fbpx
34 °C Asunción, PY
22 de noviembre de 2024

Blockchain y la teoría monetaria: ¿Pueden los activos digitales ser considerados monedas?

Las criptomonedas han generado debates en diversos ámbitos de la economía y las finanzas, y uno de ellos tiene que ver con la conceptualización de estas modernas herramientas.

El Pay Meeting 2021 incluyó el análisis de ciertas características de los criptoactivos, como su volatilidad, falta de control centralizado y el camino hacia la credibilidad, para determinar si pueden o no ser considerados monedas.

ANÁLISIS

Durante los últimos años, las criptomonedas descentralizadas como el Bitcoin han generado debates en distintos ámbitos relacionados con la economía y las finanzas. En este contexto, surge la pregunta de si este tipo de activos digitales puede ser comparable en términos conceptuales con monedas fiat emitidas por Bancos Centrales, como pudieran ser el dólar, el guaraní o el peso argentino. 

Durante el evento “Pay Meeting 2021”, este fue uno de los temas abordados por el economista y exministro de Hacienda, César Barreto, quien introdujo el debate sobre la analogía entre criptomonedas y monedas estatales ubicadas en cuentas digitales. A partir de esto, surge la apreciación de que existen características similares entre ambas, con una diferencia que resulta fundamental. 

En este contexto, brindó una serie de elementos por los cuales es difícil encasillar a los criptoactivos en igualdad conceptual con las monedas centralizadas. Por un lado, la alta volatilidad que tienen aún en su valor, así como las dificultades que se pueden generar a partir de la creación masiva de nuevas denominaciones en el ámbito del blockchain. 

“Yo miro esto desde un punto de vista de la teoría monetaria y la evolución de las monedas, que tiene por lo menos dos siglos de evolución. Esto es una evolución más y está muy motivada por la demanda que generan las transacciones comerciales electrónicas y digitales durante los últimos veinte años, por ejemplo en el caso de Amazon”, refirió. 

Continuó diciendo que los bancos centrales del mundo han quedado un poco rezagados en el contexto de las monedas digitales, ya que hasta el momento se sigue emitiendo dinero físico como el guaraní o el dólar, junto con la generación de reservas bancarias para la creación de dinero de manera electrónica. En todos los casos, lo más importante es crear sistemas seguros. 

“La diferencia entre los activos digitales y las monedas bancarias digitales que conocemos, como las de VISA y otras marcas, es que el clearing en el caso de estas últimas es centralizado en el BC, hoy si es en otro país hay un corresponsal que hace ese clearing. En el caso de las monedas digitales, el clearing es descentralizado, solo que para verificar esto se crea una red de servidores”, refirió. 

Apuntó que incluso existen empresas privadas alrededor del mundo que se dedican a la verificación de quiénes son los titulares de las criptomonedas que se desean transferir en una determinada transacción. A lo que se dedican estas compañías es a seguir a las monedas digitales para ver cuáles han sido sus movimientos en los términos de la cadena de bloques. 

El economista explicó que, en términos históricos, ya ocurrió el fenómeno de emisiones de activos privados, buscando asemejarse al dinero fiat, como por ejemplo las emisiones de bancos particulares durante la segunda mitad del siglo XIX. 

Sin embargo, puntualizó que en la evolución de la teoría monetaria, el tema es complejo, ya que la experiencia apunta que es difícil que exista competencia en la creación de monedas. Acotó que existe una cantidad cada vez mayor de criptomonedas que no están reguladas de ninguna manera, lo que puede complicar demasiado las transacciones entre las distintas “cripto-denominaciones”. 

En la misma línea de comparación con la historia, apuntó que en aquel periodo durante el siglo XIX llegaron a existir hasta unas 6.000 monedas emitidas por bancos privados, generando crisis bancarias que canalizaron el mercado hacia la monopolización estatal de las emisiones. De este modo, hizo referencia a que un problema similar se puede dar con las criptomonedas. 

Volatilidad 

Otro de los elementos que genera dificultades para comparar a los criptoactivos con una moneda convencional, según Barreto, es el alto nivel de volatilidad que siguen teniendo los primeros. Esto, combinado con la gran cantidad de denominaciones que se perfila a haber, puede resultar peligroso para la estabilidad del sistema en caso de que se quiera utilizar como dinero corriente. 

“Hay que ver qué pasa ahora, no estoy afirmando que eso mismo va a ocurrir. Hay que valorar la creatividad del sector privado, creando algo que se está desarrollando. Hasta ahora, por las características que está mostrando, no responde a las características que se requieren para que sea una moneda. No se puede tener una moneda que varíe 20% en una semana”, expresó. 

Puso como ejemplo el caso hipotético de que existan 1.000 criptomonedas en el sistema financiero, y que todas fluctúen en su valor con picos altos y bajos en periodos cortos de tiempo. Esto implicaría una inestabilidad demasiado grande, sin ningún tipo de intervención centralizada que pueda mitigar el problema de manera razonable, y las monedas digitales privadas no han solucionado este tema. 

En este sentido, refirió que las denominadas “stable coins”, activos digitales indexados al valor de una moneda fiat como el dólar u otra, tienen características que las asemeja más a una emitida centralmente. Pero las criptomonedas descentralizadas todavía tienen un largo camino por recorrer para ser consideradas para el uso corriente, más allá de su uso para especulación financiera. 

Al ser consultado sobre el caso de El Salvador, que recientemente implementó el Bitcoin como moneda oficial, refirió que esa es una prueba que todavía deberá mostrar resultados con la aceptación de la gente. Además, puntualizó que dicho país de hecho no tenía una moneda propia, sino que dependía de las emisiones del dólar desde hace mucho tiempo. 

¿Qué es una criptomoneda?

Fernando Arriola, jefe de vertical de Blockchain de la Cámara Paraguaya de Fintech, explicó que en sí las criptomonedas son algoritmos encriptados que son basados en la cadena de bloques, en la blockchain. En aspectos técnicos, refirió que lo que hace esta tecnología es mantener “libros mayores” en diferentes puntos de internet, entonces muchas personas pueden ejercer un control. 

Sobre el origen, referenció que fueron creadas por un grupo anónimo de personas luego de la caída financiera mundial en el año 2008, con el nacimiento de Bitcoin, que sigue siendo la base de referencia. Fueron creadas para ser una “nueva clase de moneda corriente”, ya que no tienen una base central ni entidad supervisora, explicó Arriola. 

“La denominación de las criptomonedas es un activo virtual, definido por Gafi (Grupo de Acción Financiera Internacional). Es un activo de transmisión de valor por medio de internet. Para crear una criptomoneda, lo que se hace es encriptar una serie de algoritmos, mediante los cuales se determina cuál es el monto de emisión, es decir un prospecto, por medio de un contrato inteligente que es una fórmula matemática para procesar pagos”, expresó. 

Así, para transmitir el valor que tienen se crean billeteras electrónicas que mantienen la custodia con una firma digital, las cuales aseguran que se transmitan de manera segura. 

Ante consultas en el marco del Pay Meeting, Arriola admitió que las criptomonedas todavía no son consideradas un medio de pago sino activos virtuales, que fue una denominación que se trabaja en un proyecto de ley. 

“Son activos que pueden ser utilizados como un medio de trueque, eso es lo que son en Paraguay. En el país hay dos empresas que proveen servicios de ventas de activos virtuales y están registradas en la Seprelad (Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes), ellos hacen compras y ventas y tienen un proceso de debida diligencia con las prácticas de Gafilat (Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica)”, explicó.

Te puede interesar

La pandemia y el impulso a la inclusión financiera

Las investigaciones del Banco Mundial indican que los países aumentaron el ritmo y las estrategias nacionales para avanzar en esta labor. La inclusión financiera no es solo tener acceso a transacciones, sino también aumentar el ahorro, acceder a un crédito, planificar para el futuro; en conjunto, facilitar la calidad de vida de las familias y sociedad.

You cannot copy content of this page