El Banco Central del Paraguay (BCP), dio a conocer sus proyecciones para este año tanto para el Producto Interno Bruto (PIB), como para la inflación. Para el primero mantuvieron la expansión a un ritmo del 3,8%, aunque se realizaron recomposiciones internas.
De acuerdo a las explicaciones desde la banca matriz, nuevamente las condiciones climáticas afectaron el rendimiento de ciertos cultivos en el periodo reciente. De esta manera, el sector primario tuvo una revisión a la baja, pasando de 4,2% a 2,0% explicado por un menor nivel de producción estimado para el maíz.
De igual manera, un factor positivo de esta nueva estimación es el crecimiento económico descartando el desempeño de las binacionales y de la agricultura, que crecerá en un 4%.
Sin embargo, es importante mencionar que al cierre del primer trimestre, se dan por lo general el mayor ingreso de divisas por las exportaciones de soja, con esto, sectores secundarios y terciarios obtienen un mayor margen de crecimiento o el fenómeno conocido como “efecto derrame» por parte de la agricultura.
De hecho, estos sectores tendrán un mayor crecimiento, según esta estimación como la manufactura, el comercio y con el mayor repunte, la construcción, que presentó caídas durante los cuatro trimestres del 2023.
Al respecto, Miguel Mora, economista jefe del BCP, explicó que el recorte en la previsión del sector agrícola está fundamentado en una menor producción de maíz a causa de los problemas climáticos.
“La cifra del sector agrícola se ha ajustado a la baja, principalmente debido a la reducción en la producción de maíz. La ola de calor que afectó al país coincidió con el período de siembra de este cultivo, lo que ha llevado a una disminución en los niveles de producción respecto a las expectativas previas al cambio climático. Por lo tanto, la corrección a la baja en la producción agrícola se debe principalmente a la menor producción de maíz”, sostuvo Mora.
Asimismo, indica una expectativa de crecimiento en la producción de trigo respecto a la campaña anterior y los efectos del clima también llevarían a un menor crecimiento de “Agua y electricidad” (de 4,3% a 3,1%) debido a una menor generación de energía eléctrica de las Binacionales, aunque un ajuste al alza en la distribución de electricidad atenúa, en parte, la reducción mencionada.
Por otro lado, la industria se ajustó al alza, pasando de 3,6% a 4,1%, en línea con el buen dinamismo observado en las distintas ramas de la manufactura en los últimos meses.
Los “otros servicios” registraron una dinámica por encima de la prevista en la revisión anterior, con lo cual se revisó al alza en 0,8 puntos porcentuales, situándose en 4,3% para el 2024.
En lo que respecta a las construcciones, Miguel Mora indicó que esta positiva previsión se fundamenta principalmente en las obras de infraestructura del sector público. El mismo afirmó que se anticipa un respaldo sólido a estas estimaciones debido a los anuncios de importantes proyectos, como la duplicación de la Ruta 1 y mejoras en el aeropuerto.
Además, se planean iniciativas en el ámbito de la vivienda. También se observa un aumento en las obras por parte del sector privado, especialmente en la construcción de edificios, fundamentos clave para la estimación.
En el PIB, por el lado del gasto, se espera un menor crecimiento de las exportaciones, contrarrestado por una mayor expansión del consumo privado. La revisión a la baja en las exportaciones (de 3,0% a 2,4%) se encuentra en línea con los menores crecimientos estimados para agricultura y electricidad y agua.
En las inversiones, medido por la Formación Bruta de Capital fijo, se sigue previendo un crecimiento de 5,0%, teniendo en cuenta el buen dinamismo observado a inicios de año. Por su parte, el consumo privado se ajustó ligeramente al alza en 0,2 p.p., ubicándose en 3,8%.
INFLACIÓN
En lo que respecta a la inflación, Sebastian Diz, gerente de estudios de la banca matriz, si bien reconoció que existen riesgos geopolíticos, estos no comprometieron las expectativas de inflación para este año en 4%, que se mantiene desde la anterior.
En esta línea, para el presente año no se esperan desbalances importantes en factores relevantes para la inflación doméstica, tanto internos como externos.
El resultado inflacionario durante el primer trimestre, si bien fue más elevado que lo esperado, estuvo explicado principalmente por componentes volátiles de la canasta, previendo una reversión de estos precios para los próximos meses.
Teniendo en cuenta que las expectativas de inflación se encuentran ancladas al objetivo de mediano plazo y en ausencia de nuevos choques, se espera que la inflación se ubique en torno a la meta del 4% para fines de 2024.