La economía paraguaya se encuentra atravesando por años difíciles y las inversiones del sector industrial son un termómetro del ritmo que va adquiriendo el dinamismo de la producción, con el transcurso de los meses.
En los últimos trimestres, esta actividad también sufrió los embates de las condiciones adversas impuestas por el 2019 y los efectos económicos de la pandemia, en el 2020. Sin embargo, en el periodo julio-setiembre pasado se observó un rebote desde los magros resultados que dejaron los meses del confinamiento más estricto – abril a julio – y el desafío es convertir este repunte en una recuperación estable.
El Índice de Inversión de Maquinarias y Equipos (IMEQ) de la industria, calculado por el Observatorio Económico de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), reveló una caída de 19% en el tercer trimestre del 2020, en comparación con el mismo periodo del 2019. Pero respecto al trimestre inmediatamente anterior, se observa un crecimiento de 28%.
El resultado acumulado del año, por su parte, consiste en una caída de 4% respecto al lapso enero-setiembre del 2019 y los dos primeros trimestres del presente año reportaron desempeños positivos, pero comparados con meses de una floja performance en la primera mitad del ejercicio anual anterior.
El divorcio entre la producción y el consumo
El economista Daniel Correa explica que los datos del tercer trimestre del 2020 revelan más bien un efecto rebote, antes que una recuperación, y que el comportamiento del consumo es el que determinará la capacidad de sostener el repunte que empieza a observarse en los niveles de producción.
“Una cosa es que las empresas estén empezando a moverse, que estén empezando a activar y a producir nuevamente, y muy diferente es que esa mayor producción se termine transformando en consumo”, detalla.
Al respecto, reconoce que el consumo todavía está bastante “aplanado”. “No existe el mismo timing entre producción y consumo: por ahí la producción está empezando a tener niveles más óptimos; sin embargo, el consumo todavía no se recuperó”, agrega.
Este bajón en que se mantiene el consumo se relaciona con los efectos de la pandemia de COVID-19 en los ingresos de la población, provenientes del golpeado dinamismo del trabajo y el cese de las actividades que debió dictarse en el país para frenar el ritmo de propagación del virus.
“Sabemos que hay todavía una situación de compatriotas que perdieron su trabajo o están recuperándose, empezando a volver a activar; y algunos que, a pesar de haber activado, tienen menores ingresos que antes”, reflexiona Correa.
Adelanta que las encuestas que realizaron en las últimas semanas demuestran que alrededor del 67% de las personas consultadas tienen problemas con sus ingresos. Por ello, la respuesta de la producción es mayor que la del consumo.
Esfuerzo sectorial
Christian Cieplik, vicepresidente gremial de la UIP, asegura que el sector mantuvo durante la pandemia su capacidad de mantenerse activo, por lo que la capacidad productiva en este caso no va en línea con el consumo. Se refiere también al impacto de la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la emergencia sanitaria y la respuesta a la evolución de esta situación, en las decisiones de compra de las personas.
“La capacidad de gasto de las personas sí se ha visto muy afectada y a eso se tiene que sumar una incertidumbre. La incertidumbre hace que mucha gente, aunque pueda, está todavía restringiendo sus gastos para ver qué va a ocurrir”, expresa.
Atendiendo a la severidad de la segunda ola de contagios que se está viviendo en Europa, insta a que se repita el tino que se tuvo en la primera etapa de la pandemia para aprender de las experiencias de los países que fueron afectados antes que nosotros, y no se afloje con las medidas de precaución a nivel local.
“Para el sector de servicios, una segunda ola sería ya una cuestión mucho más complicada para recuperar”, añade.
La inversión en la economía
La UIP también calculó el IMEQ de la economía en general y detectó una reducción de 28% en el tercer trimestre del 2020, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Con respecto al segundo trimestre del 2020, también en este indicador existe un fuerte repunte, de 39%, durante los meses de julio y setiembre pasados.
En el resultado acumulado de enero a setiembre de este año, sin embargo, la caída es más dramática que en el sector industrial: de -21%.