ANÁLISIS
Desde hace poco más de una década, suena cada vez con mayor fuerza el concepto de las criptomonedas en el ámbito financiero como medio de intercambio entre personas y empresas, al margen de las monedas tradicionales emitidas por los bancos centrales de los distintos países del mundo y, sin lugar a dudas, es un campo que todavía tiene mucho por explorar.
En su obra “Derecho y Criptoactivos”, la abogada argentina Vanina Tschieder define a las criptomonedas como una categoría o subtipo de monedas que tienen un valor comercial al poder realizar transacciones en el mundo real, a diferencia de algunos tipos de “monedas digitales” que solo sirven para intercambio entre usuarios de un determinado servicio, como por ejemplo en el caso de los videojuegos.
La autora continúa explicando que el rasgo distintivo de este tipo de monedas, utilizadas en las plataformas conocidas actualmente como “Blockchain”, tienen como característica distintiva el hecho de haber nacido bajo un concepto de emisión y transacciones independientes al sistema financiero tradicional, en el que operan los signos monetarios oficiales como el dólar, el peso argentino o el guaraní.
Otra definición aceptada en la actualidad -aunque en definitiva todavía queda campo por recorrer para poder otorgar una definición única a este concepto- es la del diccionario de Cambridge, según el cual se habla de “una moneda digital producida por una red pública, en lugar de cualquier gobierno que utiliza criptografía para garantizar que los pagos se envíen y reciban de forma segura”.
Ahora bien, resulta fundamental tener en cuenta que su proceso de realización se genera en paralelo al sistema financiero tradicional, aunque -como ocurriría con cualquier moneda o medio de intercambio- su aceptación en transacciones dependerá siempre de su nivel de confianza y valor valor por parte de los usuarios potenciales.
Por otra parte, la confianza de los usuarios estará siempre ligada a otras cuestiones relacionadas, como la aceptación o no de personas físicas o jurídicas de buen prestigio en el ámbito financiero, como sin lugar a dudas lo es Mastercard.
Entonces surgen como interrogantes de referencia: ¿Qué desafíos tienen los cripto activos para ingresar al sistema financiero? ¿Qué opina Mastercard sobre las criptomonedas?
La pandemia y la innovación
Walter Pimenta, vicepresidente Senior para Productos e Innovación de MasterCard, explicó la perspectiva que tiene la compañía acerca de las monedas digitales durante una conferencia ofrecida la semana pasada.
Toma como referencia el contexto actual del mundo en la pandemia, que ha acelerado procesos de innovación en los medios de pago a nivel general.
En efecto, durante la pandemia se alteraron prácticamente todos los procesos de la vida cotidiana de las personas, pero Pimenta cita fundamentalmente tres que se relacionan con el ámbito de los pagos y, específicamente, para Latinoamérica.
El primero y más obvio consiste en que hubo un crecimiento exponencial del comercio electrónico.
El siguiente es la inclusión a la economía formal con los programas sociales de los gobiernos y, en tercer lugar, una aceleración en las tendencias de pago como las tarjetas sin contacto, los códigos QR y el ámbito de las monedas digitales, que no ha escapado a esta realidad.
Fue enfático al apuntar que, cuando se habla de monedas digitales, no se habla únicamente de productos específicos como Bitcoin, ya que Bitcoin ya existía desde mucho antes de la pandemia.
De esta manera, explicó que uno de los procesos que más se ha acelerado es el del estudio de la emisión de monedas digitales por parte de bancos centrales, concretamente en 66 países del mundo.
“Lo que hemos visto es que muchos gobiernos vienen trabajando en lo que nosotros llamamos Central Bank Virtual Currency, que son monedas digitales emitidas por el Banco Central de un determinado país, y tenemos conocimiento de 66 gobiernos que están trabajando, estudiando y empezando con monedas digitales”, aclaró.
El experto continuó su ponencia considerando que este contexto confirma que la visión y estrategia que ha tomado MasterCard hace mucho tiempo es válida, y tiene que ver con que los usuarios de la empresa tengan la gama más amplia de posibilidades para concretar la transacción.
Resulta interesante, en efecto, que un funcionario de alto rango de MasterCard haya hablado de monedas digitales e incluso de la posibilidad de meter a la grilla de medios de pago en MasterCard a un determinado grupo de monedas digitales.
Cabe destacar en este punto a la palabra determinado, ya que no se refiere a todas las monedas digitales, sino a aquellas que cumplan una serie de requisitos esenciales.
La estrategia “multi rieles” de MasterCard tiene el objetivo de brindar al sistema financiero la tecnología necesaria para que se pueda ofrecer a los usuarios la opción que más deseen, entre ellas, monedas digitales.
Según Pimenta, es por esto que MasterCard ha cambiado en los últimos años su posición en la industria de pagos, para ingresar al mercado no solo de tarjetas, sino también al Blockchain, que es la plataforma tecnológica que habilita a la gran mayoría de las monedas digitales.
“Independientemente del riel en que se ejecute una transacción, para nosotros sigue siendo fundamental que el cliente tenga la mejor experiencia en el punto de venta, y la más segura. La estrategia está basada en este sentido”, indicó con referencia a la apertura de diálogo hacia la inclusión en Mastercard de las monedas digitales.
Tipos de monedas digitales y Blockchain
En este contexto, el Senior puntualizó que la compañía, al estar principalmente dedicada a la oferta de soluciones tecnológicas en el ámbito de los pagos, ha invertido mucho dinero en los últimos años en la plataforma denominada Blockchain, por medio de la cual funcionan las monedas digitales en la actualidad.
Cabe en este punto hacer una breve digresión para explicar lo que es un Blockchain: plataforma informática mediante la cual se utiliza la mayor parte de las criptomonedas, incluyendo a Bitcoin y Etherium (las más famosas, aunque no las únicas).
La autora mencionada anteriormente, Vanina Tschieder, define al Blockchain -con su traducción literal “cadena de bloques”- como una estructura de datos en la que la información contenida se agrupa en conjuntos (bloques) que se van uniendo en forma similar a una cadena, ya que cada bloque es un eslabón al que se van añadiendo los sucesivos bloques, que a su vez contienen información de otros bloques.
“De esta manera, la información contenida en un bloque sólo puede ser rechazada o editada modificando todos los bloques posteriores. Blockchain es, en sí, una base de datos compartida, que funciona como un libro contable para el registro de las operaciones efectuadas con la criptomoneda”, explica Tschieder acerca de la manera en que funciona esta tecnología.
Por su parte, Walter Pimenta hizo énfasis en que una de las muchas funciones de la tecnología Blockchain es la de realizar transacciones de país a país de manera eficiente, así como también realizar registros de propiedad.
Este es uno de los rieles que forma parte la estrategia en que ha invertido MasterCard en los últimos años, logrando más de cien patentes aprobadas en el ámbito de la plataforma.
Actualmente, MasterCard considera tres grupos de monedas digitales, las cuales el funcionario dividió de la siguiente manera:
- Central Bank Virtual Currency: En términos prácticos, es una versión digital de la moneda corriente de un país, emitida por el Banco Central. Son hasta el momento 66 gobiernos que están trabajando con este tema, como el Banco Central de Bahamas, por ejemplo.
- Monedas digitales estables: Frecuentemente emitidas por la industria (sujetos privados), que es la entidad que controla de manera centralizada la emisión, y en la gran mayoría de los casos tiene un equivalente en moneda real, con el mismo número de monedas que se emite, en una relación de uno a uno, con el dólar estadounidense, por ejemplo
Sobre este tipo de moneda digital, el ponente puntualizó que tiene una característica fundamental con respecto a los parámetros de aceptabilidad de monedas digitales, que es la estabilidad de su valor. Puso, como ejemplo, que el Bitcoin -que no ingresa en esta categoría- tiene un valor muy cambiante, lo cual no es bien visto.
- Monedas criptográficas: Categoría en que se puede encasillar a las monedas digitales del estilo de Bitcoin o Etherium, y tienen como principal característica que no poseen una reserva en dinero real que haga el backup de equivalencia.
Son monedas descentralizadas, lo que las diferencia de los otros dos tipos de monedas digitales citadas anteriormente, que poseen una institución que se responsabiliza de las mismas (Banco Central e Industria Emisora, respectivamente).
Principios de MasterCard
Además de la conceptualización de los tipos de moneda digital existentes, MasterCard establece tres principios básicos que son fundamentales desde la óptica de la compañía para la viabilidad de aceptación dentro de sus servicios de pago al público, y son los siguientes – en las mismas palabras de Pimenta -:
- Estabilidad: Que la moneda tenga la capacidad de mantener un valor relativamente estable, lo cual es crítico.
- Compliance regulatorio: La adaptabilidad de la moneda digital al cumplimento normativo de las leyes del país en que se quiere operar, ya que MasterCard tiene una gran cercanía con los reguladores.
- Protección al consumidor: La garantía de que el consumidor esté protegido de cualquier tipo de fraude, además de que exista un equivalencia entre lo que el usuario paga y lo que recibe el comercio.
Aquí, a su vez, es un elemento negativo la volatilidad en el valor del bitcoin y la cantidad de tiempo que se necesita para cerrar una transacción por el seteo o transferencia (unos 3 o 4 días en la actualidad); en efecto, el valor de la criptomoneda puede tener una gran variación en ese interín.
“Es por esto que no vemos al Bitcoin como un instrumento de pago, sino como un instrumento de inversión, no vemos un fit de este modelo de moneda digital con los principios de MasterCard”, aclaró.
De esta manera, resulta fácil inferir, que de momento, MasterCard no puede tener en cuenta la utilización de monedas criptográficas descentralizadas como el Bitcoin, ya que no se adaptan a sus principios básicos.
Sin embargo, es interesante que la compañía mundialmente reconocida comience a hablar de estos conceptos e incluso ya piense en hacer parte de su grilla a las monedas digitales que sí ven viables, como en el caso de las emitidas por bancos centrales o emisores privados únicos.
Pimenta insistió en explicar que la compañía no solo está abierta a la posibilidad de recibir en su red a las monedas digitales que cumplan con los parámetros, sino que de hecho están trabajando con los bancos centrales para ayudar a que los mismos puedan entender los caminos para emitir sus propias monedas digitales, aunque aclaró que de todos modos hay una serie de desafíos, aún en la emisión centralizada.
“Aún cuando cuando las monedas digitales sean la representación digital de una moneda corriente en el país, existe una serie de desafíos en los que un banco central o un regulador tiene que pensar. En primer lugar, la aceptación, hay que construir aceptación y eso es algo extremadamente complicado, el segundo ejemplo es la interoperabilidad”, explicó.
De esta manera, y a modo de conclusión, podemos decir que las monedas digitales -tanto las centralizadas como no las no centralizadas- tienen todavía un largo camino por recorrer para ubicarse en igualdad de condiciones con los signos monetarios tradicionales u otros tipos de medio de pago como las tarjetas.
Claramente, las monedas criptográficas tienen desafíos mucho más importantes que aquellas emitidas por un regulador único, aunque estas últimas también deberán presentar batalla.
Actualmente, MasterCard ya cuenta con alianzas junto con empresas del mundo dedicadas al cambio de monedas digitales a monedas del mundo real, insistiendo en que la condición fundamental es que las mismas cumplan los parámetros de aceptabilidad.
En todos los casos, no pasa por desapercibido el hecho de que compañías de tecnología y finanzas de la talla de MasterCard ya comienzan a introducir por cuenta propia y de manera abierta este tipo de definiciones.