir la circulación de dinero. 

“La tasa de política monetaria tiene que ser neutral cuando se quiere seguir manteniendo la misma velocidad de la inflación o el crecimiento y demás, o tiene que ser restrictiva si lo que se quiere es bajar la inflación. Restrictiva quiere decir que tiene que tener un freno de mano, y ese freno de mano se mide con la resta entre la tasa de política monetaria y la inflación”, explicó. 

Opinó que, si bien el ajuste de la tasa de política monetaria del BCP va en la dirección correcta, es todavía “claramente insuficiente”, ya que en términos reales (“deflactada” por la inflación actual) la tasa de interés de política permanece en terreno muy negativo. “Es decir,  la política monetaria sigue fuertemente expansiva”, apuntó el economista. 

En este contexto, vaticinó que el IPC de este año cerrará por encima de la meta del 4%, que es el centro del objetivo en el marco del esquema de metas de inflación de la banca matriz. 

El economista afirmó que en el 2022 la autoridad monetaria deberá ajustar las condiciones monetarias de manera “más oportuna y decisiva” para poder frenar la subida de precios, la cual se va convirtiendo en un problema serio. 

Apuntó que la reducción de la tasa de política monetaria del año pasado fue correcta, porque se necesitaba una mayor circulación de dinero y no había peligro de inflación por la recesión económica. Sin embargo, en la medida que la inflación sube, la tasa va quedando desfasada y ya no sirve como freno de mano para solucionar problemas de suba de precios como está ocurriendo ahora. 

De esta manera, puntualizó que la tasa de interés real de la política monetaria es del -4,1%, teniendo en cuenta la inflación al cierre de agosto y el nivel de la TPM luego de la última sesión del CPM. Añadió que si bien el cambio de sentido es correcto, se debe de hacer de manera más acelerada, especialmente de cara al próximo año, ya que la tasa de interés tiene un tiempo de transpolación al mercado. 

“Claramente es insuficiente, porque la tasa de interés real sigue siendo negativa. No puedo decir cuál es el nivel que tiene que tener ahora, porque hay un componente temporal en esta inflación, pero eso no quiere decir que vaya a ser totalmente temporal. Ahí yo disiento con el BCP, la trayectoria de la inflación va a tardar en estabilizarse”, dijo. 

“Guiar al mercado” 

Puso como ejemplo al Banco Central de Brasil, que cuando inició el retorno de su política monetaria elevando su tasa de interés de manera gradual, explicó en su informe cuál sería la trayectoria hacia adelante. Esto hasta ahora no ha ocurrido en el caso de la banca matriz paraguaya, por lo que se genera cierta incertidumbre en torno a cuál será el camino en los próximos meses, de cara al 2022, a criterio de Fernández Valdovinos.

De este modo, opinó que lo que debería hacer el Banco Central en este momento es “guiar al mercado” por medio de una comunicación más clara sobre el futuro de la política monetaria. En caso de no hacer una suba más elevada, opinó que la política de comunicación debe ser más clara sobre cómo se irá manejando el esquema. 

Durante una charla organizada por el Banco Central en el marco de los diez años del esquema de metas de inflación, Fernández Valdovinos abordó este tema apuntando que las presiones inflacionarias externas, como por ejemplo el precio de las materias primas, hacen aún más importante un reperfilamiento de la política monetaria de nuestro país. 

Añadió que, a la par, la política fiscal también debe acompañar el proceso de normalización  de la política monetaria y apuntó que llegar a un 4% de proyección para el desbalance en el Presupuesto de este año es mucho, y que se debe ir bajando de manera más rápida en los próximos años.

Explicó que una mayor circulación de dinero por medio de los desembolsos del Ministerio de Hacienda también implicaría una presión inflacionaria.

Por su parte, el economista y presidente de Interfisa, Rubén Ramírez Lezcano, coincidió en el análisis al afirmar que a pesar del cambio de sentido en la política monetaria, la tasa de interés sigue en campo expansivo. Opinó que el gradualismo con el que el BCP busca afrontar la situación es correcto, pero que la reversión de la tasa se debió comenzar antes para tener un mayor margen de tiempo en la transición. 

“Lo que se trata es tener influencia, controlando la oferta de dinero para cumplir los objetivos macroeconómicos como la inflación. Si la inflación es muy alta se usan políticas restrictivas, que es lo que se está apuntando de manera gradual desde el BCP para no tener un impacto tan fuerte en un escenario en el que todavía hay que alentar la inversión”, refirió. 

Agregó que las intervenciones del Banco Central al mercado cambiario han sido importantes para ir controlando que el impacto del dólar sobre el precio del combustible y otros insumos no perjudique al crecimiento. Dijo que esto también se pudo haber realizado un poco antes para evitar la inflación que se registra hoy en día. 

Recordó que muchos agentes económicos optaron por refugiarse en el dólar para evitar el efecto de la inflación sobre sus ahorros, y que una intervención más temprana por parte del Banco Central hubiese evitado esta situación. En consecuencia, ante la suba del valor de los importados, la moneda local se depreció y por ese motivo la suba de la tasa de política monetaria sigue siendo insuficiente. 

“La inflación este año va a superar el 4%, hay sectores que están impactando en la canasta básica, ya los operadores de combustibles dicen que tienen que volver a revisar los precios y eso trae aparejada toda la cadena que alimenta la subida de precios. La tasa (de política monetaria) debe seguir subiendo, hay que ver a qué nivel van evaluando desde el BCP”, consideró. 

También aseveró que la ecuación es compleja en este momento, ya que por un lado existe un alto nivel de inflación, pero por otro hay segmentos que todavía requieren de créditos y de hecho se necesita mover dinero para continuar dinamizando la economía, que todavía no se ha recuperado en un 100%. En este trajín, entre una política restrictiva y expansiva, la banca matriz deberá hilar muy fino para ayudar a llevar hacia adelante la economía. 

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