Versatilidad, resiliencia, fuerza y perseverancia son algunas de las características que describen el trajinar de la vida de toda madre, lidiando con la carga social, laboral y de los propios hogares.
En la actualidad, ser mujer trabajadora y madre es aún un reto para la sociedad y para las propias protagonistas.
La conciliación de la vida familiar con la laboral no está armonizada en la mayoría de las veces, y ello supone desplegar múltiples estrategias personales con las que sacar adelante a los seres queridos, los hijos.
En Paraguay, existen 1.711.358 madres, de las cuales 1.119.791 se concentran en la ciudad, mientras que 591.747 están en el campo, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el cuarto trimestre del 2022.
De estas mujeres, el 36,1% son casadas, 34,8% están unidas, el 18,2% son solteras, el 6,4% son viudas, el 3,5% están separadas y el 1% son divorciadas.
En honor a estas mujeres es que el 15 de mayo se celebra en el país el Día de la Madre, fecha relacionada con la gesta de la independencia, celebrada el 14 y 15 de mayo como fiesta de la “Madre Patria”; dichas festividades pasaron más adelante a conmemorarse por separado.
Según algunos historiadores, en Paraguay se recuerda el 15 de mayo en homenaje a Juana de Lara, quien fue prócer de la libertad de la nación y protagonista de la independencia del país.
Madres trabajadoras
Los últimos datos del INE también revelan que, del total de madres en el país, el 56,9% -unas 974.279- se encuentran desempeñando alguna actividad remunerada dentro de la sociedad paraguaya.
En este punto, la economista Verónica Serafini, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), resalta el resultado de un estudio presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) que en el año 2019 encontró que muchas de las mujeres -en su mayoría madres- realizan diversas tareas no remuneradas, tales como la mano de obra necesaria para cocinar, lavar los cubiertos, planchar la ropa, cuidar niños y personas mayores, entre otras actividades del hogar.
Menciona que al proporcionar un valor monetario al trabajo no remunerado, es posible hacer el cálculo de su equivalencia en términos de su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) de un país. Según los resultados realizados por la organización, encontraron que las tareas domésticas y de cuidado equivalen a G. 45,9 billones anuales, un 22,4% del PIB del Paraguay.
“Estas actividades son desempeñadas principalmente por mujeres, en virtud de la división sexual del trabajo, distribuyendo asimétricamente el tiempo de trabajo no remunerado y limitando la obtención de ingresos en el mercado laboral”.
Verónica Serafini, economista
Así también, el mencionado estudio hace alusión a la desigualdad entre las tareas que existen entre hombres y mujeres dentro del mercado laboral, que a pesar de los años, persiste.
Esto se puede ver evidenciado en los datos del INE, ya que de más de 900.000 madres en situación de trabajo, el 32,7% -unas 294.300 personas- de las madres ocupadas se encuentran trabajando en el sector servicio, vendedoras en comercio y mercados.
En este punto hay que señalar que del total de 1,7 millones de madres en Paraguay, un 34% se encuentran siendo las jefas de hogares, asentados principalmente en la ciudad y con muy poca variación en el campo en comparación con la metrópoli, según los datos oficiales del Instituto.
Una conciliación rota
Ya han pasado bastantes años desde que la figura de la mujer empezó a “habitar” en las esferas públicas, desempeñando también funciones hasta entonces masculinas. Sin embargo, aún son muchas las batallas que quedan por vencer en un escenario demasiado complejo.
Atender a los hijos, cumplir un horario laboral fijo, la presión de rendir al 100%, las actividades del hogar, sumado al cuidado de los seres queridos de forma constante, es un cúmulo de acontecimientos que desgasta la salud física y emocional de una persona, y eso lo deja en claro Nuvia Piñánez, mujer, madre y trabajadora.
Comentó que es complicado lidiar muchas veces con la M de mujer y la M de madre. Nuvia es madre de dos niñas menores de 8 años, por lo que la vida suele ser un poco más compleja, tal como ella lo describe.
“Tengo que estar al mil todo el tiempo, atendiendo desde mi trabajo que todo esté bien con el cole de mis hijas, salir corriendo de la oficina para poder cuidarlas, ir a sus presentaciones, llevarlas a su clase de baile. Todo eso cuesta y cuesta mucho trabajo”.
Nuvia Piñánez, madre trabajadora
Igualmente, reconoce que si bien es agotador, es tan intrínseco dentro de la sociedad que la madre debe ser la que esté al tanto de todo, mientras el hombre colabora en una menor medida, desligándose de algunos cuidados básicos.
Asimismo, manifestó lo complejo que resulta el mercado laboral en el país, y más para las mujeres y madres, ya que muchos de los empleadores prefieren no contratar a una fémina por miedo al embarazo. A modo de ejemplo, recordó que en la empresa en la que se desempeñaba hace unos años le comentaron que no admitían mujeres que piensan embarazarse, poniéndolo como requisito básico para acceder al puesto de trabajo.
Debido a este tipo de retos y dificultades, destacó la gran labor que hace todos los días una madre, por lo que señaló que ellas son sinónimo de versatilidad, resiliencia y mucha paciencia para lidiar con la familia, un mercado laboral caótico y la sociedad.
Desarrollo profesional de las madres
No obstante, existen empresas dentro del mercado local que buscan velar por los derechos de las personas. Este es el caso de Cervepar, que en ocasión del Día de la Madre compartió las estrategias que implementan para generar condiciones laborales que promuevan el equilibrio profesional y personal de las colaboradoras de la empresa que eligen ser madres.
En este sentido, la compañía informó que han mejorado los beneficios de maternidad como una apuesta a la retención del talento de las mujeres del país. Entre las condiciones que promueven, se encuentran la ampliación del permiso de maternidad de cuatro a seis meses, incluyendo un reemplazo de la colaboradora en ese periodo para que las madres puedan disfrutar plenamente de la licencia.
Así también, incluyeron el beneficio de un retorno gradual en horarios y la flexibilidad de realizar home office dos veces por semana.
Anahí Brítez, directora de Asuntos Corporativos de Cervepar, indicó que estos beneficios han sido muy exitosos, ya que desde su implementación, el 100% de las colaboradoras madres retornan a Cervepar al terminar su permiso de maternidad.
“Creemos que las mujeres tienen un gran potencial y talento que suma mucho valor a las empresas. Por eso, desde Cervepar apostamos a crear condiciones laborales que beneficien el desarrollarse tanto profesional como personalmente; así podemos retener talento y potenciar el desarrollo de nuestras colaboradoras”.
Anahí Brítez, directora de Asuntos Corporativos de Cervepar